Crónicas de Vivencias » En mi patio el césped rompió el cemento - Sandra Isabel Payán

Última actualización: 26/08/2011

 

EN MI PATIO EL CÉSPED ROMPIÓ EL CEMENTO
 
Sandra Isabel Payán
 
No sé si el césped agrietó el cemento o si se metió entre las grietas que ya estaban, o si ambas cosas sucedieron al mismo tiempo. Grietas, césped y cemento, todo siendo en lo otro, es decir, sin otro, sin tiempo, un solo tiempo.
¿Estaban ya las semillas de césped cuando los albañiles echaron el cemento sobre la tierra?, ¿dónde estaban?, ¿en la tierra o en el cemento?
Creo que el césped sabe que el cemento debe quitarse, que no nos hace bien que permanezca, que la vida no es en él, que la tierra está debajo. La fuerza de la existencia de esta hierba, ha producido el agrietamiento del cemento.
El césped quiere que la tierra esté en lugar del cemento, y yo también… Queremos lo mismo, césped y yo somos de la tierra.  No nace nada del cemento, ni una risa, ni una lágrima, sólo frío, soledad, vacío y desasosiego. En la tierra están las ganas, la dicha, el encuentro; en el cemento, nada.
¿Cuánto tiempo gastarían los albañiles cubriendo la tierra de cemento? Seguro menos que el que tardaré en quitarlo, y mucho menos que el que le ha llevado al césped facilitar la tarea.
¿Cómo sería el comienzo de todo?, ¿desde dónde llegarían las semillas?, ¿cómo llegarían hasta aquí?, ¿dónde comenzarían a salir?
Despacito, eso es seguro, el césped ha ido rompiendo y cubriendo el cemento poquito a poquito.
Descubrir las raíces del césped en la tierra que el cemento ha cubierto, es uno de los milagros más maravillosos que he presenciado.
Además de agrietarlo, el césped se posa como si nada sobre el piso de cemento, crece y crece, tapizándolo con suavidad, como si nada.
Cuánta grandeza en su paso. Su tejido majestuoso, sublime y milagroso sobre el cemento, como si nada, lo cubre, lo debilita, lo oculta, y poco a poco, terminará por destruirlo.
 Qué poderosa es la fuerza de la vida.  Parece que nos habla. Es más que una metáfora.
 
Formosa, 26 de julio de 2011
 
Hoy sucedió algo maravilloso. Comencé a retirar el cemento de mi patio. La tarea que el césped ya había comenzado hace tiempo.
Aunque todo comenzó hace mucho, pareciera que hoy es el comienzo de algo muy importante.
Salí esta mañana a buscar una grieta en el cemento, para plantar el aguacate que una amiga me regaló, una hermosa plantita de aguacate, grande, mágica, rara, saliendo desde su gran semilla, aun tan presente.
Un nido que coloqué en el patio, señaló el lugar por donde empezaría a quitar el cemento. Un nidito de verdad, antiguo, ancestral, desconocido y propio.  No conocimos sus hacedores, o tal vez sí. ¿Nos conocieron? ¿sabían?
Comencé despacito, como el césped. Pero inmediatamente, un entusiasmo descomunal me poseyó, el deseo contenido del césped me hizo suya. Con apurada alegría continué, sin querer ni poder detenerme.
Escarbé la grieta señalada. En su interior, tierra mezclada con  piedras y trozos de ladrillos, y entre ella, el césped, sus raíces, tensas, dichosas, triunfantes.
Piedras, trozos de ladrillos y pedazos de cemento, se fueron desplazando. Temblaban, cedían, uno a la vez, y cada vez más. El movimiento de un trozo hacía remover otro más. Y así, fui quitando el cemento de mi patio.
Primero trabajé con mi palita de jardinería, luego mis manos, excitadas, entusiasmadas y ensimismadas, tomaron su lugar, hicieron lo que les correspondía.
Una pequeña herramienta fue suficiente, y mis manos.
Y debajo de todo… tierra, la bendita tierra. La primera capa, la que se alcanza a tocar, es como arcilla para moldear, suave, hermosa, fina. Tal vez está así gracias al tiempo transcurrido, gracias a la humedad, gracias al cemento. ¿Gracias al cemento?
Mis manos se lastimaron quitando el cemento, pero no tanto como el cemento. Mi palita de jardinería quedó destruida, pero no tanto como el cemento.
El cemento se ve ahora tan frágil, tan inestable, tan vulnerable. Y mis manos, tan posibles, tan felices, tan poderosas.
Ahora que ya empecé, parece todo tan fácil, tan posible. Todo el cemento se puede quitar, toda la tierra está ahí.   
Algo más que tierra voy a encontrar debajo del cemento. Algo más va a suceder además de romperlo…
      
  
Me divierto y emociono al releer mi relato en plural, cambiando el “yo” por el “nosotros”. 
¿No es cemento lo que estamos queriendo quitar? ¿No es tierra lo que queremos liberar, descubrir y tocar?
Tanto cemento hay en tanto lugar, tanta tierra está cubierta.
¿Cómo seguir? El mismo hacer nos lo irá diciendo, cada nueva piedra, cada trozo de ladrillo y cada pedazo de cemento, cada nuevo movimiento, nos indicará la manera de seguir.
¿Hasta cuándo? Hasta que nos haga felices, hasta que esta pasión siga encendida en nuestro pecho, hasta que nuestras manos tengan ganas.
Y estas ganas de quitar el cemento y de buscar las grietas que el césped ha abierto para nosotros, nunca se van a ir, por lo menos hasta que haya cemento y hasta que la tierra esté oculta.
 
 
 
ECOS DE ESTE RELATO
 
Compartí este relato con quienes quiero, y como dice Teresa, con “quienes quieren las cosas que más queremos”, y una avalancha de hermosas respuestas le dio continuidad. Respuestas íntimas, profundas y sanadoras, que hablan del cemento, del césped y de la tierra que nos constituye, y de la única fuerza gestora de todo milagro: el amor. 
 
Las transcribo a continuación, textualmente y en el orden en el que fueron llegando. Real y mágicamente (que es lo mismo) están escritas en continuidad, como una historia de amor…
 
 
 
Hermoso el relato Sandra, hermosamente escrito, sentido... Gracias por convidármelo!
Sabés? Te veo en el campo... tarde o temprano te veo viviendo en un pueblito o en el campo-monte-selva-montaña-costa-mar...
Un abrazote!
Marcos
 
Sandra: Como tus brotes me abro un lugar en este cemento y allá voy!!!
Siento que hago lo correcto... puede que muchos no lo entiendan pero nunca olvido un cuento que había en un libro de 1º superior (si !soy así de antigua!!)
Un niño sacaba todos los días agua de un aljibe y no entendía como la soga que era muy frágil fue dejando en la pared del aljibe, que era de piedra, una marca tan profunda.
Un día un ángel se le aparece* y le explica que si uno quiere algo aunque sea muy difícil puede lograrlo, "la constancia todo lo vence", era la frase que usaba el ángel.
Creo que si me acuerdo es porque me marcó... todo lo vencí con mucha constancia.
Gracias por compartir tus sentipensares, como dice Julio.
Gracias por ayudarme a enfocarme.
Un abrazo a todos y todas.
Ana
* (era un libro de los 50, revolución libertadora, tener en cuenta)
 
Hermosa amiga del alma, compañera de camino
Qué milagro la palabra, que algo mágico sucede con ellas cuando nuestro Ser se expresa a su través, qué distintas suenan cuando en ellas el corazón vibra y como si danzaran en el texto, fluyen de ser a ser, de corazón a corazón... como el césped haciendo camino en el cemento, sembrando vida, disipando piedras, lo oscuro y endurecido por lo colorido y tierno, dando ejemplo de vida que no es con espadas donde se conquista la tierra sino con amor de vida y fuerza de esperanza donde se siembra la tierra, se vive tierra para renacernos cada día.
Te quiero Sandris, gracias por tu luz y por compartirla,
Ceci
 
Sandrita: cuánta belleza, cuánto milagro en la simpleza, todo es naturaleza, que nos llama y ese nosotros subyacente constante que nos hace vivos y parte de ella. Aquí muy humildemente quiero compartir algo que escribí estando en Barcelona y se llama "Los porqués de la soledad", porque creo que tiene puntos de contactos, siempre en búsqueda del encuentro. Dice así:
 
Los porqués de la soledad
Por qué camino el universo?
Por qué siento este amor universal?
Por qué no siento lo mío, sino lo nuestro?
Y deseo estar en tu piel, sin poseerla?
Y tu cóncavo me pida mi convexo
Lo negro y lo blanco en infinitos grises
Bailan en círculos concéntricos
Que se abren para no cerrarse
Perdí mi yo desde hace tiempo
Sin encontrarlo
Acaso lo deseo?
Por qué no sos mía
Y tanto te deseo
Y en tu goce
Está el mío
Que perteneciéndome
No me pertenece
Hace tiempo
Y sin buscarlo
Vives dentro mío… 
 
Barcelona 27 de junio de 2011
 
Un abrazo muy abrazador para vos y para Julio en este nosotros universal que nos une. Alberto
 
Siempre me pasa: Me emociono, pero sé que no me emociono lo suficiente, otra vez se atraviesa esa razón que no deja pelechar la verdadera vida. Pero me emocioné con el cemento, la alegría y el pastico.
Me emocioné al ver dónde brota el milagro de la vida y cómo Ud. vio vida donde uno a lo mejor no hubiera visto sino mugre.
Me pregunto: Defendió el cemento la tierra de otro depredador? Yo creo que es posible, tal vez la defendió de ser arrasada. Ahora que ya la defendió le da hasta cierto punto permiso para que ella lo rompa y brote. Porque el cemento no es vital, como bien lo dice Ud., pero su accionar al relacionarse con la vida lo vuelve algo vital. He pensado en eso varias veces: qué es lo vital? No es vital una piedra cuando permite que se cree un flujo de agua?
Como ves linda ya me tiré la belleza de tu poema.
También he pensado cuántos milagros pasan por delante de uno, como el pastico, y uno no los ve, no se da cuenta porque las cosas no ocurren como uno cree que debe de ocurrir un milagro.
La verdad, me emocioné con el escrito, pero no como debí de emocionarme, o cómo creí, según el modelo, que debía emocionarme. Cuándo será que podemos romper con estos modelos. Qué doloroso es darse cuenta. Usted me hace caer en cuenta del bello milagro del pastico y el cemento.
Te quiero como el milagro
Papá
 
Sandri te imagino rompiendo el patio...y me encanta!!! jaja!
Leti
 
Qué hermoso relato Sandra! me encantó y trasmitiste tu emoción y sentir! A mi también me encantan ese tipo de tareas!! y después, en casos así, el cansancio físico es reconfortante!
Andá pensando como querés seguir y si me das permiso me sumo a la tarea en mi visita!
           Va abrazote laargo!!!
                   besos a los dos y para tu mami también!
                                                                                                      Inesita
 
Simplemente me encantó!!!!!!!!!! Un gran, gran abrazo 
Lili
 
Felicidades por vuestra nueva casita, la vida es como el amor o viceversa pues se hace camino, así parezca que nuestras almas estaban cementadas.
Con aprecio,
Giovanni
 
Querida Sandra:
Me alegro por vos y tu césped. Me gustó tu relato y me hizo pensar que tu césped es como los movimientos sociales de nuestros países, insisten, persisten y crecen a pesar del cemento que nos echan encima. Afortunadamente hay muchas manos, que, como las tuyas, se apasionan y se lastiman por liberar ese césped del aplastante cemento gris, duro, pero que se puede romper.
La victoria de la Vida siempre llega, hay que empecinarse.
Un abrazote a los dos y a la nueva casita.
Sue
 
Mi Sandrita bella
La emoción resbala por mis mejillas
La alegría profunda de saber que sí... Que todo es vida!
Que somos vida... magia que vive, que nos vive, nos habita... y habita
Nuestra Madre Tierra y nuestros hermanitos arboles, hierbas, animalitos... todos... todo... somos juntos
Mi mama Sandrita...hermanita de mi corazón
Gracias infinitas a la vida... por tu vida
Miles de gracias al gran espíritu que te cuida
Que te abraza, que te arrulla con tantas bellezas que vas encontrando
Gracias mi Sandri
Yo a punto de partir al encuentro de toda la magia que quiera encontrarme también :)
Con el corazón abierto y dispuesto para vivir!
Que todo salga lindo en tus días
Que tus pasos sean cuidados con cariño dulzura y respeto
Como tú nos cuidas mi Sandrita
Abrazos de luz de todos colores
Te llevo en mi corazón
Vivi
 
Qué lindo Sandra! leí tu relato y pensaba en todo lo que puede significar para cada uno de nosotros el cemento y la tierra... llegué a sentirlo como una liberación de tantas cosas... Gracias por compartirlo conmigo. Te quiero mucho
Meli
 
Sandrita... muchas gracias por compartir el relato de tus vivencias en el jardín de tu casa.
Me gustó mucho mucho tanto tanto!
Aprovecho para enviarte esta fotito que tiene mucho que ver también. La vida sólo quiere vida, no?
Tomamos este "retrato" en una ruka mapuche, en Zapala, en Reunión de Delegados de la Red Jarilla, creo que fue el año pasado. Al lavar algunas cositas del desayuno observamos esa plantita y nos emocionamos mucho también.
 
Abracitos!
Sandra
 
Hola Sandra: gracias por el regalo!!!!!!!!!!!!!!!!!! se me agranda el corazón que compartas conmigo esto.
Aquí te envío una foto de regalito. Éste es un ladrillo de tierra que estaba esperando ser pared, y la vida apaaaareció allí. Éste ladrillo debe ser hermano de aquel tu patio.
Un abrazo que abraza desde las tierras de los zapallos.
Besos.
Lucre
 
Mi querida Sandra: muchísimas gracias por compartir tus sentimientos producidos por el pasto y el cemento, me conmovió y recordé nuestro bautizo cerca a la finca de Nelsy donde muy conscientemente nos autoproclamamos (más bien autoconcientizamos) HIJAS DE LA TIERRA.  Al ir leyendo tu experiencia dentro de mí se pasaba una película recordando los Patios Solidarios.
Para mi cada día el contacto con nuestras maticas es una gozada. No se ellas que han hecho conmigo pero estoy muy segura que desde estoy en íntima comunión con ellas, ya no soy la misma, además han salvado mi vida, mi salud mental, espiritual, física. Ellas lo llevan a desprenderse de tantas cosas y amar la sencillez, eso me encanta. LA CREACION TODA SOMOS UNO. Lo que le pase a uno nos pasa a todos. Cuando queremos hacer daño nos lo hacemos a nosotros mismos.
Un besote grande.
Edith
 
Gracias queridísima Sandra por ese temblor de tu alma que nos regalaste. Gracias por dejarnos la convicción de que no hay "cementos" que atajen la Vida y la Esperanza que discurren imparables!!!!
Me emocioné y lo reflexioné largamente.
 Te abrazo y te mando esta maravilla también.
 
ANTIGUO RELATO ZEN SOBRE EL AMOR
El aprendiz de la vida tenía una duda en el corazón.
No se trataba de una pregunta filosófica, nacida de su intelecto, sino de un cuestionamiento que le surgía desde su propio dolor. (Ésas son las preguntas que verdaderamente valen la pena...)
Fue entonces hasta el recinto donde estaba su instructor, y, con el corazón abierto, le preguntó: Maestro... ¿qué es el Amor?
Su respuesta fue muy breve: La ausencia de miedo.
Luego de meditar en silencio, el aprendiz volvió a preguntar: ¿Y qué es aquello a lo que le tenemos miedo?
Y el maestro contestó: A lo que tenemos miedo es al Amor.
 
(Que al volver yo a la tierra-tierra, alguien tire un papelito al aire que diga: Niky no le tuvo miedo al Amor)
 
Niky
 
Sandri... Hole!
mi escritora favorita!!
cada vez más sutil y sencilla, cada vez más hondo llega tu decir...
gracias amigahermana por contar así como lo hacés, por recordar siempre lo importante, por compartirNOS en los milagros...
y "gracias a la Vida", que nos brinda tanto!
luego de leerte, este frío domingo de noche se va poblando de corazones encendidos de magia, de fuego, de esperanza y de un repiquetear amoroso que nos abraza para ser canto...
así viaja mi abrazo pa Vos!
te quiero mucho,
Caro
 
Que ricas palabras nos compartes! La vida realmente está en una sincronía perfecta, y el cariño que nos une hace que estemos sintonizados hasta en las cosas más simples pero más bellas...
Imaginate que nosotros estamos a punto de pasarnos a una casa más grande. El Buen Dios que sabe que tenemos ganas de crecer aun más como familia, nos ha dado la oportunidad de vivir en un lugar mas grande, como para tener media docena de hijos! jejeje. El asunto es que afuera y en frente de la casa hay un terrenito como para sembrar, y nos han dado ganas de sembrar plantas medicinales. No tenemos ni la más mínima idea de cómo se hace ni qué plantas elegir, pero creemos que el romero y la sábila que ya se encuentran allí nos darán la pauta...
Bueno, ya te contaremos como nos va en esta nueva experiencia y en nuestra nueva casita que aunque grande en tamaño seguro la llenaremos de amor, y donde hay un sitio muy especial para ustedes!
Muchos abrazos!
Sandra, Ulises y Aurorita
 
Hermoso! hermoso!
Gracias por compartir este escrito lleno de tierra por todos lados.
Ojalá algún día con tu palita de jardinería nos podamos deshacer de todo ese cemento que no deja germinar las semillas de nuestras propias esencias.
Te quiero
Anita
 
Hola mi linda!!!!! después de leerte y regalarnos semejante vivencia... te imaginé descalza y tus pies enredados con las raíces que salen de esas grietas entre cemento y tierra y raíces y dedos confundiéndose en una sola cosa... es ver cómo la Naturaleza se prolonga... se enreda y se funde... Gracias por poner tan bellamente en palabras todo ese sentimiento.
Te quiero mucho hermanita,
Silvia
 
Buen Día Sandri!!!
Acá en la oficinita aprovecho también para felicitarte por tan hermosas palabras que han surgido de ti en la vivencia del cemento y el césped. Qué parecido es nuestro devenir como seres no? constantemente estamos sorteando la gracia de poder romper con lo estático (cemento) para darle impulso a lo dinámico (césped), qué maravillosa es esta vida... desde que estoy en Salud Comunitaria y más con vos y Julio he adquirido o mejor dicho recuperado la capacidad de asombro de la cual me estaba olvidando... Gracias!!!!
Un abrazo...
Claudia
 
Gracias Sandra por este hermoso poema en prosa que me has enviado y supongo renovará esperanzas en otras y otros, como en mi misma.
Ya sabes que vivo en esta gran ciudad de cemento pero viste que gracias a Diosito tenemos tierra, arboles, plantas, pastito.
Un abrazo para vos y para Julio
Mabel

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