Carta 171: 14/05/15

SE LEVANTA SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA UNA NUEVA Y AMOROSA GENERACIÓN…

        Hace pocos días se recordó el 70° aniversario del cese de la llamada Segunda Guerra Mundial.

El 8 de mayo de 1945, en horas de la noche, se rendía incondicionalmente la Alemania nazi.

Se realizaron diversos tipos de actos. Abundaron las crónicas recordando los horrores de esa guerra: hambrunas, enfermedades, violencias de todo tipo, campos de concentración, bombardeos a ciudades abiertas, genocidios. Se estima que más de 50 millones de personas perdieron la vida.

Hubo reportajes a personas sobrevivientes de ese infierno.

Fue el fin de la guerra que tuvo por escenario los países europeos. La guerra continuó en Asia hasta el 15 de agosto de 1945 con la rendición de Japón, tras las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima, el día 6 y sobre Nagasaky, el 9.

El 24 de octubre del mismo 1945, se fundó la Organización de las Naciones Unidas con el propósito de “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”, tal como reza el Preámbulo de la Carta fundacional.

Durante estas siete décadas ha habido uno o más conflictos bélicos en el mundo.

Por otra parte, es constante el crecimiento de la inmensa industria bélica a la cual se destina cifras inimaginables de dinero desarrollando tecnologías cada vez más mortíferas.

¿Cómo es posible que la especie humana se perfeccione en la destrucción de sus semejantes?

¿Cómo es posible que haya científicos y técnicos dedicados al “perfeccionamiento” de las armas?

Sobrecoge esta realidad cruel.

Sin embargo, también es realidad que la inmensa mayoría de la humanidad NO quiere la guerra.

Quienes sentimos el amor a la Vida nos tiene que sostener la certeza de que el Amor es la fuerza superior de todo el Universo.

Existe una energía que es custodia de la  vida. Es la energía femenina que se halla tanto en mujeres como en varones

Una energía custodia de la vida que está en millones de seres humanos.

Esta energía es esperanzadora.  Energía dedicada a inculcar el AMOR A LA PAZ en las nuevas generaciones, en especial con actitudes de ternuras en el día a día.

Gran responsabilidad de quienes ya somos adultos para desterrar las actitudes violentas de todo tipo que naturalizamos en el seno de los hogares y de las familias tales como gritos y actitudes iracundas.

Gran responsabilidad para abrazar la cultura que tenga como centro la Vida, lo cual es indispensable para la vigencia de la justicia, de la equidad y de la armonía, pilares indispensables de la paz.

Millones y millones de estas luces energéticas harán posible que, parafraseando uno de los versos de la letra original del Himno Nacional Argentino, la Humanidad cante alborozada “se levanta sobre la faz de la tierra una nueva y amorosa generación de cuidadores de la vida.”

                 Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!

                                                                          Julio