Cartas que salen del cuerpo » Nro. 139 - Superar la pandemia de consumopatía - 14/08/14

Última actualización: 13/08/2014

Carta 139: 14/08/14

 

SUPERAR LA PANDEMIA DE CONSUMOPATÍA

 

En la Carta anterior comentábamos de la pandemia de Consumopatía. Una enfermedad que anestesia y embota las mentes, a punto tal que no permite advertir a quienes la padecen, que lleva a la autoeliminación de la especie humana por tanto agredir al Planeta.

El consumismo sin límites va de la mano con una producción de bienes y servicios que no tiene en cuenta el daño a los ecosistemas.

El Planeta no es sólo Nuestra Casa, sino el gran tejido de vida al que pertenecemos. De manera que todo lo que dañe a uno de sus componentes, sea la flora, la fauna, el suelo, el aire, el agua, nos daña a nosotros mismos.

Si tratáramos de ubicarnos en los escenarios donde se produjeron las grandes epidemias en la Europa de la Edad Media, seguramente lo que era noticia era el número de enfermos y de muertos.

Sin embargo, la historia nos enseña que en esas grandes epidemias siempre hubo quienes sobrevivieron y quienes jamás enfermaron.

Sin embargo, la Medicina no se ha ocupado en estudiar este fenómeno. Su objetivo es procurar identificar los “agentes patógenos” para producir medicamentos y vacunas contra ellos.

La Medicina cree saber las causas de las enfermedades e ignora el porqué estamos sanos.

Ante la pandemia de Consumopatía, invitamos a percibir integralmente la realidad, aunque el bombardeo publicitario incite permanentemente a consumir y consumir y a hacernos creer que no son posibles otros caminos.

En esta mirada integral sabemos de quienes que se han “curado” de la Consumopatía y de otros que jamás sucumbieron a ella.

Escuchamos y leemos a personas del mundo de la ciencia, de las diversas religiones, a artistas e intelectuales, a economistas y políticos, que hacen valiosos aportes advirtiendo de la insensatez de este estilo de vida.

Además, aquí y allá sabemos de movimientos que al manifestarse oponiéndose a la megaminería a cielo abierto, a la construcción de grandes diques, al avance de los cultivos transgénicos, a la instalación de usinas nucleares, han obtenido logros totales o parciales.

Estos movimientos hacen visible una toma de consciencia del valor de la vida.

Cada vez es más frecuente que en los hogares, en los barrios, en las escuelas, en los ámbitos laborales y en otros escenarios, se hable sobre  esta enfermedad y sus consecuencias.

Hoy se constatan estos signos de vida, que aunque no sean noticias globales, existen. Tenemos el convencimiento que en algún instante se producirá una masa crítica y ya será la tendencia definitiva al cambio por la cultura del amor a la Vida.

Estamos invitados a unirnos a quienes el Amor a la Vida los lleva constantemente a construir un Mundo Mejor cada día.

Hasta la Victoria de la Vida Siempre!

Julio

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