Salud Pública - Salud del Pueblo » Educación para la Salud de las Relaciones; II Congreso Nacional de Educación para la Salud; Stgo. del Estero 2013; Julio Monsalvo

Última actualización: 17/01/2014

II Congreso Nacional de Promoción y Educación para la Salud

Vivir en Salud: Campo actual de controversia y desafíos

Santiago del Estero, Argentina, 26-27/9/13

 

EDUCACIÓN PARA LA SALUD DE LAS RELACIONES

Hacia una Nueva Civilización

Julio Monsalvo

 

Agradezco profundamente la invitación a compartir mis sentipensares en este 2º Congreso Nacional de Promoción y Educación para la Salud.

Antes que nada les confío lo que este evento es para mí. Para mí se trata esencialmente de un Encuentro, un espacio y un tiempo para encontrarNOS, sin dejar de valorar todo lo que significa participar en un Congreso Nacional.

El sólo hecho de encontrarNOS ya es saludable de por sí. Al encontrarNOS nos miramos a los ojos, nos hablamos, conocemos nuestros nombres, algo de nuestra historia, nos abrazamos.

Mi intención es compartir sentipensares acerca de lo que considero el formidable aporte de la Educación para la Salud hacia una Nueva Civilización.

¿Nueva Civilización? ¿Por qué? ¿Es necesario?

Más que necesario, es urgente un cambio civilizatorio. El modelo civilizatorio actual, caracterizado por el individualismo, la competitividad, las injusticias sociales y ecológicas, las guerras, la agresión a nuestro Planeta que es nuestra propia casa, pone en riesgo la supervivencia de la especie humana.

La acelerada desaparición de especies vivas a causa de tan alienantes como suicidas conductas, es uno de los más elocuentes signos de alarma. Vivimos gracias a que existen otras especies vivas.

¿Cuál es el aporte de la Educación para la Salud en este instante de la Historia?

La Educación para la Salud tiene la responsabilidad y la oportunidad de ser protagonista, aportando a la educación para la salud de las relaciones, porque todos estamos relacionados entre todos y con el todo.

Relaciones saludables con una misma y uno mismo, entre todas las personas apoyándonos mutuamente como es el orden natural de todos los seres vivos que conocemos y relaciones saludables con toda forma de vida.

Al decir toda forma de vida nos referimos al suelo, al aire, al agua, a la flora, a la fauna.

Formas de vida que debemos sentirlas como tales y no consideradas como “recursos naturales”.

 “Recursos naturales”, es un concepto  propio de la moral utilitarista de la cultura que nos han impuesto.

El mensaje de fondo que queremos compartir, es nada menos que cambiar la cultura dominante del patriarcado, del antropocentrismo, de la soberbia de sentirse dueño de todo, por la Cultura de la Vida, por la cultura de sentirnos parte de ella, por la cultura de la poderosa ternura solidaria.

 

VIVIR EN SALUD

En este instante de mi vida, habiendo ya superado el medio siglo de profesión y los tres cuartos de siglo de mi ciclo planetario, me siento intensamente conmovido por el lema de este Congreso: “Vivir en Salud: Campo actual de controversia y desafíos”.

Me genera una profunda emoción, ya que desde siempre, y me remito a mi infancia, he sentido pasión por vivir en salud.

Esta pasión me llevó a abordar el estudio de la medicina. Luego en militancia docente, gremial, ecuménica y política, a abrazar con entusiasmo  la promoción y la defensa del Derecho a la Salud.

Esta misma pasión me impulsó a descubrir muy temprano que el Derecho a la Salud no se reduce al derecho a la atención médica.

Derecho a la Salud, con perdón por la tautología, es el Derecho a Vivir en Salud. Derecho a que todo el ciclo biológico, desde el comienzo hasta su finalización, transcurra siempre en salud, como entiendo es lo natural en todo ser vivo.

Por otra parte, cuando decimos derecho a la atención médica, no se trata de ceñirnos únicamente a la atención por la medicina ortodoxa u occidental. La Humanidad tiene un rico patrimonio de saberes y haceres para el cuidado y la reparación de la salud que se expresan en diversas medicinas.

Sostenemos que el derecho a la atención médica es el derecho a disponer de manera igualitaria, gratuita, en donde se vive y se trabaja, de todas las medicinas.

La pasión por la salud iluminó mi mente tomando consciencia de nuestra responsabilidad ante las generaciones futuras. Es que modificamos nuestro único hábitat, nuestra Casa Grande, nuestro Planeta, y lo modificamos no para bien, todo lo contrario, sin considerar a los que vendrán.

Pasión que me hizo zambullir en el concepto de sustentabilidad, es decir, satisfacer nuestras necesidades sin afectar a las generaciones futuras.  

Como argentino me siento orgulloso que este concepto esté inscripto en nuestra Constitución Nacional. Lo hallamos en el artículo 41º, en especial su primer párrafo:

Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo.

Satisfacer las necesidades “sin comprometer las de las generaciones futuras” es sabiduría ancestral. A mi parecer es la mejor definición de sustentabilidad.

 

A TODO ESTO, ¿QUÉ ES LA SALUD?

        La Vida me ha regalado encuentros populares, en zonas rurales y urbanas y con comunidades campesinas, en donde he recibido la sabiduría de lo que es sentir vivir en salud.

        Estos Encuentros me han enseñado mucho más que libros y disquisiciones académicas.       

Gabriela Acevedo, una querida amiga que trabajó como médica por varios años con el Pueblo Originario Pilagá, en el oeste formoseño, nos comparte este breve relato:

 ... una de las personas que gestiona en salud, y que colabora diariamente con su comunidad comentó que en idioma pilagá no existe la palabra "salud".  Entonces, le pedí que me dijera qué significa salud para él. También invité a los demás a que hicieran su aporte. Intentaba abrir mis oídos para escuchar conceptos sobre una palabra que ellos no utilizan: Salud.

Para Pedro Yansi, una persona está sana si goza el día; tiene ganas de trabajar, de compartir con los demás; si quiere reír junto con sus amigos...       

A lo que Carlos Gómez agregó que cuando un hombre está sano no está quieto, siempre quiere hacer algo: hacer una chacra.

Y por último Norma Arce se animó a hablar y concluyó que la salud es cuando la tristeza se convierte en alegría...

        Expresiones similares son las que he escuchado en diversos escenarios de nuestra Abya Yala, tanto en área urbanas como rurales.

Con todo respeto, me permito llamar a nuestro continente Abya Yala, como lo proponen los Pueblos Originarios que se niegan llamarlo como lo impuso el conquistador. Abya Yala significa en la lengua del Pueblo Kuna, “Tierra en plena madurez”.

Una de las expresiones que más me ha impactado referida a la concepción de salud, surge de un grupo de mujeres del populoso Distrito Aguablanca, de la Ciudad de Cali, Colombia:

Entendemos Salud como la búsqueda constante y solidaria de nuestra capacidad para sentirnos bien y generar bienestar. (1)

En mis vivencias por nuestro hermoso norte argentino, nunca he escuchado que se hablara de un “estado de salud” o de “normalidad”. Aun más, se cuestiona esta concepción manifestando que así como existen diversos grados de enfermedades, leves, moderadas, graves, muy graves, la salud puede tener gradientes cada vez más saludables.

La salud saludable se expresa por la Alegría que circulando por la sangre, genera energías, deseos de trabajar, compartir con familias y vecinos, entusiasmo para vivir.

De esta manera surge el neologismo “Alegremia”, alegría que circula por la sangre. No se mide, se percibe sin límites.

Alegremia es una manera de pararse en el mundo. Aun ante las tristezas y los dolores, que los hay, la Alegremia no deja caer los brazos, sino que multiplica las energías para abordar los problemas y las dificultades con decisión, estimulando la imaginación creativa para hallar caminos saludables de superación.

De manera colectiva, en diversos escenarios y en variadas circunstancias, la sabiduría popular ha ido identificando las NVI, Necesidades Vitales Indispensables, para vivir con Alegremia: Aire, Agua, Alimento, Albergue, Abrigo. Amor, Arte, Aprendizaje, Amistad, Armonía, Actividad física. Se las han denominado “las A de la Esperanza”, dado que todas comienzan con la letra “A”. (2)

 

CIVILIZACIÓN ACTUAL

Hoy a la Humanidad se le ha impuesto un sistema de vida al que se le llama “civilización”.

Se lo ha impuesto de tal manera que sin cuestionamiento se lo se lo acepta como lo más avanzado, tal como sugiere la denominación “civilización”.

Veamos…

Se trata de una civilización que ha naturalizado las desigualdades, las inequidades, la pobreza y la riqueza, las actividades que agreden al Planeta para extraer, acumular, competir, explotar a seres humanos y a toda forma de vida.

Civilización que se manifiersta con un sistema político económico y social, llamado “Capitalismo”, lo cual es correcto. Sin embargo es necesario tener en cuenta de dónde surge el capitalismo.

        Toda conducta humana visibiliza la manera de concebir al mundo, es decir, pone en manifiesto los valores (o antivalores) de  la cultura a la cual pertenece. (2)

        La cultura es lo que genera el sistema social, económico y político, así como las ciencias y las artes.

        Las actividades del sistema capitalista surgen de una serie de pautas que caracterizan a la llamada cultura occidental.

Una cultura que tiene como valor esencial el antropocentrismo. El ser humano ve a la Naturaleza, a la Vida toda, “de afuera”, no se siente perteneciente a la misma. Al sentirse el centro de todo, el más importante, concibe a la Naturaleza como almacén de recursos a su disposición.

Con los atributos del patriarcado, se abroga el derecho de controlar, explotar, extraer, modificar, sin pensar en el derecho de las generaciones futuras. No considera qué mundo deja a los que vendrán y sus consecuencias.

El ser humano occidental se sitúa fuera de la Naturaleza, sin preguntarse qué es el ser humano mismo.

        El antropocentrismo es lo que ha generado una ciencia funcional y coherente con esa manera de sentir el mundo. 

        Por otra parte, se ha apropiado del término “ciencia”. Ciencia son los conocimientos que genera una cultura.

La cultura occidental no reconoce como ciencia a los conocimientos producidos por otras culturas.

              Para Fritjof Capra, físico cuántico, la ciencia es “un modo particular de obtener conocimiento (junto a muchos otros). El objetivo es obtener conocimiento sobre la realidad, sobre el mundo. No es la única manera, ni necesariamente la mejor, sino sólo una de tantas”.

Este autor afirma contundentemente:

hoy el objetivo de la ciencia es casi sinónimo de dominio y control sobre la Naturaleza y está muy estrechamente ligado a la tecnología. (3)

Una Ciencia de dominio y control es funcional al sistema capitalista, el cual ya ha dado más que suficientes pruebas de su capacidad de generar No-Salud.

        Francis Bacon (1561-1626), considerado como uno de los padres del método científico, expresaba con claridad el propósito de la ciencia coherente con esta concepción del mundo: “subyugar a la Naturaleza, presionarla para que nos entregue sus secretos, atarla a nuestro servicio y hacerla nuestra esclava”.  (4)

De esta cultura aflora el sistema social, económico y político dominante. Sistema social, económico, político, caracterizado por las “3 EX”: Explotación, Exclusión, Extinción.

Un sistema que explota…

Explota todo, seres humanos, toda forma de vida, explota lo que llama Naturaleza y la considera “recurso”.  La sola palabra recurso ya tiene una connotación utilitarista. Hemos naturalizado asesinar árboles, pasturas. Deforestando desaparecen bosques con toda su diversidad biológica.

Arrojamos herbicidas (que mata las hierbas), para eliminar lo que llamamos “malezas”. Rotulamos lo que creemos no es útil. Hemos naturalizado la crueldad con nuestros hermanos los animales. ¿Hemos pensado cómo sometemos a las gallinas a poner huevos? ¿A los cerdos y otros animalitos apenas nacen para que aumenten de peso en poco tiempo? He observado en el sur de Chile, jaulas con salmones hacinados, alimentándolos con hormonas, sustancias colorantes, adquiriendo en pocas semanas el tamaño de adulto que naturalmente llevaría años.

En el sur de nuestro país, me he encontrado con fincas donde se producen frutas que son llevadas a cámaras frigoríficas especulando con la cotización, sin tener en cuenta la necesidad de alimentos hoy.

Un sistema que excluye…

Utiliza suelos que arrasan y dejan cuando no son rentables. Excluye todo, incluso a seres humanos cuando ya no les sirven a su sistema.

Un sistema que extingue…

Incremento del calentamiento global y la acelerada pérdida de la biodiversidad, son dos elocuentes constataciones que nos alertan que la continuidad de nuestra propia especie se halla en riesgo.

 

ESPERANZA

        Este panorama no debemos desconocerlo como ciudadanas y ciudadanos especímenes de la especie humana.

        El conocimiento de la magnitud del daño y de las consecuencias del calentamiento global y de la pérdida de la biodiversidad para la salud y aun para la continuidad de la vida humana, puede inducirnos a adoptar una actitud de negación o minimización de tal realidad o caer en la desesperanza paralizante.

        Nada de eso debe ocurrir en quienes nos consideramos trabajadoras y trabajadores, educadoras y educadores de la salud. La condición de tales nos da una responsabilidad adicional.

La invitación es acudir a la Alegremia para nutrirnos de energías que potencien la imaginación creativa con decisión, firmeza y ternura.

Me remito a otras dos realidades, las cuales, en mi concepto, nos ofrecen un sólido fundamento para una entusiasta y esperanzadora la acción

Me refiero a las Culturas de la Resistencia y al Nuevo Paradigma Científico que se está construyendo.

 

Culturas de la Resistencia

Desde la expansión de este modelo eurocéntrico, digamos desde 1492 como fecha emblemática, siempre han existido bolsones de resistencia, lo cual es muy esperanzador.

Han sobrevivido culturas con otros valores. Culturas que he podido conocer al encontrarme con personas pertenecientes a Pueblos Originarios y a Comunidades Campesinas de nuestro norte. En estas últimas descubro con admiración el rol de la mujer como custodia de la cultura, guardiana de la salud y administradora de la economía familiar.

Culturas que, al contrario de la occidental, no se sienten separadas de la Naturaleza y que tienen como valor la pertenencia a la Vida.

He tenido el regalo de la Vida de vivenciar estas vivencias que me hicieron recuperar el sentido de pertenencia, el tomar conciencia que soy Naturaleza.

A los Pueblos Originarios y a las Doñas campesinas de este Norte, mi gratitud, porque tomar conciencia que “Soy Naturaleza”, es lo más importante que le ha ocurrido a mi Vida.  En nuestro norte las señoras se llaman entre sí “doñas” con mucho respeto y cariño.

Comparto dos vivencias que me han marcado profundamente.

Una de ellas fue conocer a Doña Santa, allá por el 93,  en Fortín Olmos, en el Chaco Santafesino.

Fue en ocasión de celebrar el cumpleaños del “Costurero” de la zona.

A esta sabia mujer “le brotaba” de su ser el sentimiento de pertenencia, al considerar que las plantas son sus hermanas, tan importantes como ella misma. Pausadamente, sentada bajo un árbol, rodeada de todos los participantes, nos decía:

 

En primer lugar no es cosa de agarrar una planta así no más y arrancarla. No. Las plantas son seres vivos que hizo Dios al igual que a mí y a todos nosotros.

Tenemos que tratarlas bien, hablarles, pedirles permiso si vamos a tomar algo de ellas para curar a alguien. Explicarles para quién es y porqué les vamos a pedir una hojita, o un cogollito o una flor…

Hay que saber muy bien qué parte vamos a tomar, si es una planta que tiene menos de cinco año o más, o si es de las que debemos tomar una parte de ellas por la mañana, antes que el rocío se vaya, o es de las que tenemos que pedirle su partecita por la noche...

Tampoco es cuestión de hacer “un té para el hígado”... ¡No!... ¿Es el hígado el que funcional mal? ¿Y qué le pasa? Y sobre todo, ¿por qué está mal? ¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas?

No es cuestión de vivir de cualquier manera, comer cualquier cosa y si uno se siente mal tomar un té y luego seguir haciendo lo mismo...

¿Le hacemos caso al Sol? ¿Nos levantamos y nos acostamos con él? ¿Qué hacemos cuando nos despertamos? ¿Damos gracias por estar vivos como hacen los pajaritos cantando? ¿Abrazamos los árboles?”

Y así doña Santa sigue desgranando conocimientos sobre la alimentación, sobre las relaciones entre las familias y los vecinos, sobre los estilos de vida saludables. El tiempo pasa sin sentirlo... Y a la final nos dice:

...hay una cosa que no sé… que no aprendí: leer... yo no sé leer. (5)

Otra vivencia para mí muy notable, ocurrió en Savar, a unos 40 Km. de Dhaka, la ciudad capital de Bangladesh, en la sede de Gonoshasthaya Kendra, “El Centro de Salud del Pueblo”.

        Allí, del 3 al 8 de diciembre  de 2000, se desarrollaba la I Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos, bajo el lema “Oir a los que nadie oye”,

Se estaba cumpliendo el “loco sueño” de compañeras y compañeros de distintas partes del mundo, dispuestos a realizar antes que acabe el 2000,  “una nueva Alma Ata”, de los pueblos. (6)

Más de 1500 delegados de 94 países, integran la Asamblea. De ellos 29 procedemos de los países del Centro y Sur de esta Abya Yala.

Se presenta Aylene Watene, del Pueblo Maorí, de Aoteroa, que significa “La Tierra de la Larga Nube Blanca”.  En el mapa no encontraremos Aoteroa, pues el invasor le impuso el nombre de Nueva Zelanda.

Portando su bandera, nos cuenta con voz firme y pausada, acerca de la resistencia del Pueblo Maorí.  

En un momento dado nos dice:

No sé de donde salió el dicho: ‘Pienso, luego existo’. No nos gusta. Comparto lo que dice mi pueblo: Pertenezco por lo tanto soy.  (7)

La cuestión no es “ser o no ser”. La cuestión es “pertenecer o no pertenecer”.

 

Nuevo Paradigma de la Ciencia

El término “paradigma” lo acuña el historiador de la ciencia Thomas Kuhn en  su ensayo “La estructura de las revoluciones científicas” (1962), para referirse a los conceptos y valores consensuados por la comunidad científica, “para definir problemas y soluciones legítimas”. (8)

El paradigma hasta hoy dominante, se caracteriza por una concepción mecanicista y dualista del mundo, una lógica analítica y una moral utilitarista.

Sin embargo, desde hace más de un siglo se viene cuestionando este paradigma, al intentar describir los fenómenos atómicos y subatómicos

Los nuevos descubrimientos científicos cuestionan al paradigma mecanicista de la ciencia brindando una mirada holística del mundo.

        Ilya Prigogine, Premio Nobel de Química 1977, nos ilustra sobre cambios radicales en la ciencia: “en el curso de los últimos decenios nació una nueva ciencia: la física de los procesos de no equilibrio. Esta ciencia condujo a conceptos nuevos como la auto-organización y las estructuras disipativas, hoy ampliamente utilizados en ámbitos que van de la cosmología a la ecología y las ciencias sociales, pasando por la química y la biología”  (9)

        Para este autor, la ciencia es un “diálogo con la Naturaleza, un diálogo cuyas peripecias han sido imprevisibles”.

        Justamente uno de sus libros lleva el provocador título “El fin de las certidumbres”, echando por tierra la soberbia de quienes ostentan el concepto de una ciencia capaz de predecir y controlar.

Prigogine nos comparte esta reflexión:  

¿Quién hubiera imaginado a principios de siglo  (se refiere al siglo XX) la existencia de partículas inestables, de un universo en expansión, de fenómenos asociados con la autoorganización y las estructuras disipativas?... Uno de los grandes proyectos del pensamiento occidental ha sido entender la Naturaleza. No debe confundirse con la idea de controlar la Naturaleza. (10)

        El ya mencionado Fritjof Capra, quien desde hace décadas postula el cambio de paradigma científico, nos expresa su anhelo:

Muchos de los que estamos en el movimiento del nuevo paradigma creemos que esta asociación del hombre dominando la Naturaleza, que es una actitud patriarcal, debe ser divorciada de la ciencia. Quisiéramos ver emerger nuevamente una ciencia en la que los científicos cooperen con la Naturaleza para aprender sobre fenómenos naturales y ser capaces de seguir el orden natural y el fluir de la corriente del Tao, como dicen los sabios chinos. (11)

        La física cuántica ha demostrado que no existen partes sino una red de relaciones inseparables.

El concepto de autopoiesis, creación de sí mismo, formulado por Maturana y Varela en los años 70, centra el interés en las relaciones de los procesos. (12)

        Estamos asistiendo a la construcción de un nuevo paradigma científico, con un pensamiento sistémico.

Sería el paradigma de una nueva Ciencia amable con la Naturaleza, que contribuye a la cooperación solidaria, como ocurre en todas las especies vivas.

        Por otra parte la filosofía también hace su aporte. Arne Naess, filósofo noruego, fundó en los años 70,  la Escuela “Ecología Profunda” que  plantea cuestiones cada vez más profundas, proponiéndose descender hasta las raíces de la civilización hegemónica.

Para la Ecología Profunda nada está separado del entorno natural. El mundo se concibe como una red de fenómenos interconectados e interdependientes.

Todos los seres vivos tienen valor intrínseco.  Los seres humanos somos una hebra más en la trama de la vida.  Se trata de una percepción espiritual que hace que “no me salga” agredir a ninguna forma de vida.

 

La Ciencia y la Sabiduría se abrazan

¿Qué quiere decir esto?  Veamos qué nos dice un científico y qué nos dice un sabio campesino.

Fritjof Capra., propone alfabetizarnos ecológicamente.

Ser ecoalfabeto significa comprender los principios de organización de las comunidades ecológicas y utilizar dichos principios para crear comunidades humanas sostenibles. (13)

En estas comunidades no se produce basura alguna. Lo que es desecho para una especie, es alimento para otra, ya que todo se recicla.

En la Civilización Ecoalfabetizada, los seres humanos satisfacen sus necesidades sin afectar las condiciones de vida de las generaciones futuras.

Y el sabio campesino Francisco “Tingo” Vera, que ha nacido y vive en el Departamento San Pedro, Provincia de Misiones, Argentina, nos pide que leamos el Libro del Bosque, el Libro de la Naturaleza”, que nos da tantas lecciones para la comunidad de seres humanos.”

        En los encuentros de salud popular siempre nos aporta sus reflexiones que nacen de su profundo amor a la vida.

        Tingo nos regala sus sentipensares de esta manera:

         Leamos el libro del Bosque, el libro de la Naturaleza que nos da tantas lecciones para la comunidad de los seres humanos.  Si observamos en el bosque no hay mayores problemas.

         ¿Por qué es así? No existen problemas porque en el bosque no hay egoísmo, siempre están trabajando uno para el otro.

         Hay comunidad de vida en el suelo, están los microorganismos que son los cocineros porque son los que elaboran los nutrientes para las plantas, a partir de los minerales, como una cocinera elabora los alimentos.

         Hay una ayuda mutua entre las raíces de los árboles y los microorganismos y entre los vegetales y los animales, ya que se producen pasturas y frutos.

         Hay ejemplos para la Humanidad. No hay egoísmos y todos trabajan una para el otro. Existen familias, cientos en una hectárea de selva y no se molestan una a otra.

         Existen árboles enormes que prestan sus cuerpos para que una liana  pueda recibir la luz del Sol y a través de esa luz pueda vivir. Y también este grandioso árbol sabe que  esa frágil  liana también a él le es útil, ya que por su aroma lo protege de alguna bacteria o insecto que lo pueda enfermar.

Este es uno de los tantos ejemplos de solidaridad que tiene esta comunidad de vida en la selva y que los seres humanos no practicamos. (14)

Una notable similitud con la propuesta de Ecoalfabetización que nos hace Capra.

¡La ciencia y la sabiduría se abrazan! ¡Un encuentro de saberes!

La sabiduría ancestral de nuestros pueblos nos da propuestas sólidas y bien fundamentadas para la continuidad de la Vida de la especie humana.

Las sociedades humanas deben aprender de la Naturaleza recordando siempre que somos parte de ella.

 

NUEVA CIVILIZACIÓN

Mientras  participaba de la Conferencia Mundial de los Pueblos por el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, realizada en Cochabamba, Bolivia, del 22 al 24 de abril de 2010, sentí que vivenciaba el Amanecer de una Nueva Historia. 

Por primera vez una Conferencia convocada desde un Estado, y un Estado Plurinacional, plantea una nueva civilización para que la vida humana continúe, y continúe no de cualquier manera, sino en el sumak qamaña, en el “Buen Vivir”. (15)

“Requerimos forjar un nuevo sistema que restablezca la armonía con la naturaleza y entre los seres humanos”, es la contundente afirmación  del “Acuerdo de los Pueblos”, consensuado en el marco de dicha Conferencia. (16)

En otras palabras, es un llamado a construir una Nueva Civilización y esto es Revolución.

Revolución es cambio y en este instante en el cual la supervivencia de la humanidad se halla amenazada, la Revolución es Cambio de Cultura.

Cambiar el modelo patriarcal, amante de la fuerza y del dominio explotador, por lo matrístico que emerge con su impronta de ternuras solidarias respetuosas de la Vida.

Se trata en definitiva de un cambio de sentimiento. Desechar el sentimiento antropocéntrico para abrazarnos al biocéntrico. Dejar de sentir que somos los dueños de la Naturaleza para sentir que somos Naturaleza.

        El “Acuerdo de los Pueblos” nos plantea reconocer “a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual”.

Asumirlo en lo cotidiano es protagonizar esta Revolución por la Vida cambiando de cultura, cambiando el sentimiento de poseer y dominar, por el de ser, estar y hacer en comunidad.

        Adoptar nuevas pautas de consumo y de producción verdaderamente sustentables, exige un cambio de actitud en todas y en todos. Esta Revolución debe ser personal, singular y colectiva, al mismo tiempo.

        Y aquí tenemos un hermoso campo de acción de la Educación para la Salud de las Relaciones.

 

VOLVER A SER HUMANOS

Debemos “volver a ser humanos”, nos ha dicho en más de una ocasión nuestro querido amigo Donato Camey, Maya Kaqchikel, médico graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala y Médico Maya.

Desde que escuché esta frase, me ha quedado “dando vueltas por el cuerpo”, haciéndome sentipensar que es un camino para la paz en este mundo de tanta violencia globalizada.

 “La ciencia” proporciona conocimientos para construir armas nucleares (que ya fueron empleadas) y muchos otros tipos de armas llamadas “convencionales”, que hoy son usadas en numerosas guerras.

Ciencia producto de la cultura occidental dominante, la misma que ha generado el capitalismo devastador.

No es sólo en las guerras, la violencia está en las calles, en  las familias y en la vecindad, a punto tal de sentirlas “parte del paisaje”.

El lenguaje de algunos que creen defender posturas ideológicas, políticas o religiosas como la única verdad, trasunta odio y agravios hacia quienes piensan diferente, considerados como enemigos a destruir.

Debemos estar muy atentos en no caer en la misma postura al pretender defender nobles causas. Este “apasionamiento” se agota en el discurso iracundo, paraliza y nada construye.

¿En qué momento hemos dejado de ser humanos?

        ¿Somos “naturalmente” violentos unos con otros y con toda forma de vida?

¿Cómo se puede entender que los seres humanos sean tan agresivos con otros de su misma especie y con otros seres vivientes?

Quien esto escribe no tiene respuestas. Sólo le sale del cuerpo compartir vivencias de sus años de trabajo como pediatra, en una época en que los médicos teníamos  la modalidad de acudir al domicilio de las familias.

Nunca recuerda haber visto nacer un niño violento. Tampoco a ningún pequeño que no juegue con alegría, que no comparta sus juguetes, que no estire sus bracitos, felices sólo con alimento y abrigo prodigados con amor. Podría narrar infinidad de episodios de niñitos solidarios entre sí y con otros seres.

Recuerda sí a niñas y niños pasar por un período de tristeza en ámbitos familiares y vecinales de violencia, antes de observar en ellos mismos actitudes violentas

Quizás si ponemos la mirada en otras cosmovisiones podríamos ver algo de luz.

En el Foro Social Américas, celebrado en Guatemala, en 2008, Donato nos contaba acerca de la Cosmovisión Maya.

Nos decía que esta Cosmovisión busca respetar, proteger y vivir en armonía con todas las fuerzas y seres vivientes que vemos y no vemos.

La Naturaleza es la Maestra de Maestras que nos enseña a  no violentar la vida de otros, a respetar el espacio sagrado de cada ser viviente y a reconocer que cada uno tiene una misión y una función importante para la continuidad de la vida.

Nuestra invitación a los pueblos del mundo, es que volvamos a ser personas completas, personas verdaderas que vivan y convivan  con las vidas existentes en el universo.

Que en este mundo capitalista de violencia y de muerte generalizada, estén  vivos estos sentipensares, es milagroso, esperanzador y alegrémico.

 

UNA SOLA SALUD: LA SALUD DE LOS ECOSISTEMAS

        La sabiduría ancestral y la ciencia nos están diciendo que todos somos uno, que todos nos relacionamos entre todos y con el todo.

        Ya no debemos referirnos a salud humana y a salud ambiental por separado. Tampoco debemos hablar más de salud de madres, de niños, de mujeres, de suelo, de árboles, de mares, de animales.

La Salud es una sola: la Salud de los Ecosistemas.

En el nuevo paradigma, se invierte la relación entre las partes y el todo. Las propiedades de las partes sólo pueden comprenderse a partir de la dinámica del todo. En última instancia no existen las partes.  Lo que llamamos una parte es simplemente una configuración en una red indivisible de relaciones, nos explica el físico  Capra. (17)  

Se hace necesario que comprendamos, y sobre todo sintamos, que la Población Humana es Ecosistema pues integra las relaciones que lo conforman. ¡Somos relaciones!

Decíamos que tomar conciencia de la magnitud de las problemáticas que ocasionan esta no-salud planetaria, puede llevarnos a la riesgosa situación de sentir que nada podemos hacer, ya que nos parece que las soluciones están lejos de nosotros.

Sin embargo, el Ecosistema Planeta Tierra está conformado por millones y millones de ecosistemas locales que nos ofrecen desafíos y oportunidades para actuar de la no-salud hacia la salud.

Ir hacia la salud significa vivenciar la hermosa posibilidad de recuperar nuestro sentimiento de pertenencia a la Naturaleza.

Es en los ámbitos locales donde tenemos la oportunidad y el desafío de trabajar por la salud del Planeta de manera inmediata.

Nuestro ecosistema local es el hogar donde amamos, trabajamos, jugamos, estudiamos.

Es también el escenario en donde se nos ofrece el privilegio de ser protagonistas de una Nueva Historia, una nueva historia con Alegremia.

La salud del ecosistema local incluye la salud de todos y cada uno de sus componentes: suelo, aire, agua, flora, fauna y por supuesto la salud de la población humana.

Es necesario hacer notar que la salud del ecosistema no es la suma de la salud de cada uno de sus componentes, sino que es la salud de las relaciones entre ellos y de cada uno de ellos con el todo.

        Este es, a mi juicio, el enorme desafío y al mismo tiempo la hermosa oportunidad que nos regala la Vida, para ser protagonistas en la defensa de la vida, en el Vivir Bien de las generaciones actuales y futuras: trabajar por la salud de las relaciones.

        Trabajar por la salud de las relaciones con la convicción bien fundada en la sabiduría y en la ciencia, que lo que hacemos en el ecosistema local, repercute en todo el Planeta.

        Con la intención de instalar el tema, propongo una serie de líneas de acción para concretar acciones de  educación para la salud de las relaciones:

1)   ComunicarNOS tejiendo redes de esperanza y entusiasmo por la salud de los ecosistemas.

2)   Promocionar el amor y el respeto a la Vida cuidando la Vida toda. Nos podría ayudar sentipensando cómo cuidar cada una de las “A” de las Necesidades Vitales Indispensables: Aire, Agua, Alimento, Albergue, Amor, Arte…

3)   Valorar los saberes locales

4)   Educar desde y para la libertad reconociendo las capacidades de todas y de todos.

Y como decíamos, la lista no se agota. Queda abierta al imaginación creativa con amor y ternuras.

Personas y grupos humanos realizan acciones que son transformadoras. Lo hacen espontáneamente y en general de manera silenciosa. Muchas veces sin tener noticias que en todo el mundo suceden cosas similares.

Se están generando propuestas de Vida desde múltiples y variadas vivencias que se dan en la cotidianeidad.

Nos tiene que alentar tomar consciencia que en el mundo hay millones de personas y grupos que con distintas modalidades y con diversos nombres, están, conscientemente o no, trabajando cotidianamente por la vida.

Los pocos somos muchos.

Los soñares y los ensoñares son, en definitiva, las poderosas fuerzas transformadoras que mueven la Historia.

La inmensa mayoría de la Humanidad quiere vivir. La Vida siempre se abre paso y triunfa.

¡Hasta la Victoria de la Vida siempre!

 

NOTAS

 

(1)  Payán, Sandra; Mujeres siendo comunidad alrededor de patios solidarios; http://www.altaalegremia.com.ar/contenidos/Mujeres_comunidad_alrededor_Patios_Solidarios.html

(2)  Payán, Sandra Isabel y Monsalvo, Julio; Salud de los Ecosistemas; Colección Altaalegremia Nro. 2, Formosa, 2009: “Alegremia” pág. 43 y sig. También se puede descargar del sitio http://www.altaalegremia.com.ar/contenidos/Salud_de_los_Ecosistemas.html

(3)  Capra, Fritjof y Steindl-Rast David; Pertenecer al Universo, Planeta, Buenos Aires, 1993, pág.33, 34

(4)  Boff, Leonardo; Ecología: grito de la Tierra, grito de los Pobres; Lumen, Buenos Aires; 1996; pág. 21

(5)  Monsalvo, Julio; Saludables vivencias, Colección Altaalegremia Nro. 1, Formosa, 2009, pág. 25. Se puede descargar del sitio http://www.altaalegremia.com.ar/contenidos/libro_saludables_vivencias.html

(6)  Se refiere a la Conferencia de Atención Primaria de Salud, celebrada en Alma Ata, Capital de Kazajstan, setiembre de 1978, convocada por la OMS y la UNICEF. Participaron 154 gobiernos y 67 organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales. La Declaración final se proponía como meta que al año 2000 toda la población del mundo tuviera acceso a los servicios de salud.

(7)  Monsalvo, Julio; Vivencias en Bangladesh en Salud: Amor y Arte, de Arturo Quizhpe y Julio Monsalvo, Consejo Internacional de Salud de los Pueblos, Frente Nacional por la Salud de  los Pueblos del Ecuador, Fac. de Ciencias Médica, Cuenca, Ecuador, 2004, pág. 199. También en el sitio http://www.altaalegremia.com.ar/contenidos/libro_SALUD_AMOR_Y_LIBERTAD.html

(8)  Kuhn, T.S.; La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de cultura económica, México,1980, (especialmente cap.VI y VII)

(9)  Prigogine, Ilya: El fin de las certidumbres; Ed.Andrés Bello; Santiago de Chile; 1996  pag. 11

(10)               Prigogine, Ilya; op.cit. (1996) pág. 167

(11)               Capra F. y Steindl-Rast, D.; op.cit. (1993) pág.34

(12)               Maturana R., Humbereto y Varela G. Francisco; De máquinas y seres vivos; Editorial Universitaria, Santiago de Chile; 1995

(13)               Capra, Fritjof; La Trama de la Vida; Anagrama; Barcelona: 1998; pág. 307

(14)               Trascripción parcial de un reportaje efectuado en su propio hogar en enero de 1999- Boletín Red de Redes; Nº 9, Junio 2004 http://www.altaalegremia.com.ar/contenidos/RED_DE_REDES_N_9.html

(15)               Constitución Política del Estado (de Bolivia), 2009, Art. 8º.I, expresa que el Estado asume y promueve como uno de sus principios éticos-morales el “suma qamaña”, voz aymara que significa “vivir bien”

(16)               Ver texto completo http://www.altaalegremia.com.ar/contenidos/acuerdo_pueblos_conferencia-Cochabamba.html

(17)               Capra, Fritjof y Steindl-Rast David; op.cit. (1993)

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