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Última actualización: 16/06/2009

Salud, Derechos Humanos y Cultivos Transgénicos

En 1978 los gobiernos del mundo reunidos bajo la tutela de la Organización Mundial de la Salud firmaron la Declaración de Alma Ata prometiendo Salud para todos hasta el 2000. Pero esta promesa nunca fue tomada en serio y fue postergada en las discusiones posteriores sobre políticas de salud.
En Diciembre de 2000, 1453 delegados de 75 países representando a los movimientos sociales y otras organizaciones no gubernamentales de todo el mundo se reunieron en Savar, Bangladesh para la primera Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos para reiterar la misión de Salud para Todos, declarando a la salud como un derecho humano básico, incluyendo las condiciones ambientales, sociales y económicas que garanticen la salud. La Asamblea documentó los impactos adversos de los Programas de Ajuste Estructural PAE sobre la salud de las personas y condenaron a las instituciones financieras internacionales, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio, por impulsar los PAE, a los gobiernos por imponer sus políticas sobre los pueblos y a las corporaciones transnacionales por anteponer el lucro por encima de la gente .
El objetivo de los PAE es ayudar a las naciones pobres endeudadas a restaurar su balance de pagos, reducir la inflación y crear las condiciones para un crecimiento sustentable. Las medidas típicas incluyen devaluación de las monedas locales, recorte de gastos en el sector público, privatización de los servicios públicos, eliminación de subsidios y liberalización comercial (eliminación de barreras al comercio, finanzas y consecución ). En la práctica, los PAE han privado a la gente pobre de atención primaria de la salud, educación y otros servicios esenciales y han dejado en los países pobres el camino abierto a la explotación económica, especialmente a través de las corporaciones transnacionales, establecidas en los países ricos en el Norte y operando en el Sur, las cuales apenas han respetado la salud humana o el medio ambiente. Como resultado, la salud de los pueblos ha empeorado a medida que el medio ambiente ha sido destruido aceleradamente y los países pobres se han empobrecido y se han endeudado más.
La Asamblea por la Salud de los Pueblos se reunió por segunda vez en julio de este año en Cuenca, Ecuador, cuando la Salud para todos parece ser más remota que en el 2000. Sin embargo, 1300 delegados de 80 países vinieron a reafirmar la visión de Alma Ata en medio del deterioro de las condiciones de salud de la mayoría de la población mundial, el cual es producto inequívocamente de las políticas neoliberales que transfieren las riquezas del Sur al Norte, de los pobres a los ricos y del sector público al privado.
Los delegados unánimemente se opusieron a firmar los Tratados de Libre Comercio impuestos por el gobierno de los Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales los cuales solo empeorarán la salud de la gente.
Al ser invitada para hablar sobre los Organismos Genéticamente Modificado (OGM), expliqué a la Asamblea el por qué los alimentos transgénicos son inseguros . La modificación genética va en contra de la esencia de la nueva ciencia genética. También hablé sobre todas las mentiras y medias verdades afirmadas por algunos científicos que dicen que la modificación genética es perfectamente segura y precisa; y que ésta hace ambientalmente amigables a los cultivos transgénicos al mejorar la producción, reducir el uso de pesticidas, mejorar la nutrición, etc.
Entre las condiciones más importantes para la salud es el derecho a la alimentación y a una nutrición adecuada. El Consejo de los Pueblos para la Salud hace un llamado a los gobiernos a implementar políticas agrícolas que satisfagan las necesidades de la gente y no las demandas del mercado, de manera que garanticen la seguridad alimentaria y el acceso equitativo a los alimentos. Los cultivos transgénicos no garantizan ni la seguridad alimentaria ni el acceso equitativo a la comida. De hecho los cultivos transgénicos usurpan el derecho de la gente a los alimentos al imponer pago por licencias sobre semillas patentadas, y al evitar que los campesinos guarden e intercambien las semillas, una práctica desarrollada por miles de años. Los cultivos transgénicos son monocultivos industriales, lo que es todavía peor . Ellos son genéticamente más uniformes que los monocultivos convencionales y por lo tanto, sin más propensos a plagas y enfermedades. Dependen más de insumos externos, particularmente pesticidas, y según los últimos informes de agricultores de todo el mundo, los cultivos transgénicos requieren más agua y son menos tolerantes a las sequías.
Los delegados estaban en lo correcto al creer que los Tratados de Libre comercio significarán importaciones forzosas de semillas y alimentos transgénicos a América Latina, especialmente como ayuda alimentaria. Las exportaciones agrícolas estadounidenses están valoradas en más de US$ 50 000 millones de dólares al año y el rechazo de alimentos GM en todo el mundo está golpeando sus exportaciones.
Guerra entre los derechos mundiales a la alimentación y los cultivos GM
Una guerra contra los derechos a la alimentación ha sido desencadenada por las grandes agroempresas de cultivos GM, apoyadas por EEUU y los gobiernos simpatizantes de este país (incluyendo la administración de Blair), en contra del resto del mundo; y está tomando espacio en todos los niveles desde el ámbito internacional hasta las comunidades locales.
El gobierno norteamericano ha demandado a la Unión Europea (UE) en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por restringir la importación de OGM, y quiere que la OMC se sobreponga al Protocolo de Bioseguridad de Cartagena, el cual otorga a los estados el derecho a regular y rechazar los OGM, para presionar la entrada de transgénicos en nombre del libre comercio. La Comisión Europea respondió a la OMC instando a los países europeos a levantar sus restricciones a los OGM. Pero los estados miembros de la UE se han mantenido firmes con una clara mayoría que votó en junio a favor de mantener las restricciones nacionales existentes.
La administración estadounidense está promocionando los OGM a través de canales oficiales como no oficiales. En julio el Primer Ministro Hindú Manmohan Singh anunció una segunda generación de colaboración entre EEUU y la India en materia agrícola. Esto fue después de que el algodón Bt de Monsanto fracasó, tal como fue reportado por científicos independientes y del gobierno. La subsidiaria hindú Monsanto (Mahyco) promocionó con bombos y platillos las semillas del algodón transgénico.
Los cultivos transgénicos también son promocionados agresivamente en África. A inicios de julio un equipo de científicos alimentarios internacionales afirmó que las trabas regulatorias están evitando que los campesinos africanos se beneficien de los alimentos transgénicos, pero a pesar de esto los agricultores están adoptando esta tecnología rápidamente. El vocero de este equipo, Joel Cohen del Instituto Internacional para la Investigación de Políticas Alimentarias, trabajaba anteriormente para USAID y colaboró con Monsanto y así financiar a Florence Wambugu para que lidere el proyecto de la papa dulce transgénica en Kenia, logrando enorme interés por los cultivos transgénicos, a pesar de que el proyecto demostró ser luego un gran fracaso a un costo de millones de dólares. Florence Wambugu es nombrada regularmente en las revistas científicas más prestigiosas incluyendo Nature como una de las científicas que habla en representación de África y a favor de los cultivos transgénicos, a pesar de haber sido cuestionada por colegas científicos africanos en varias ocasiones.
Mientras tanto, la Fundación Bill y Melinda Gates entregó US$ 3.3 millones de dólares al Centro de Ciencia Vegetal Donald Danforth, respaldado por Monsanto, en Ohio para producir yuca transgénica; y US$16.9 millones al consorcio africano Wambugu para modificar genéticamente al sorgo, también a través de una compañía estadounidense, Pioner Hi-Bred, un subsidiaria de DuPont establecida en Des Moines, Iowa.
Dentro de Estados Unidos, se han aprobado medidas represivas en al menos 10 estados para bloquear a las comunidades locales y regiones en su intento de declararse libres de transgénicos. Éstas han sido identificadas como organizaciones de base que se han levantado en contra de los cultivos transgénicos y que han ido ganando aceptación en el último año.
Un mundo sustentable es posible
El Dr. Tewolde Berhan Gebre Egziabher, Ministro del Ambiente de Etiopía, apoyó la primera acción pública en contra de los OGM comerciales en Alemania con la siguiente declaración :
Los gobiernos mal informados y los funcionarios corruptos en todo el mundo son el principal obstáculo para discutir objetivamente los verdaderos problemas del abastecimiento mundial de alimentos. Las fuerzas demoledoras del libre mercado, que en la era de la globalización están tomando un aspecto cínico e inhumano, privan a los más pobres de los pobres de cualquier intento por sobrevivir.
Alan Simpson, miembro del Parlamento Británico, declaró de manera similar en Londres en nuestra Conferencia Internacional para un Mundo Sustentable que la irreverencia, la rebeldía y la violación de las normas son necesarias para tomar conciencia sobre la profundización de la inseguridad alimentaria, del acceso al agua y a la energía.
La adopción de transgénicos, en un contexto en el que el petróleo y el agua se están agotando y el calentamiento global y los monocultivos industriales dan señales de colapsar, es un crimen contra la humanidad y nuestro planeta, especialmente cuando tenemos el conocimiento a nuestra disposición de construir un mundo verdaderamente sustentable y equitativo.
Mae Wan Do
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Juan Alberto Llaguno Betancourt
perurepublicano@yahoogroups.com
Lima - Perú
 
Grain 22-9-05

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