Paradigmas » Salud de las Relaciones: Las Enseñanzas de Doña Vivencia, Julio Monsalvo

Última actualización: 07/05/2010

 

SALUD DE LAS RELACIONES
 
 
LAS ENSEÑANZAS DE “DOÑA VIVENCIA”
 
 
Julio Monsalvo
 
Hace varios años, estando en una Provincia trabajando en un programa destinado a disminuir la mortalidad materna e infantil, fui testigo de un hecho que me conmovió profundamente y marcó en mí la necesidad de un cambio de pensamiento y de acción.
 
Nos llegó la triste noticia del fallecimiento de Juana, una joven de sólo 34 años de edad, madre de cuatro pequeños niños. El informe médico decía escuetamente que Juana padecía diabetes, que sufrió una descompensación durante el trabajo de parto y, añadía, que no había realizado ninguna consulta durante su embarazo.
 
Fuimos a visitar a la familia que vivía a pocas cuadras de un moderno Centro de Salud. Nos atendió el esposo de Juana, de profesión albañil. Con orgullo nos mostró su  casa de material construida por él mismo con ayuda de su esposa.
 
Muy conmovido nos enseñó un álbum de fotografías mientras nos relataba cómo Juana trabajaba en la casa y cuidaba a sus cuatros niños.
 
Todos los niños tenían sus carnés de vacunas completos. Los dos más pequeños eran llevados por su mamá al centro de salud, recibiendo atención pediátrica, vacunas y la ración de leche en polvo.
 
Durante los meses de su embarazo, Juana concurrió con sus niños al Centro de Salud diez veces.
 
En plena puesta en marcha del programa materno infantil declarado de alta prioridad por el gobierno de la provincia y con una gran difusión, nadie, en ninguno de esos contactos, conversó con Juana, nadie le preguntó por su embarazo que era muy evidente.
 
Cada una y cada uno se dedicó “a lo suyo”, ya que lo demás “no es asunto mío”.
 
El Mundo Máquina y el Mundo Vivo
 
Los físicos durante las primeras tres décadas del siglo pasado, se encontraron con los fenómenos subatómicos que mostraron una nueva visión del mundo que los obligó a cambiar la manera de pensarlo.
 
Se descubrió que el mundo no era, como se creía hasta entonces,  una serie de objetos independientes que conformaban una máquina. Una máquina que al funcionar cumpliendo ciertas leyes, se hacía previsible y por lo tanto controlable.
 
El mundo no es una serie de objetos aislados sino que es un todo, indivisible e imprevisible. Un mundo donde no existen partes, “lo que llamamos parte es simplemente una configuración en una red indivisible de relaciones”, nos dice el científico Fritjof Capra.
 
Esta concepción del mundo de la Nueva Ciencia, se acerca a la cosmovisión milenaria de otras culturas y esencialmente a su sentido de pertenencia. La Ciencia nos dice que el mundo es una red de relaciones, una red que incluye a los seres humanos, y las culturas ancestrales que pertenecemos. Así de simple es la coincidencia.
 
El “sentido de pertenencia”, es el valor esencial que caracteriza las culturas de los Pueblos Originarios: pertenencia a la Tierra, pertenencia a la Naturaleza, pertenencia a la Vida.
 
Recuperar el sentido de pertenencia es el desafío con el que se encuentra la cultura occidental dominante.
 
La cultura occidental anclada en la concepción de un mundo mecanicista, predecible y controlable, asume sin cuestionamientos una moral utilitarista.
 
Con esta concepción se ha impuesto el modelo civilizatorio actual, que demuestra una capacidad creciente de agredir, destruir y enfermar nuestro hábitat que es el Planeta.
 
De la Atención Primaria al Cuidado Primordial de la Salud
 
La verdadera traducción de “Atención Primaria” es “Cuidado Primordial”. Creemos que es esencial adquirir la aptitud de  desarrollar un cuidado primordial de la salud con la actitud de ver el mundo como un todo.
 
La Ciencia y las Sabidurías Ancestrales nos muestran que el Planeta es un ecosistema. Un sistema es un mundo de relaciones que incluye las relaciones de los seres humanos no sólo entre sí, sino con toda la Vida y con toda forma de vida.
 
Es inadecuado considerar a la “Salud Pública” como referida a la salud de las personas con exclusividad, ya que la salud es una sola. La Salud Pública debe ocuparse de la salud de nuestro Planeta porque somos aire, agua, tierra…
 
Para pasar de este enunciado a la acción práctica, nos parece que es necesario asumir el “cuidado primordial de la salud de los ecosistemas locales”.
 
Ecosistemas locales definidos en áreas territoriales de responsabilidad, en las cuales se elabore, de manera participativa, un plan operativo único que al ejecutarlo, genere políticas públicas centradas en la promoción de la vida.
 
La puesta en marcha de este plan operativo requiere sentir la pertenencia a un equipo único, sentipensando que el mundo es relaciones en red.
 
Cuidar la salud de las relaciones
 
 “Cuidar la salud de las relaciones”es el concepto operativo que consideramos clave y que nos ayuda a ese tan indispensable “sentir y pensar en red” cotidianamente.
 
Superar el “esto no me corresponde” o “esto no me interesa”, por el “todo es asunto mío”, es la revolución mental que necesitamos para llevar adelante este enfoque de la Salud Pública que nos exige la nueva ciencia y las sabidurías ancestrales.
 
Un enfoque transdisciplinario dirigido a cuidar la salud de las relaciones es sentipensar que todo es asunto de cada una y de cada uno.
 
Es sentir que cada instante es una oportunidad para aportar al fortalecimiento de las relaciones saludables.
 
Relaciones saludables que significan relaciones solidarias con todos los componentes esenciales para la vida que nos enseñan las mujeres campesinas: Aire, Agua, Alimentos, Albergue, Amor, Arte, Aprendizaje.
 
Estos componentes esenciales son conocidos como las “A” de la Esperanza para vivir una vida con Alegremia. Alegremia es una nueva palabra para definir la salud, que surge de este superador enfoque de Salud Pública. Salud es “la alegría que circula por nuestra sangre”, cuyo nivel puede ser cada vez mayor, en la medida en que son más saludables nuestras relaciones.
 

 

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