Artículos Varios » ¡No a la agricultura industrial! - Luis Skupieñ

Última actualización: 18/04/2011

 

 ¡NO A LA AGRICULTURA INDUSTRIAL!
 

 

            
Esta es la convocatoria de la VIA CA  MPESINA para mañana, 17 de abril, DÍA INTERNACIONAL DE LA LUCHA CAMPESINA. Adhiero. Y no me voy a andar con medias tintas. Hay que enterrarlo, ¡Y BIEN MUERTO! No hay posibilidad de convivencia con el sistema de agricultura industrial, no hay posibilidad de tolerancia con los monocultivos, los transgénicos, los agroquímicos, los agrocombustibles.
No hay medias tintas, o estás allá, o estás acá. O estamos a favor de la vida, o estamos a favor de un modelo de muerte. No se puede ser “un poquito agroecológico”, o “un poquito campesino”, o “un poquito soberano”. O tenemos soberanía alimentaria, o estamos muertos. Nos moriremos ahora, o dentro de unos años; se morirán algunos o se morirán muchos; se morirán las familias o se morirán las colonias, los pueblos, las comunidades; nos moriremos de hambre o nos moriremos de cáncer; o de tristeza que es peor. Pero lo que es seguro, es que nos vamos a morir si no cambiamos el sistema, dejando morir y enterrándolo al sistema de agricultura industrial y haciendo crecer con fuerza a la agricultura campesina y la soberanía alimentaria. Claro que hay que morirse, es lo único seguro en la vida. ¡Pero yo quiero vivir hasta el último suspiro! ¡No quiero estar muriendo de a poquito!
Si, ya sé… ahora me van a decir que este primer párrafo es muy dramático, muy fuerte, que soy un fundamentalista, que soy extremista, que se puede dialogar, que hay que buscar y construir consensos, que los cambios son lentos y paulatinos, que hay que ayudar a tomar conciencia….
¡¡NONES!! ¡¡No, no y no!! Yo no quiero buscar consensos con un sistema que me invade, me pisa, mes escupe, me muele, me rompe, me quiebra, me desarma, me mata. El único consenso posible es con las mujeres y hombres que están perdidos adentro del sistema de agricultura industrial: abandónenlo y estaremos con ustedes. Les damos la opción de redimirse, creemos que la mayoría está equivocada, no que son unos asesinos. Yo no puedo pensar que mi vecino, que pulveriza litros y litros de endosulfán en el zapallo que cultiva, me quiere matar. ¡Al pobre tipo le vendieron la idea de que esa era la única forma posible! Y para colmo, el que le vendió la idea es colega mío. Pero, aunque yo sé que no me quiere matar, los resultados no cambian: en mi chacra hay residuos de endosulfán (y de glifosato, y de cipermetrina, y de…) porque a los venenos nadie le dijo que debían quedarse del otro lado del alambrado.
Entonces que se entienda bien, no somos igual de violentos que el sistema contra el cual luchamos, queremos enterrarlo, y bien muerto, al sistema. No queremos matar ni enterrar a los hombres y las mujeres que de alguna manera también son víctimas, aunque parecen los verdugos.
Porque ellos, los que practican agricultura industrial, los grandes productores sojeros, algodoneros, los dueños de feed lots, los vendedores de transgénicos y agroquímicos, los técnicos que asesoran a esos productores… aunque no lo quieran hacer, igual nos están matando, y se están matando. Por ignorancia, por cobardía, por descuido, por ambición, por confusión… No sé muy bien por qué, y tampoco es tan importante, ¡Lo que yo quiero es que dejen de hacerlo!
Entonces propongo, en adhesión a la lucha de Vía Campesina, que busquemos los caminos para hacer crecer la agricultura campesina y la soberanía alimentaria, cada uno desde el lugar que nos toca:
Los consumidores, siendo responsables, informándose del origen de lo que compran para alimentarse y alimentar a su familia, asumiendo que el consumo no es consumismo, buscando en los mercados locales, en las ferias, en las hueras, granjas y chacras de la periferia de las ciudades y en las chacras campesinas de la región. Cultivando lo que puedan de sus propios alimentos, en los patios, las terrazas, los balcones. Aún en los pueblos más chicos las casas tienen grandes patios donde se puede volver a hacer la huerta y criar gallinas, como hacía la abuela.
Los campesinos y campesinas, redoblando los esfuerzos para liberarse del cultivo para la renta; repensando y recreando la soberanía alimentaria desde la tierra, desde los saberes ancestrales, desde las semillas tradicionales.
Los educadores, técnicos, comunicadores, investigadores que trabajan en desarrollo rural, abandonando la idea de crecimiento y de producción para el mercado, que tanto daño le ha hecho a la gente a la que supuestamente pretendíamos ayudar; y volcándonos al modelo de agricultura campesina y soberanía alimentaria, a encontrar junto a las campesinas y campesinos los caminos para reconstruir el buen vivir.
Los técnicos, comunicadores, administradores que trabajan en la agricultura industrial, haciendo el máximo esfuerzo para entender que con ese modelo, “el bien de pocos es mal de todos” como dice la canción “Civilización” (de Los Huayra). Para encontrar los modos de transformar los sistemas productivos en los que trabajan de manera que dejen de matar.
Los decisores políticos, proponiendo y abriendo espacios de participación real para el diseño de políticas públicas a favor de la soberanía alimentaria y la agricultura campesina: límites a la propiedad y tenencia de la tierra, freno a los desmontes, freno a los desalojos; protección del ambiente, soberanía sobre los recursos naturales, reforma agraria genuina; eliminación de los subsidios y subvenciones de todo tipo a la investigación y al desarrollo de la industria de agroquímicos, transgénicos y todo el paquete del modelo necrofílico de la agricultura industrial; creación de canales de transformación, distribución y comercialización cortos, locales, territoriales; abandono de la idea de crecimiento por la de desarrollo a escala humana, desarrollo de energías alternativas y de tecnologías apropiadas en serio…
… en fin, no tengo todas las ideas, seguramente a cada uno se nos ocurren algunas o muchas soluciones posibles; lo importante es que actuemos, no podemos quedarnos de brazos cruzados dejando que la vida (o mejor dicho, que la muerte) nos pase por arriba sin nuestro permiso.
¡¡ENTERREMOS EL SISTEMA ALIMENTARIO INDUSTRIAL!!
¡¡LA AGRICULTURA CAMPESINA PUEDE ALIMENTAR AL MUNDO!!
 
Gral. San Martín, Chaco, Argentina
16 de abril de 2011
Luis Francisco Skupieñ
DNI 18.466.252
Ingeniero Agrónomo
Cooperativa Agroecológica del Litoral
 

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