Estudios Cualitativos realizados por Residentes » Gestión de medicamentos - Valeria Conforti y Natalia Bustamante.Última actualización: 21/02/2010
Gestión de medicamentosAsignatura: Ciencias sociales, Ciencias del Hombre y Salud.
Autores: Valeria Conforti, Natalia Bustamante.
Profesora: Débora Ferrandini
Coordinador docente: Julio Monsalvo
Fecha: Abril de 2004
IntroducciónEste análisis surge de la iniciativa de los residentes e instructores de la Residencia de Medicina General de Rosario. Una de las actividades realizadas por los residentes en los centros de salud es el trabajo administrativo, confección de planillas (IRA, EDA, control de C y D, control de embarazadas), resúmenes mensuales de consultas, números de usuarias de ACO y usuarios/as de preservativos, y el PEDIDO DE FARMACIA. Muchas veces este pedido, como consecuencia de la falta de respuesta del sistema que abastece las farmacias, se realiza de manera aleatoria, resultando una caricatura de la realidad que nos toca, transformando el minucioso trabajo de la contabilización de existencias, el cotejo con la siempre desbordante demanda, en un derroche imperdonable de trabajo humano. Por ejemplo, se requieren mensualmente 3000 comprimidos de enalapril y el área programática nos manda (porque esa es la palabra) la mínima y maliciosa desproporción de 900. Se ignora, se hacen sordos oídos a la continuidad y el número real de pacientes con HTA medicados con ésta droga. Pero esto no es todo. Así como tenemos medicamentos que se acaban rápidamente, tenemos montañas enormes de algunos que no precisamos en absoluto. Y por ahí andan los pacientes, tratando de conseguir tarjeta para el colectivo, o caminando 30 cuadras, para ir al hospital que le corresponde, para ver si ahí le pueden dar la medicación, o simplemente interrumpiendo el tratamiento.
Ante este panorama surge la siguiente pregunta:
¿CUÁLES SON LAS REALES NECESIDADES DE MEDICAMENTOS DE UNA POBLACIÓN Y COMO REALIZAR UN PEDIDO COHERENTE DE FARMACIA?
Para realizar este trabajo, con los compañeros de 1er. año de la residencia decidimos abordar este problema desde dos perspectivas, una relacionada con patologías agudas y otra con patologías crónicas.
Marco teóricoLa atención primaria de la salud, entendida como estrategia, propone dar una respuesta integral a los problemas de salud con el fin último de aumentar la calidad de vida y permitiendo de este modo alcanzar mayor autonomía de las personas1. La calidad de vida dependerá de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales.
Nos parece indispensable hacer una distinción entre el concepto de necesidades y satisfactores de esas necesidades, por motivos tanto epistemológicos como metodológicos.
Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables, son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de esas necesidades2.
Las necesidades revelan de la manera más apremiante el ser de las personas, ya que aquel se hace palpable a través de éstas en su doble condición existencial: como carencia y como potencialidad. Concebir las necesidades tan solo como carencia, implica restringir su espectro a lo puramente fisiológico, que es precisamente el ámbito en que una necesidad asume con mayor fuerza y claridad la sensación de falta de algo. Sin embargo, en la medida en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son también potencialidad y, más aún, pueden llegar a ser recursos.
Así entendidas resulta impropio hablar de necesidades que “se colman” o “se satisfacen”, en cuanto revelan un proceso dialéctico, constituyen un movimiento incesante.
Si queremos definir o evaluar un medio en función de las necesidades humanas, no basta con comprender cuáles son las posibilidades que el medio pone a disposición de los grupos o de las personas para realizar sus necesidades. Es preciso examinar en que medida el medio reprime, tolera o estimula que las posibilidades disponibles o dominantes sean recreadas y ensanchadas por los propios individuos o grupos que los componen.
Las necesidades pueden disgregarse conforme a múltiples criterios, Manfred Max Neef combina dos criterios posibles según categorías existenciales (ser, tener, hacer, estar) y según categorías axiológicas (subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación). Por ejemplo, alimentación y abrigo no deben considerarse como necesidades, sino como satisfactores de la necesidad fundamental de subsistencia. Mientras un satisfactor es en sentido último el modo por el cual se expresa una necesidad, los bienes son en sentido estricto el medio por el cual el sujeto potencia los satisfactores para vivir sus necesidades (ej. medicamentos).
En este contexto, ¿que representa, que significa un real pedido de farmacia, de cuantos saberes está compuesto ese número? El nuestro permite que conozcamos una parte de la respuesta, sólo una limitada porción de la geografía del problema. Necesitamos COMPARTIR.
Ya nos quedan chicas nuestras viejas polleras: las reales necesidades de medicamentos de nuestra población no son siquiera necesidades, los comprimidos, las ampollas, y ese desfile zoológico del mercado farmacéutico, son sólo bienes, meros medios a la espera del desarrollo colectivo de la necesidad de subsistencia. Sino es de esta forma, todo pedido de farmacia es una arbitrariedad.
Definición del problema1. ¿Cuáles son las patologías agudas más frecuentes en la población del barrio San Francisquito?
2. ¿Qué satisfactores (medicamentos, remedios caseros, prácticas alternativas) utilizamos como parte de la estrategia para la resolución de patologías agudas?
3. Las preguntas anteriores, ¿nos permiten acercarnos a un número que represente un pedido racional de medicamentos?
Localización de nuestra investigaciónCentro de salud n° 9 “San Francisquito” dependiente del Hospital Provincial de Rosario, y perteneciente al barrio San Francisquito de Rosario, delimitado por Bv. Avellaneda, Cafferatta (desde el 3500 hasta el 3000), Iriondo (desde el 2900 hasta el 2500), Ocampo y Bv. Seguí; que cuenta con una población de 9905 habitantes según datos del censo del año 1991, con prevalencia de niños menores de 7 años y mujeres en edad reproductiva como principales concurrentes al centro de salud.
El barrio asienta sobre terrenos estatales y en su mayoría las viviendas son de madera, chapas, cartón y ladrillos apilados contando con escasos servicios como luz y agua potable donde una gran parte de la población presenta conexiones clandestinas y precarias, o acceden a canillas públicas.
Los desechos sanitarios así como la recolección de la basura son dos puntos oscuros en la cotidianidad de este barrio, ya que la basura inunda sus calles y sólo es recogida por caminos principales como 27 de Febrero o Virasoro, con poca accesibilidad de las infinitas familias del centro mismo de la comunidad.
El Mercado de Frutas y Verduras asentado en pleno corazón de San Francisquito es quién alberga a la mayoría de los hombres con posibilidades de trabajar, empleándolos como changarines y unas cuantas veces contratándolos temporalmente para el trabajo en huertas.
Un gran número de familias sólo subsisten con el cobro de los planes otorgados por el estado.
Sin embargo el paisaje cambia radicalmente con cruzar sólo unas cuadras cuando asoman, hacia el este de la ciudad, casas de material con uno o dos pisos, en su mayoría con cloacas y otros servicios instalados, con sus calles asfaltadas, y los pequeños comercios atendidos por los propios vecinos del lugar.
Sector con un alto grado de alfabetismo, integrado en su mayoría por la clase obrera, con jefes y jefas de familia que trabajan en relación de dependencia y cuentan a veces con obra social.
ObjetivosSi la terapia farmacológica se alza, no como una necesidad, sino como un bien al que las poblaciones acceden en un intento de satisfacer su principio de subsistencia, no existiría, sensu modo, una necesidad de medicamentos. Esta cubriría como una sombra siniestra al conjunto de prácticas y saberes que una población pone en juego para la satisfacción de necesidades, con un alto coeficiente de autonomía y de respeto por su conocer, no constituyendo un intento de desligar responsabilidades del estado. En este contexto un pedido coherente de medicamentos no debería desconocer dichos aspectos; no es sino integrando discursos, oyendo la voz del otro, mancomunando prácticas que arribaremos a ese difícil número: evidenciarlo es nuestro objetivo.
Enfoque metodológicoPara la confección de nuestro trabajo, utilizamos como método epidemiológico la integración de técnicas cualitativas y cuantitativas, como único recurso posible para aprehender la complejidad y diversidad, rompiendo las rigideces y simplificaciones del positivismo, con su tendencia a establecer generalizaciones libres de contexto y despojadas de relaciones históricas. Coincidimos con las explicaciones de Jaime Breilh en que hablamos de técnicas y no métodos3: ..”lo que define una teoría, con su método, y su forma de usar las técnicas, es su visión de lo ontológico (modo de interpretar la naturaleza de la realidad), lo epistemológico (forma de concebir la relación entre el sujeto cognoscente y el objeto del conocimiento), y lo axiológico (forma de entender el papel de los valores en el conocimiento). Al proponer que integremos teorías, estamos implicando que integremos paradigmas, pues una teoría no es más que una expresión de un paradigma.”
La confusión surge porque desde las escuelas donde hay una hegemonía del positivismo no distinguen método de técnica, y eso ocurre porque no distinguen sino un solo plano de la realidad: el plano empírico de los fenómenos observables y constatables. Es verdad que la realidad y sus procesos tienen un plano empírico, y que éste es el que más directamente aparece para nuestra percepción, pero tienen también un plano generativo, en el que se da la génesis y reproducción de los procesos.
Y dice: ...” el método tiene que dar cuenta tanto del plano generativo, como del plano empírico y de su relación; y por tanto refleja la concepción teórica que tenemos de dichos planos y relación, las técnicas en cambio, trabajan con los fenómenos empíricos”.
Técnica cuantitativaEste enfoque nos llevará a conocer los datos mensurables que nos permitirán construir promedios y tasas. Junto con la epidemiología cualitativa formarán la epidemiología descriptiva.
Utilizando esta técnica recurrimos a la recolección de datos provenientes de las planillas de consulta diaria del centro de salud, específicamente las confeccionadas por los médicos generalistas de la residencia desde los meses de enero hasta septiembre inclusive del año 2003. Para la recolección sólo se tuvo en cuenta aquellas consultas catalogadas previamente como patologías agudas, la muestra seleccionada para nuestro trabajo.
Dentro de las mismas se incluyeron:
PATOLOGÍA AGUDA
El listado de patología aguda fue mayor, pero se eligió estas debido a la frecuencia de presentación en el consultorio.
Los datos recogidos nos permiten hacer un primer análisis cuantitativo que más adelante correlacionaremos con las entrevistas realizadas y las respuestas obtenidas de nuestra investigación cualitativa.
Técnica cualitativaRecurrimos a las entrevistas realizadas a los integrantes del equipo de salud del centro San Francisquito (médicos, enfermeras, agentes sanitarios) y a pacientes elegidos al azar que consultaban al centro por patologías crónicas como el retiro de anticonceptivos o control de tensión arterial, ya que de esta forma evitamos un sesgo en las respuestas. Al principio nos costó ver de que manera encarar cada una de ellas y si esta debía ser totalmente libre como indicaban las guías o deberíamos tener algunas preguntas preconcebidas. Nos decidimos al final por esto último ya que de otra forma cada entrevista iba ser muy extensa y se nos iba a dificultar la obtención de conclusiones relacionadas con el objeto de nuestro estudio
Las entrevistas fueron conversaciones libres realizadas en el consultorio con los pacientes. Durante cada entrevista se realizaron preguntas orientadoras que no pretendieron en ningún momento ser preguntas cerradas, sino que al contrario propiciaron un diálogo fluido, de par a par con el otro, limitándose el número de las mismas por la saturación de la muestra.
Es importante aclarar que no fue una encuesta porque la misma implica preguntas cerradas y forma parte de las técnicas cuantitativas, si no que al contrario fueron conversaciones abiertas, en actitud de diálogo.
También queremos remarcar que de las respuestas obtenidas sólo se tuvieron en cuenta aquellas referidas a patologías agudas antes enumeradas. Un ejemplo de esto fue que la hipertensión arterial fue nombrada varias veces como problema pero no se incluyó en nuestra investigación.
Inicialmente preguntamos: ¿Cuáles son los problemas de salud más frecuentes en el barrio?
En virtud de las respuestas obtenidas, que evidenció una compresión de los procesos de salud enfermedad y sus determinantes, inesperados en el momento de diagramar el cuestionario, surgió la necesidad de acotar los márgenes del concepto con una nueva pregunta/s.
Las preguntas formuladas fueron: ¿cuáles cree que son las enfermedades que afectan con más frecuencia a los hombres, mujeres y niños de este barrio? ¿Qué tratamiento conoce para dicho problema (remedios caseros, medicamentos, prácticas)? ¿Cree que la medicación que recibe el centro de salud es suficiente?
Luego se realizaron algunas modificaciones sobre la marcha del trabajo que son relatadas durante el desarrollo.
La mayoría de ellas se llevaron a cabo en el consultorio con excepción de las realizadas con el personal del centro que se desarrollaron en diferentes ámbitos como la cocina del centro.
En general se trató de abarcar una franja etaria variada para de esta forma abarcar diferentes opiniones de acuerdo a cada etapa de la vida, sin embargo al final notamos que la mayoría de las entrevistadas eran mujeres en edad media de la vida, que son el grupo con más llegada al centro de salud tanto por sus hijos como por ellas mismas. En cuanto a los hombres las entrevistas fueron sólo dos, con edades extremas (70 años y 15 años), por lo tanto la visión “masculina” se encontró limitada por falta de datos.
Esta misma situación se ve reflejada en el equipo de salud del centro que cuenta con mayoría femenina entre sus integrantes.
También utilizamos la observación, sobre todo en el sector de enfermería, que es en la mayoría de los casos de patologías agudas el primer lugar de consulta (demanda espontánea).
Con esta técnica podremos observar la dinámica de la vida y entender las representaciones de los diversos actores de la comunidad y de esta forma comprender de mejor forma a nuestra población a cargo.
Desarrollo: trabajo de campoEn total se analizaron 1324 consultas hechas entre los meses de enero a septiembre del año 2003, en los consultorios de Medicina General, en el centro de salud n°9.
Separadas por patologías se registraron:
Del total de consultas analizadas, el 11% se realizaron en el mes de julio, mes de invierno y por lo tanto las patologías que prevalecen son las de vía aéreas superiores como gripes y anginas. En concordancia con esto, el 43,8% de las consultas se debieron a cuadros infecciosos de vía aéreas superiores que sumadas a las de vía aéreas inferiores conforman un total de 54,1%, es decir más de la mitad de las consultas se debieron a síntomas respiratorios.
En el otro extremo tenemos el mes de enero, mes de pleno verano en la ciudad de Rosario, donde se registró la más baja frecuencia de consultas, sólo un 5,8% dentro de los cuales el 32,4% se debieron a cuadros respiratorios de vía aéreas superiores. Esto nos lleva a suponer que los cuadros respiratorios tienen un gran impacto dentro de esta población y que su presentación no sería estacional, si no más bien “perenne”, es decir estable durante todo el año con mayor incidencia en los meses de invierno.
Analizando todos los meses en su conjunto las patologías más frecuentes en el consultorio son dos: cuadros respiratorios y los dolores, dentro de las patologías agudas analizadas. Cabe destacar que dentro de la presentación de los cuadros respiratorios tenemos como problemas agudos la fiebre, el malestar gral., mialgias, tos; para luego poder correlacionarlos con la estrategia para la resolución de estos problemas.
Llama la atención la clara relación que existe entre los meses de calor intenso en la ciudad con la aparición durante los meses de enero, febrero y marzo de un mayor número de consultas por infecciones en la piel como erisipela, impétigo, etc.
En total el 78,8% de dichas consultas se presentaron específicamente durante esos tres meses.
Se registró un bajo número de consultas por anemia, tal vez por no tener síntomas tan específicos o por no ser detectado por el equipo de salud o por la población como problema. Errores en la forma de registro de los motivos de consulta puede ser otro factor que influya en dicha frecuencia. Este grupo conforma el 1,5% de las consultas durante estos meses.
Las infecciones micóticas muestran una incidencia estable durante todo el año así como también las consultas por epigastralgias, las parasitosis no muestran grandes variaciones estacionales, con excepción del mes de julio que su frecuencia fue del 53,3% es decir más de la mitad de las consultas se produjeron especialmente en dicho mes.
Los problemas ginecológicos conforman el 4,8% del total de consultas realizadas en consultorios de Medicina General, sin tener en cuenta las consultas que se realizaron específicamente en aquellos dedicados exclusivamente a la planificación familiar a cargo de los residentes de 1 año, debido que esto creaba un sesgo al momento de contabilizar y analizar los datos obtenidos.
Las consultas por problemas del aparato digestivo, excluyendo la epigastralgia, aumentan durante los meses de enero, febrero y marzo. Su frecuencia es del 5,7% durante los meses analizados y durante los primeros tres meses conforman el 48% del total.
Cuando desocupación, violencia, drogadicción y desnutrición se dieron a luz como respuesta a nuestro primer interrogante, permitieron observar un conocimiento más profundo y complejo de aquel que en primera instancia supusimos. Comprender como problema de salud elementos tales como la desocupación nos habla de lo lógico que es para nuestra población los problemas de salud entendidos como procesos. Si bien para el diseño de nuestro estudio, en lo que respecta a la comparación de los datos obtenidos de las planillas de consulta con aquellos problemas sentidos por la población, estas respuestas no son operativas, sí permiten abrazar nuestra pretensión de conocer los saberes de este colectivo. Es este uno de los pilares que constituyen una gestión coherente de medicamentos, según venimos sosteniendo en este trabajo.
De las preguntas reformuladas ¿cuáles son las enfermedades que afectan con más frecuencia a mujeres, hombres y niños de su población, que tratamientos conoce para dichos problemas y si piensa que al centro de salud llega la medicación necesaria?, con respecto a la última, producía confusión en sus respuestas. Por ejemplo la gente respondía que para el dolor de garganta hacía falta más antibióticos, confundiendo el significado de estos con los analgésicos.
Por ello decidimos sólo realizar la primer pregunta y escuchar lo que el entrevistado tenía para decir sin hacer más intervenciones.
En total se realizaron 9 entrevistas que agotaron la muestra, dentro de la cual el 77% fueron mujeres entre 19 y 50 años, 6 pertenecientes al barrio y 1 maestra del centro CRECER ubicado en calle 27 de Febrero e Iriondo. Los otro 2 fueron hombres en edades medias.
Todo el proceso de entrevista fue sumamente productivo y nos permitió hacer un análisis que concluyó con similares respuestas a la de la metodología cuantitativa: las patologías respiratorias fueron las más nombradas dentro de las enfermedades del barrio seguidas por los problemas “estomacales” como la gastritis y las diarreas en los niños.
Un ejemplo de ello fue la entrevista realizada con Rita (40 años), madre de 5 niños en edades escolares y tanto ella como su esposo Pedro (50 años) son hiperfrecuentadores del centro de salud. En una de sus tantas consultas por certificados de salud para sus niños pudimos acceder a una entrevista con ella que nos contó “...el estómago es el órgano más importante del cuerpo humano, que permite a los niños crecer sanos y a los adultos trabajar sin problemas, por eso cuando uno tiene gastritis no puede pensar...”, ella sugirió que la ranitidina o la mylanta son las drogas que utiliza cuando aparece la gastritis y que en el barrio es muy frecuente ver mujeres con estos dolores, por eso siempre alguna vecina le presta alguna pastilla si no puede venir al doctor.
Algunas veces puede pedir una receta para el centro de salud pero generalmente tiene que alcanzar el Hospital para buscarla y eso le crea pérdida, no solo de tiempo sino también de dinero, nos cuenta.
Otra paciente del centro, María (29 años) cuenta entre sus antecedentes con hipertiroidismo e hipertensión arterial por lo que la ranitidina es una medicación a la que recurre frecuentemente cuando los remedios... “le atacan el estómago, nos es fácil tomar todo lo que el médico te da, encima con tantos problemas es común que la panza te termine ardiendo. Muchas veces los termino comprando porque en el dispensario nunca hay, no sé si porque mandan pocos o porque los médicos los recetan mucho, eso piénsenlo ustedes...” sentencia la charla.
Silvia (32 años) es una mamá de 4 chicos que a su vez se desempeña como administrativa del centro por el plan trabajar, conoce muy bien a la población con la que trabaja el dispensario porque ella misma vive en el barrio sólo a unas pocas cuadras del trabajo. Ella nos decía que la desnutrición es un problema que se ve con gran frecuencia en el barrio... “chicos flacos, pálidos. Y sin ganas de jugar...” los define. Esta descripción tan sencilla contrasta con el gran significado que tiene este problema en el barrio. Los resfríos, espasmos bronquiales y los problemas estomacales son una consecuencia frecuente en estos chicos. Silvia cree que mejorando la alimentación no serían necesarios tantos remedios.
Lorena (20 años) es una chica delgada que tiene en brazos a Brian ( 3 años) durante todo la charla, y aunque está un poco apurada nos dice que... “siempre se junta con otras madres del barrio para hablar sobre sus hijos, nos pasamos recetas fáciles de preparar con poca plata y algunos remedios caseros para la fiebre o la tos. Siempre hay algún chico con broncoespasmo, dolor de garganta o de oído así que creo que esos son los problemas más frecuentes...” reflexiona al finalizar la charla.
También sugiere que los antibióticos y los analgésicos generalmente para chicos se consiguen pero si es un adulto el enfermo ahí se sabe que habrá que moverse para conseguir la medicación: al hospital, a otro centro de salud o incluso al mercado paralelo que vende los remedios sueltos... “incluso se venden remedios del propio centro de salud y da bronca pagar por ellos pero si mi marido no trabaja por estar enfermo, no entra comida a la casa, y es así...”
Uno de los hombres que pudimos entrevistar es José (45 años), trabaja en el mercado de Frutas y Verduras ubicado en San Nicolás y Gálvez sólo a una cuadra del centro de salud. Él trabaja desde muy temprano a la mañana y termina por la tarde cuando los turnos ya están dados y por eso nunca puede atenderse en el centro a pesar de estar sólo a una cuadra de distancia del trabajo.
“Generalmente la mayoría de los muchachos se queja de dolores de espalda o de piernas, porque levantamos peso todo el día, y generalmente la medicación como ibuprofeno o paracetamol la consiguen las mujeres que pueden venir durante el día a buscarla. Si hay que comprarlos como pasa muchas veces porque acá se acaban rápido, la compramos sueltas, pero son caras...”
Nos pareció muy interesante poder charlar con una maestra del centro CRECER dentro del barrio San Francisquito. Ella nos decía que siempre tiene madres que se quejan de no conseguir los remedios para sus hijos. Aunque es fundamental el desarrollo de un niño en un ambiente armónico, la intervención del sistema sanitario, especialmente de los médicos con los mensajes que transmitimos a los enfermos o padres de enfermos sobres los cuidados de la salud forman parte de una relación que puede ser beneficiosos o perjudicial de acuerdo a como se la encare.
Nos ejemplifica lo que piensa con el siguiente relato: si una madre primeriza concurre al centro de salud 10 veces en una semana por cualquier cosita y nadie le explica lo que es importante detectar en un niño enfermo y por el contrario adoptan , no sólo los médicos si no también las enfermeras una actitud totalmente expulsiva, cuando ese bebé no coma y tenga fiebre y la mamá no lo lleve por miedo o vergüenza y termine teniendo una meningitis , siempre se señala a la madre como culpable sin mirar la propia falla del sistema en general. La desnutrición de los niños, se plantea como problemática de salud en la comunidad y por su causa se desencadenan otras enfermedades como bronco espasmos, neumonías, pediculosis, sarnillas, impétigo, hongos, parasitosis y caries.
Una situación que se repite frecuentemente es el déficit en la implementación de tratamientos de reeducación de la voz (fonoaudiólogos) y psicológicos, por falta de recursos humanos la mayoría de las veces.
Es importante dejar constancia de otro tipo de postura ante la terapéutica medicamentosa. Es de común observación, especialmente en el sexo masculino y de edad adulta, el recurso de la toma de comprimidos previa a la consulta médica en un intento de recomponer una normalidad sufriente. Surge de esta manera el fármaco como un recurso alternativo a la red sanitaria, que se alza sobre ella proclamando su voz de autoridad.
El conjunto de practicas “alternativas” gozan de una especial aprobación en la comunidad: Mirta sana su eccema atópico con aplicaciones de aloe vera. “Probé con aloe varias veces, como por dos semanas mas o menos. Algo me mejoró, pero me sigue picando y mire como tengo…”
Creemos que estas entrevistas dejan entrever cuales son las patologías que más preocupan a esta población.
Las enfermedades del tracto respiratorio son la principal causa, seguidos por los problemas del tracto digestivo, especialmente la gastritis se asume como un factor frecuente de consulta en adultos.
ReflexionesDurante el desarrollo y análisis de este trabajo, queda demostrado que un pedido racional de medicamentos desde el centro de salud no puede generarse solo desde nuestro saber, el saber médico científico.
Queda por analizar que tipos de prácticas y saberes se desarrollan en nuestra comunidad, así como una autocrítica y una deconstrucción- construcción de nuestra práctica.
Hasta ahora las respuestas parecerían evidenciar un alto grado de dependencia hacia una imagen particular del medicamento, una imagen de objeto portador del estado de salud. Todo esto de la mano de un saber y una práctica médica reducida, que asume la superioridad de esa racionalidad dominante al conocimiento válido como sólo a aquel que se construye bajo los cánones de la ciencia positivista y que se trasmite por la escritura.
Ahora bien, si optamos por esto último, por la lógica de la linealidad, la estrategia establecerá prioridades a partir de pobrezas de subsistencia observadas. Los programas se orientaran preferentemente de manera asistencial como un ataque a la pobreza entendida convencionalmente. Las necesidades serán entendidas exclusivamente como carencias, y en el mejor de los casos, los satisfactores que el sistema genere serán singulares.
Paradojalmente, tal opción impulsa una causación circular acumulativa y los pobres no dejan de ser pobres en la medida en que amenaza su dependencia de satisfactores generados exógenamente a su medio.
Si optamos por la complejidad, por el supuesto sistémico, la estrategia priorizará la generación de satisfactores endógenos y sinérgicos. Las necesidades serán entendidas como carencias y como potencias, permitiendo así romper con el círculo vicioso de la pobreza 4.
Queda el sueño: el desarrollo metodológico que materialice lo que ahora constituyen angustias, la necesaria interculturalidad, que dé respuestas con todas las voces a nuestro problema.
Bibliografía
1 Gastâo Wagner de Sousa Campos, Gestión en Salud, en defensa de la vida. Lugar Editorial. 2001. pp 51
2 Manfred Max Neef, Desarrollo a Escala Humana.
3 Jaime Breilh, Epidemiología Crítica, ciencia emancipadora e interculturalidad. Lugar Editorial. 2003. pp 154.
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