Cartas que salen del cuerpo » N° 43 - Valorar lo propio - 05/04/11

Última actualización: 06/04/2011

CARTA 43: 03/04/11

 
VALORAR LO PROPIO
 
El querido y recordado amigo Oscar Ortiz, era un apasionado comunicador. Allá por los 70 lo veíamos registrar saludos y mensajes en un grabador manual que llevaba de una comunidad a otra.
Con motivo de los 500 años de la invasión europea a este Continente, elaboró un video recopilando testimonios de indígenas y afrodescendientes, desde México a la Patagonia.
Recuerdo que una de las personas entrevistadas se preguntaba cómo era posible que “aun estemos aquí”, a pesar de ser objetos de un proyecto de genocidio y etnocidio. “¡Es un milagro!”, repetía una y otra vez.
Sentipienso que estos “milagros” son posibles gracias a la fuerte determinación de sucesivas generaciones de preservar la identidad custodiando los valores ancestrales.
Siempre me ha generado grandes esperanzas la vigencia de esos valores que se expresan en prácticas solidarias, que he podido ver en grupos humanos de Pueblos Originarios y de comunidades campesinas, en especial en las mujeres.
Conocer esa cosmovisión respetuosa de la vida ha significado para mi persona, recuperar el sentimiento de ser Naturaleza.
Sin embargo, no dejo de ver con tristeza las divisiones y otros efectos causados por imágenes y mensajes que penetran desde la cultura dominante de las  maneras más variadas.
Pareciera que actualmente el más poderoso medio de dominación es la TV, inculcando la idea de que tanto bienes materiales, como modas y conductas “de afuera”, son mejores.
A mediados de los 80, un amigo que se radicó en una provincia patagónica, contaba con asombro que los bebés de “los blancos” eran llamados con nombres de Pueblos Originarios, en tanto que las niñas y los niños originarios tenían nombres bíblicos o de misioneros extranjeros.
A principios de 2001 tuve ocasión de escuchar en una de esas provincias a un artista quien, junto a su hijo adolescente, difundía apasionadamente música y cantos propios.
En un momento dado, me cuenta sonriendo que el nombre de su hijo es Jonathan. Me aclara que felizmente se ha revalorado poner nombres autóctonos a sus bebés.
Tuve la bella experiencia de participar de un encuentro en los Andes colombianos, donde se debatían avances y dificultades de un Sistema Indígena de Salud.
Se apreció como un logro significativo, la incorporación de rituales de armonización celebrados por el Sanador propio, durante el período de embarazo
Fue motivo de reflexión el hecho de que algunas mujeres jóvenes valoran la sabiduría de los mayores y se apropian de la ritualidad con su cosmovisión, en tanto que otras, desvalorizando las normas y prácticas culturales, no aceptan el ritual.
En una comunidad andina, esta vez ecuatoriana, un grupo de mujeres nos mostraban con orgullo los vestidos tradicionales que ellas mismas confeccionaban. No obstante, se comentaba que algunas optaban por la “moda de la ciudad”.
Valorar lo propio eleva la autoestima personal y comunitaria y nos permite que  recuperemos nuestro “ser natural”.
Recuperar nuestro “ser natural” es volver a tener arraigados esos valores profundos que impulsan a  que los seres humanos vivamos en armonía, en paz, en alegremia, y a transformar saludablemente la historia.
 
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!
                                                                                    Julio
 
 

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