Estudios Cualitativos realizados por Residentes » Violencia Infanto-Juvenil- Matías Bufa

Última actualización: 21/02/2010

VIOLENCIA INFANTO-JUVENIL, MUCHO MÁS QUE UN PROBLEMA DE LAS ESCUELAS.

 
Carrera de Pos-grado Medicina General
Asignatura: Ciencias sociales, ciencias del hombre y salud
Profesora: Dra. Débora Ferrandini
Coordinador Docente: Julio Monsalvo
Autor: Matías L. Buffa.
Año: 2004
 
Introducción:
 
 En los primeros meses de trabajo como residente en el centro de salud Nº4 (Barrio Policial) de la ciudad de Rosario se plantea como una problemática actual la violencia en las escuelas de la zona de influencia del centro entre los chicos y adolescentes de las mismas. Ésta no registrada hasta pocos años atrás. Como trabajadores de la salud tratamos de los dar una respuesta a la misma ya que no existe en el barrio ningún organismo ni similar trabajando en ello.
 
Planteado el problema, la idea inicial fue armar un equipo de trabajo, con objetivos claros, que empiece a buscar alguna respuesta a esta situación. Las dificultades fueron muchas, pero de a poco, se fue armando un grupo que mediante talleres y dinámicas grupales puso en marcha este proyecto. 
 
Marco Teórico:
 
   Es realmente notable como a partir de la década de los noventa (etapa neoliberal), se incrementaron muchos problemas en las familias, los grupos, los barrios de esta ciudad como seguramente del país. Una de ellas altamente registrada tanto por las estadísticas como por la población y las diferentes instituciones es la violencia;entendida esta no solo como violencia física, sino también como aquella que abarca las diferencias socioeconómicas, la desigualdad, la marginación, la violencia de las palabras, de la ignorancia, etc.
   Como posible explicación de la misma muchos autores proponen que “es algo natural del tiempo en que vivimos”, como algo esperable de la sociedad que hoy nos toca.
 Sin embargo para muchos otros (quizás buscando una explicación más de fondo de lo antedicho), esto no es así, no es “propio de la naturaleza de los pueblos”; esta violencia tiene un origen, una historia como también responsables.
Capra, en su libro “La trama de la vida”(Barcelona, 1998) refiere: “la escasez de recursos, el deterioro medio ambiental; las poblaciones en rápido crecimiento; han llevado al colapso de las comunidades locales así como a la violencia de las sociedades”…
No son pocos los que nos vienen advirtiendo estos procesos, en la Declaración para la salud de los pueblos” (Bangladesh, 2000), se refería: “…la desigualdad, pobreza, explotación, violencia e injusticia están en la raíz de la mala salud. La enfermedad y la muerte diaria nos enojan, no porque haya tanta gente que se enferme o que se muera, nos molesta porque las enfermedades y las muertes tienen sus raíces en políticas sociales y económicas que se nos imponen…”
Ya no hay duda que la globalización económica, las privatizaciones, las nuevas leyes del mercado han perturbado profundamente las familias, las comunidades como también su cultura.
   “… Si la media es la mediocridad, si la indiferencia y el individualismo es el tono cultural, por supuesto nuestra inserción en la aldea global va a ser del mismo modo en que las reglas estructurales del juego se aplican en toda América Latina y con un nombre común, simple y metafísico, ajuste…” (J. Dartiguelongue, Congreso de Medicina General, El Bolson,2003).
Quiere decir que el modelo no da cabida para todos, que la equidad, igualdad y justicia ya no son patrimonio de todos, y eso genera violencia.
    En antropología hoy se habla de aborto social, millones de individuos que han nacido y luego no son viables para el sistema, porque no tienen casa, ni cobijo, ni vínculo, ni interacción, ni cuidado de salud, si nadie que les espere, eso también genera violencia.
   Muchos economistas reducen de tal manera este problema que lo describen como procesos de exclusión que son una parte, el resultado no querido de un momento de aplicación del modelo, para otros es directamente inherente al modelo; y se lo describe así tan fríamente, como si no hubiese posibilidad de otro modelo, como si la única alternativa al momento fuese vivir soportando, si es que se puede hablar de vida.
   J. Dartiguelongue al hacer referencia a lo antedicho sostiene que ya no hay simetría internacional, nacional, regional ni particular y si no hay simetría significa que unos están arriba y otros abajo. Esto por supuesto también genera violencia.
   En un tema tan relevante no lo es menos la posición que asume un equipo de trabajadores de la salud ni sus individualidades. Frente a problemas de la era post-moderna algunos niegan su relación con la salud y por lo tanto con su campo de acción. Esto es fácilmente entendible si nos volvemos un poco hacia atrás y miramos como nos formaron y lo siguen haciendo en tantas universidades del país, donde el modelo dominante, hegemónico impuso su bibliografía, su paradigma y sus practicas frente a los problemas de salud enfermedad. Sin embargo para quienes creemos en una Atención primaria integral, holística y ecológica, entendiendo que el contexto socio-económico y político es una parte inseparable de la salud de las poblaciones así como su historia y reproducción social y que por lo tanto no podemos mejorar esta sin dedicar gran atención a aquellos, creemos que se deben poner nuestros esfuerzos y colaboración.
   Generar como diría David Sempau “sociedades sostenibles”, entornos sociales y culturales en los que podamos satisfacer necesidades y aspiraciones sin comprometer el futuro de generaciones que han de seguirnos.
   Por lo tanto creemos que en este debate entre equipos de salud uno puede vivir soportando y por lo tanto ser burro de carga que porta la responsabilidad como un flagelo y no a la responsabilidad como respuesta, como alegría, hacerse cargo y hacer el trabajo que quizás no es posible con todos pero sí con algunos; que los que alguna vez soporté me empiecen a importar; que los que alguna vez me soportaron de tanto ir a reclamar, un día reclamen conmigo…
          
 
Objetivos:
 
 
·      Conocer más los problemas de nuestra comunidad, principalmente aquellos que no percibimos intramuros.
 
·       Entablar una mejor relación con las principales instituciones del barrio para así poder trabajar en conjunto.
·       Armar un equipo con otros profesionales y gente de la comunidad para este problema puntual.
·       Lograr mantener el proyecto en el tiempo.
 
 
Metodología:
 
La metodología elegida para este trabajo fue la narración, dada la evolución cronológica del mismo, consideramos era la mejor opción para describir como se fueron realizando paso a paso las actividades del proceso, que nos ayuden a una mejor comprensión del mismo y poder facilitar una mejor comunicación a los demás.
 
 
 
Desarrollo:
 
En consultorio con Lisandro (jefe de residentes), se presenta una madre con su hija, el motivo de la misma es que la niña de 8 años, tenía enuresis en la escuela, pero no en ningún otro lugar. Charlando con la madre, nos cuenta que su hija no tiene problemas en el colegio como en otras actividades que realiza, pero que ella cree que su hija fue amenazada en la escuela.
La niña por supuesto al examen físico en esa oportunidad no presentó ninguna particularidad. Al preguntarle a la madre mas detalles comenta que los problemas de conducta se han hecho habituales en la escuela, y que muchos de los padres no saben que hacer al respecto.
 Es así que terminado el consultorio de ese día decidimos visitar la institución para charlar con las docentes el problema planteado.
 
14 de agosto. Voy a la escuela acompañado de la enfermera (por conocer ella el personal de la misma), y encuentro a la docente. La institución tiene 10 años, buen estado general y aproximadamente 300 chicos. Ella me cuenta que en la escuela “hay problemas de violencia, pero no es solo el caso de esta chica, los casos son demasiados y algunos como en este caso no nos enteramos a no ser que los padres o alguien se nos acerque”. Comento que la chica no tiene patología que nosotros podamos resolver desde lo estrictamente médico, y que quizás sea necesario el apoyo psicológico para ayudarla. Antes de retirarme de la institución, me manda a llamar la directora del turno tarde (en realidad subdirectora de la escuela), al acercarme a su escritorio, me dice lo siguiente:
 “hemos notado muchos problemas de conducta en los chicos al punto que docentes no sabemos como manejarlo”…
me cuenta que cada ves hay mas hechos y ya no son aislados, que las amenazas son frecuentes, incluso hacia con los docentes como también que se han encontrado navajas y cuchillos entre algunos chicos. Su intención era mandarlos al centro de salud, por carecer la escuela de un gabinete pedagógico, que pueda contenerlos. Le explico que nosotros en el consultorio o en el mismo centro de salud no podíamos hacer nada por este problema, pero que me comprometía a plantear el tema en nuestro seminario local, y ver la forma de colaborar con la escuela. Decidimos mantenernos en contacto.
 
22 de agosto. Luego de discutir el seminario de la semana (con los residentes Mariana, Ana, Mario, Natalia, Laura, Lautaro, y yo, la enfermera Graciela, el pediatra Rolando) le comento al equipo el problema planteado por la docente como mi primer encuentro con la misma. En la discusión son varios los residentes que comentan que algunos padres mencionaron el tema en consultas por otras patologías. (Evidentemente para todos quedaba en un hecho aislado, no pensado como problema del grupo). Luego de dialogar sobre el mismo y sobre su complejidad, llegamos a la conclusión de que no había en nuestra zona de influencia un equipo que trabajara por los problemas en los niños y jóvenes, por lo que el primer paso estratégico era buscar en la zona gente que pudiera colaborar con nosotros y ver la posibilidad de formar uno. Esta decisión muy aceptada por algunos, y cuestionada por otros, quienes sugirieron que era un tema de la escuela, que no era conveniente nos involucremos.
 
Resaltamos que desde el comienzo, este fue un tema de mucho debate y conflicto para el equipo, ya que las opiniones al respecto fueron bastante encontradas; por un lado la opinión de los médicos de planta del centro de salud, incluyendo la jefatura, mas parte del personal de enfermería, como de algunos agentes comunitarios quienes no acordaban en intervenir en este tema ya que lo consideraban “no un problema médico”, “que el mismo es un problema de la escuela por lo cual no nos corresponde a nosotros buscarle una respuesta”; por otro la opinión de la mayoría de la residencia mas las psicólogas, una enfermera y un agente de comunitario quienes creemos que esto tiene que ver con la salud de la comunidad, que pensamos a la salud como proceso integral, que pasa por condiciones de vida digna, empleo saludable y en condiciones adecuadas, acceso a servicios básicos como agua, educación, alimentación, medioambiente saludable, sin violencia, atención de salud accesibles, etc, es decir una visión bastante mas amplia del proceso salud enfermedad.
No obstante las diferencias, y discusiones en reiteradas ocasiones el grupo adherente asumió el problema y empezó a trabajar por el mismo.
 
9 de septiembre. Natalia, residente de 3año va por la mañana a la escuela acompañada por una agente sanitaria, a charlar con las docentes un poco mas del tema e ir profundizando el problema. Lautaro (instructor) está en ese momento realizando consultorio conmigo por lo que no asistimos a ese encuentro. Al volver Natalia nos cuenta que fue recibida por la Directora del establecimiento, quien le respondió a sus preguntas que “en la escuela no había violencia, que habían sido hechos aislados, pero que no consideraba lo mismo como un problema de la escuela y la invito a preocuparse mas por el centro de salud, que ellos se ocupaban de la escuela”... Sorprendido por tal respuesta, en la tarde de ese mismo día, llamo a la subdirectora del establecimiento, para aclarar el tema.
La misma viene al centro de salud, vamos a la farmacia (único espacio privado del centro) y mate mediante me cuenta varios episodios ocurridos, por ej. amenaza de un compañero a otro de su curso con una navaja, que mas tarde se enteraron, su padre había sido muerto por el padre del otro chico; un chico que al hablar del tema de la familia en una clase, comenta “tener una familia perfecta” y que luego de eso en el recreo rompe a patadas la puerta del kiosco de la escuela quedándose llorando en un rincón, el niño no tenía padres y vive en la calle; a su vez en varios cursos, se mezclan chicos de 7 u 8 años con otros de 15 o mas años, lo que representa un verdadero problema ya que la realidad de ellos es compleja y muy diferente; los ejemplos son muchos mas. Ella misma me dice que es más fácil no ver lo que está pasando que asumirlo y empezar a trabajar; por lo que se opone fuertemente a la postura de su colega del turno mañana, y que buscará la manera de ayudar a los chiquitos que están pasando por esta situación. El resto de los docentes según me refiere, también quiere hacer algo de manera urgente por esta situación.
Le interesa a ella la posibilidad de formar un equipo para abordar el problema, y le comento que nos pondremos en marcha para lograr este primer paso.
 
10 de septiembre. Me dirijo junto con Natalia a la defensoría del pueblo en la zona, esta 2 cuadras al norte del centro de salud, para comentar este tema y ver que respuesta tenemos de la misma. Lamentablemente no encontramos a nadie y dejamos una nota para ponernos en contacto.
La persona a cargo se incorporó al mismo hace unos meses y comentó su idea de formar equipos de trabajo sobre diferentes problemas de la zona. Es nuestra intención también poder contar con una psicóloga para el equipo y creemos que la defensoría cuenta con ella. 
 
22 de septiembre. Nuevamente vamos a la defensoría, en este caso encontramos a la persona a cargo. Nos atiende y luego de explicarle la situación, nuestra idea de formar un equipo y demás, nos comenta que ella tenía experiencia en violencia familiar, pero no en problemas “escolares”; si nos sugería individualizar los casos y luego conectarlos con ella para que pudiera trabajar.
No era nuestra idea individualizar casos y derivarlos a una defensoría, nuestra idea es la de trabajar el problema con el grupo no para buscar culpables sino para buscar respuestas al mismo.
Nos fuimos un tanto desilusionados ya que no era nuestra expectativa la misma, de todos modos, teníamos que seguir buscando los que se sumen para trabajar en este proyecto.
 
24 de septiembre. Luego de una charla en el centro saladillo sur (un comedor ubicado en frente de nuestro centro de salud en el que también se realizan diferentes actividades) donde periódicamente asistimos con temas de interés para la comunidad, iniciativa de Patricia (psicóloga) que nos invita a menudo a las mismas nos comenta que le han llegados pedidos de trabajar con chicos por casos de violencia de la misma escuela donde se detectó el problema.
Es evidente que por distintas vías el tema fue llegando a los distintos actores del barrio, lo cual nos realza la importancia y la urgencia de trabajar el mismo. En esa oportunidad no me encontraba en la charla por tener en el mismo horario un seminario de la residencia en el hospital provincial por lo que nos dividimos los integrantes del centro. Es así que se coordinó una reunión para el día jueves 2 en el centro de salud para discutir como podíamos afrontar el tema surgido y ver la posibilidad de conseguir mas personas para sumarse a la tarea.
 
9 de octubre. Se acerca Patricia (psicóloga de la vecinal) al centro de salud para profundizar un poco más lo charlado anteriormente, en esa oportunidad coincidimos sobre la necesidad de trabajar sobre este proyecto y que el mismo no sería nada fácil. La idea inicial fue programar talleres para abordar la problemática en los cuales podamos trabajar tanto con los chicos de las diferentes escuelas como con sus padres una vez por semana (jueves) en la vecinal (saladillo sur) para de esta forma evitar el conflicto generado entre la directora y vice directora del colegio mas comprometido.
Para los mismos Patricia nos trajo material de lectura, pues ella ya tuvo experiencia en trabajo de este tipo e incluso un proyecto sobre la problemática de la violencia en el niño. También acordamos invitar a las psicólogas de nuestro centro de salud (que hacen consultorio una vez por semana en el mismo), a participar del mismo y ver que les parecía la idea.
Somos conscientes que acercar a los padres de los niños será lo más difícil, o que quizás se acerquen los que menos necesiten de los talleres, pero es un intento de buscar una pronta salida a este tema.
En esa oportunidad Patricia nos deja folletos y algo de bibliografía del tema para ir leyendo.
 
14 de octubre. En esta oportunidad comento la situación a Adriana y Mónica (psicólogas concurrentes del centro de salud Nº4), Adriana adhiere a la moción y manifiesta su deseo de participar del mismo pese a su falta de experiencia en el tema, a Mónica le interesa, pero manifiesta su preocupación por como articular estos talleres, a su vez sugiere que se debe trabajar con los docentes también, y que los talleres deberían realizarse en la escuela.
De todos modos ambas expresan sus ganas de involucrarse y acompañarnos en el mismo.
 
19 de octubre. Me acerco con Natalia al jardín Tambor de Tacuarí, (ubicado 1 cuadra al oeste del centro) allí charlamos con la directora del tema e invitamos a participar de los mismos tanto a los chicos como a sus padres, manifiesta su acuerdo y refiere le parece un desafío interesante y muy provechoso para sus chiquitos ya que ellos nunca tuvieron un espacio similar. Nos volvemos sonrientes al centro de salud.
 
20 de Octubre. Se acerca la vise directora Ester a nuestro centro de salud y comentamos la propuesta, esta de acuerdo pero refiere no puede garantizar la presencia de los padres ya que los talleres se realizarán fuera de la escuela. Explicamos la importancia de trabajar el problema con la familia ya que el mismo no lo es solamente de la escuela sino de un aspecto de la comunidad, de todos modos nos refiere verá como puede manejarlo para lograr un acompañamiento familiar.
 
28 de Octubre. Nos ponemos en contacto con Patricia, ella pasa por el centro de salud, fijamos en ese momento fecha para el jueves 6 de noviembre como primer taller, en el cual la idea es realizar técnicas para observar que conceptos o nociones tienen incorporados a su vida sobre la violencia. Creemos que antes de plantear todo el cronograma a desarrollar, es importante ver que cuestiones surgen de los participantes y que aspectos deberían ser los más trabajados, es por ello que dedicaremos uno o dos talleres para la observación participante.
 
3 de Noviembre. Con Natalia salimos del centro hacia el jardín “Tamborcito de Tacuarí”, damos aviso de la fecha y hora, lo mismo hacemos con la escuela “Congreso de Tucumán”, Patricia se compromete a dar aviso a la escuela especial “Trascender”. En todos los lugares recalcamos la importancia de la participación de los padres y si es posible toda la familia.
 
4 de Noviembre. Ponemos en conocimiento a Mónica y Adriana (psicólogas) ellas comentan su deseo de participación en el mismo siempre que puedan acomodar su trabajo para esa tarde.
 
La urgencia de trabajar este problema era muy grande, lamentablemente el principal enemigo del proyecto fue el tiempo, ya que no pudimos lograr iniciarlo antes sin toparnos muchas realidades que continuamente frenaban nuestro apuro y deseo encontrar soluciones y no mas problemas. Pero las ganas hicieron que pese a todo casi 3 meses luego de detectado el problema ya nos encontremos en marcha.
 
6 de Noviembre. Primer taller. El mismo se desarrollo el día y la hora planeado, concurrieron los alumnos y los padres de los colegios citados. Era mucho nuestro nerviosismo con lo que podía suceder, como nos manejaríamos ante dinámica con tan poca experiencia.
Fue Patricia quién inicio el mismo con la presentación de todos nosotros y la intención de trabajar con ellos. Inicialmente planteamos que creían que era o que entendían por violencia, con lo cual luego de amagues los chicos empezaron a participar y comentar lo que era para ellos la violencia, definiciones inmejorables con ejemplos concretos. A su ves para tratar de captar todo lo que no se animasen a decir, hicimos una urna donde ellos depositaban todas sus inquietudes y dudas respecto al tema en forma anónima. 
En el mismo taller y con la misma idea de la observación participante realizamos una técnica de las estatuas, donde los chicos representaban con posturas los hechos que para ellos eran la violencia. (Fundamentalmente armas de fuego o blancas, golpes, discusiones, ignorancia, abandono, etc.)
La principal falencia de este primer taller fue que la cantidad de chicos que asistió fue muy grande (mas de 80) y por momentos se tornaban inmanejables…Por esta misma razón fue que decidimos dividirnos en dos grupos con reuniones quincenales, uno con los mas chicos y otro con adolescentes y adultos.
Fue así como se dio el primer taller que pese a muchas fallas para analizar creemos fue un buen comienzo, sobre todo por la amplia participación como así también por la forma en que de a poco salió el tema y con la soltura que manejaron sus conceptos. La participación de los padres fue escasa, algo que sabíamos que podía ocurrir. De todos modos, la idea que mantuvimos fue acercarlos de a poco, no solo desde la escuela, sino con invitaciones desde la consulta al centro, con carteles en los otros comedores, y tratando de que el tema corra boca en boca.
 
Al analizar los papeles de la urna, son muchas las cosas que podríamos comentar. Los puntos más reiterados y por lo tanto los primeros a trabajar en posteriores talleres fueron la violencia familiar (entre hermanos, padres, padrastros u otros convivientes), y la violencia social (robos, asaltos, patoterismos, violaciones, abandono, discriminación, etc.).
Todos los conceptos de una u otra forma, involucran a sus familias, hecho que consideramos no menor en relación a nuestros objetivos de trabajo a posterior en los diferentes talleres.
 
13 de noviembre. Se desarrolla el segundo taller, en este caso ya con la división por grupos, comenzando por los adolescentes y adultos. En este caso no me encuentro en el mismo por estar en el Congreso de Medicina General en el Bolsón.
El mismo según nos cuenta Patricia se realiza con la idea de trabajar la violencia familiar, conceptos sobre la autoridad y su diferencia con el autoritarismo, el respeto hacia cada persona, como también las formas de comunicación o su ausencia en las familias. Fue según su relato muy interesante lo trabajado en esa ocasión.
 
20 de Noviembre. Se realiza el segundo taller con los chicos de la escuela “Congreso de Tucumán” y la escuela especial “Trascender”. En este caso Patricia por problemas familiares no puede asistir y sobre la hora nos enteramos que nosotros debíamos conducir este taller. Fue grande el susto y los nervios pero decidimos encarar el desafío. También se comienza a charlar sobre violencia familiar pero en este caso rápidamente el tema se desplaza al juego, es por eso que sobre la marcha realizamos un cambio de estrategia y trabajamos sobre el mismo, por el entusiasmo y la participación de los chicos. La idea fue replantear si algunos juegos como las “peleítas”, las “cascoteadas”, etc. eran realmente juegos, así como los insultos y los tratos durantes el juego, si estaba en concordancia con el fin de un juego (la diversión).
Cabe resaltar que la participación fue mayor en un grupo de chicos, este es el grupo que mayores problemas de conducta presenta en la escuela, y que en general se presentan como los líderes el resto.
Por último una docente plantea como veían el tratar de “enfermo”, “mogólico” o “discapacitado” a sus compañeros cosa que escuchaba   frecuentemente de los chicos, el silencio fue grande, luego alguno que otro opinó tímidamente que eso no correspondía, tras lo cual charlamos sobre la naturalidad de las diferencias de las personas y lo necesario de esto, lo que implicaba un respeto hacia todos sea cual fuere la diferente capacidad que posea. En un momento un niño con parálisis infantil comento al resto que el no podía correr, pero que lo mismo jugaba al fútbol, atajando arrodillado. Tras lo cual hubo un silencio, acompañado de lágrimas que finalizo en un enorme aplauso. Fue así como terminó este taller.
 
 Vale resaltar que de a poco con el correr de los talleres el grupo de los docentes empieza a tener una participación mas activa, incluso colaborando en la guía de los mismos con la psicóloga como con los residentes dato no menor si pensamos que estos temas no terminan en un taller.         
En cambio algo no logrado hasta el momento es una concurrencia mayor del grupo de padres (en ningún momento aumentó su número), ni una participación mas activa durante los talleres. Patricia intenta mediante preguntas, comentarios buscar su opinión, pero la respuesta es escasa.
 
8 de Diciembre: dado el receso de clases por el verano, decidimos conjuntamente con las docentes, psicólogas y residentes suspender el taller transitoriamente hasta poder reencontrar nuevamente a los chicos. Como tarea pendiente para el verano acordamos elaborar objetivos mas acorde a lo observado durante estos talleres, ya que al ser un tema difícil y de escasos conocimiento para nosotros la primera etapa acordada fue la observación participante. Como otro de los temas pendiente fue ver la posibilidad de un subsidio para los talleres como para Patricia, ya que elladebe dejar parte de su trabajo para realizar esta tarea.
 
Durante el verano, entre las vacaciones, las diferentes actividades de los residentes, y nuestro descuido, fue poco lo trabajado en estos aspectos ya que fue muy difícil lograr reunir a todos los miembros del equipo.
Al proponernos una guía u objetivos para el año, nos surge que lo planificado para cada taller, cambió su rumbo de acuerdo a lo surgido durante las charlas del mismo, por lo cual, solo decidimos tener guías de trabajo, las mismas acordadas son:
·       Violencia familiar.
·       Violencia social.
·       Formas de comunicarse.
·       Diferencias entre las personas.
 
Como modalidad seguiríamos con talleres en dos grupos de reuniones quincenales, pero separando al jardín “Tambor de Tacuarí”, con el que tendríamos reuniones una vez por mes en el mismo jardín. La razón de lo mismo es que creemos los chiquitos están desconectados de las charlas del taller (ellos juegan durante el mismo), ya que solo poseen 4 o 5 años, y se podría trabajar mejor solo con ellos y sus padres a su ves con otras técnicas como el dibujo, el juego, etc.
Otro punto a trabajar para el año es lograr un mayor interés y participación por parte de todo el equipo, algo que por el momento no se ha logrado, y por otro lado causa cansancio y desanima a los mas interesados.
 
8 de marzo (2004): nos contactamos telefónicamente con Patricia para reunirnos, poner fecha para los talleres y comenzar los mismos. Ella quedó en pasar por el centro en la semana.
Nos resalta telefónicamente, que no salió ninguno de los subsidios gestionados, lo cual va a complicar la tarea, de todas maneras, lo charlaremos en el centro.
 
 
Consideraciones (no concluyentes):
   Esta claro que no nos resulta nada fácil como equipo de salud, ni siquiera como médicos entender los problemas de salud desde una mirada más superadora, entender que fuera del consultorio la gente tiene problemas mucho mas importante de lo que suponemos y que muchos de estos afectan su salud. Las discusiones al respecto son muchas, pero que se discuta el tema ya es un paso hacia delante, como nos posicionaremos frente a los crecientes planteos de las comunidades es una decisión relevante para cada equipo de salud.
   Con respecto al impacto que podemos llegar a tener formando pequeños grupos de trabajo, adoptando distintas disciplinas como los talleres en este caso seguramente no será todo lo trascendente que quisiéramos, pero esto es parte de la tarea, ya hemos comprobado miles de veces que las soluciones no llueven de arriba y es por ello que al menos con pequeños intentos desde abajo, quizás la cosa empiece a tomar otro rumbo. Sabemos que muchos aspectos de estos conflictos se juegan a otra esfera, mucho mas próximo al ámbito de lo general (entendiendo los procesos de salud-enfermedad desde lo singular, particular y general, Castellanos), y que nuestra influencia en ese nivel es casi nula, sin embargo quizás si la tenga en lo particular y algún día a un nivel mayor.
En cuanto a la modalidad de los talleres, con la puesta en marcha de los mismos comprendimos que no podíamos llevar un esquema o programa armado a los mismos, ya que la amplitud del tema, y las diferentes consideraciones nos planteaban cambios de estrategia sobre la marcha, esto se transforma en un desafío para quienes tenemos una forma de trabajo bastante estructurada. Es así que en un momento se planteó qué era para ellos la violencia, como disparador de una charla informal, en otra ocasión se trabajo con la dinámica de las estatuas (representaciones de violencia), en otra ocasión se discutió sobre el juego, si las peleas son realmente un juego, se trabajó también sobre la comunicación, formas de hacerlo como también la falta de la misma, se discutieron muchas de las preguntas y opiniones que aparecieran semana a semana en las urnas, etc.
Un punto importante a considerar, sin dudas es la dificultad para mantener el trabajo en el tiempo, esto no porque no nos guste la tarea, ni porque no lo creamos importante, sino, porque el tiempo es muchas veces escaso para los    trabajadores de la salud, porque este tipo de tarea en general queda para las horas posteriores al trabajo, lo cual suma desgaste, y descuido de las actividades personales de cada uno.
 

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