Aspectos Conceptuales » Revolución Mundial en marcha

Última actualización: 15/06/2009

IIº FORO INTERNACIONAL SOBRE EL PENSAMIENTO HUMANISTA Y MÉDICO DE EUGENIO ESPEJO Y CHE GUEVARA
Ier. ENCUENTRO LATINOAMERICANO POR LA SALUD DE LOS PUEBLOS
CUENCA, ECUADOR, 14-18/10/02

REVOLUCION MUNDIAL EN MARCHA: APORTE DE LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD

Julio Monsalvo

Una convocatoria que moviliza

Con sabiduría y lucidez este Foro ha sido inspiradamente co nvocado invocando al pensamiento humanista y médico de dos gigantes de la Historia: Che Guevara y Eugenio Espejo.

Dos grandes que nos han legado el paradigma de la coherencia: vivir como se piensa.

Los dos tenían un pensamiento revolucionario y vivieron como revolucionarios.

Allá por el 87, arribo por vez primera a la República de Cuba.

Se trataba de un viaje en misión oficial. El Gobierno del Estado de la Provincia del Cacho, de mi país, Argentina, me enviaba con el propósito de que observara cómo Cuba “sellaba” el país con el binomio “enfermera-médica/o de familia”.

Todo mi ser se conmociona cuando por mis retinas penetran las palabras escritas en un gran letrero que lucía en la entrada de uno de uno de los 41 hospitales que en ese entonces tenía Ciudad Habana:

“... vale, pero millones de veces más, la vida de un solo ser humano que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra” Che

Estas palabras del Comandante Ernesto Che Guevara fueron pronunciadas inaugurando el curso de adoctrinamiento del Ministerio de Salud Pública, el 19 de agosto de 1960.

Cuando el Che expresa este concepto del valor de la vida del ser humano lo hace en el contexto de reflexionar sobre el hambre que desde siempre impone el sistema capitalista y afirma enfáticamente que la Revolución Cubana cambia el enfoque de la caridad por el paradigma de la solidaridad.

El Che resaltaba la presencia de niños en la celebración del 26 de Julio en la Sierra Maestra. Eran niños de 13 o14 años con una constitución física de ocho o nueve Son, decía el Che, “los más auténticos hijos del hambre y de la miseria en todas sus formas; son las criaturas de la desnutrición”.

Esta situación de hambre ya no existe más Cuba. La Revolución Cubana desarrolló y desarrolla políticas centradas en la defensa de la salud y de la vida del pueblo y es y será para siempre un ejemplo en la Historia de la Humanidad.

En tanto el hambre sigue cobrando víctimas en todas las latitudes, y esto lo sabemos muy bien quienes trabajamos comprometidos con la salud pública, que es la salud del pueblo.

Cotidianamente estamos viviendo hoy, en los albores de este siglo XXI, realidades como las que describía el Che en 1960. Es que el neoliberalismo, cuya esencia es la lógica capitalista, lleva inherente las injusticias sociales.

Jaime Breilh nos regala en su libro “Eugenio Espejo: la otra memoria” el acercarnos al pensamiento y al sentimiento de este grande del siglo XVIII con su revolucionaria visión de “la dinámica colectiva de las enfermedades, de su vínculo con las condiciones estructurales y los modos de vida de la población...”

Espejo expresaba lo siguiente:

“Desde este decaimiento de ánimo, los pobres pasan a nutrirse de cuanto llega a sus manos, porque el temor del hambre obrando en su imaginativa, el espectro de la misma hambre, ya se la hace sentir y padecer en la realidad. Todos estos efectos son unas previas disposiciones para contraer una epidemia maligna y contagiosa”

Afirmo con dolor, que estas palabras de Espejo en 1785, tienen plena vigencia en muchos sectores de la población de mi país en el presente.

En la Argentina de este hoy 2002 la epidemia que cobra cada día más víctimas se llama “desnutrición aguda”. La padecen personas de todas las edades, incluyendo jóvenes y de edad media, siendo mayoritariamente los más afectados niñas y niños menores de cinco años y personas mayores de 65.

A pesar de que los registros no son óptimos, se constata que seres humanos habitantes del suelo argentino, finalizan hoy su ciclo biológico “muy antes de tiempo” falleciendo por desnutrición.

Una revolución mundial en marcha

Desarrollando su pensamiento durante el discurso a que hacíamos referencia, el Che expresa en dos oportunidades:

“para ser revolucionario, lo primero que hay que tener es revolución”

¡Y hoy tenemos una Revolución! ¡Y se trata de una Revolución Mundial que ya está en marcha!

Nos toca vivenciar un tiempo histórico en donde todas aquellas personas que no hemos renunciado a los sueños, que seguimos ensoñando las utopías, tenemos el Regalo de la Vida de ser artesanas y artesanos protagonistas en la construcción de un mundo diferente.

¡Arriba el telón! La Revolución ya ha comenzado. ¿Actores o espectadores?

Una revolución que es una rebeldía expresada en forma continua. Una Revolución Mundial que es cada vez más visible. Está en todos los continentes, en multivariados escenarios y es polifacética.

Está en Chiapas, está en las grandes protestas antiglobalización, en Seattle, en Davos, en Millau, en Niza, en muchos otros sitios, en la Asamblea de Salud de los Pueblos en Bangladesh, en los Foros Sociales Mundiales por “Otro Mundo Posible” en Porto Alegre, en iniciativas como ATTAC, Jubileo 2000 y muchas otras.

Se movilizan miles y centenares de miles.

Es apenas la punta del iceberg.

En la presencia de cada militante en estas manifestaciones hay miles más, y ya son millones.

Y muchos millones más son todas aquellas personas que silenciosamente están cotidianamente construyendo propuestas desde los conocimientos locales que generan habilidades y procederes más humanos y más respetuosos de la vida.

Son esos grupos de mujeres campesinas que solidariamente se acompañan y acompañan a las familias más necesitadas, ungen a los enfermos con sus cataplasmas y los energizan con el afecto de sus masajes o con la presión de la dígitopuntura prodigadas con profesionalidad de excelencia y con amor.

Son aquellas mujeres que poseen la sabiduría de la herbolaria y la multiplican compartiendo sus saberes y haceres con sus familias y con sus comunidades.

Son las comunidades campesinas y las naciones de pueblos originarios, que han resistido y siguen resistiendo, las que nos enseñan una visión de salud integral.

Una salud que se genera en la Madre Tierra, la Pachamama dadora de vida, desde un suelo sano que permite la vida arbórea sana, la vida animal sana, y en ese paisaje ecosistémico armónico, los seres humanos sanos.

Son estos magníficos seres humanos que desafiando imposiciones denigrantes para aniquilar su sabiduría de mujeres y hombres de campo, se niegan a ser reducidos a la condición de “productores”, encargados de aplicar las recetas de las corporaciones que imponen una producción de alimentos no para alimentar sino para lucrar.

Son las familias y las comunidades que con orgullo defienden el ser y el sentirse campesinas y campesinos.

Son estas comunidades campesinas y los pueblos originarios que conservan sus conocimientos y sus tecnologías para cultivar respetando el suelo, los bosques y toda forma de vida de los ecosistemas locales, para producir alimentos para alimentar y así recuperar la seguridad alimentaria.

Son las campesinas y los campesinos que resisten y conservan la sabiduría para producir localmente las semillas, lo cual es una acción política liberadora revolucionaria hacia la conquista de la soberanía alimentaria.

Son los pueblos originarios que llevan más de cinco siglos resistiendo con éxito los proyectos de genocidio, de etnocidio y de ecocidio.

Proyectos de muerte que de manera sistemática y planificada se han perpetuado desde hace cinco siglos cobrando una inusitada violencia en los albores de este siglo XXI.

Como expresión de un milagro que desafía los poderes imperiales con todas sus crueldades, estos pueblos originarios están, y están con sus idiomas, con su cosmovisión de pertenencia al Universo, con sus organizaciones sociales y ambientales que respetan toda forma de vida sin alterar el paisaje.

Son jóvenes de todas edades que militan en los barrios de las grandes ciudades y de los pequeños pueblos, que convocan a asambleas populares, que van construyendo un camino de democracia participativa.

En ciudades y en campiñas, consciente o inconscientemente, los miles de millones de revolucionarios en la cotidianeidad no bajan los brazos y luchan por un mundo más justo.

Las intolerables e indignantes injusticias sociales movilizan a todas las personas sensibles al dolor humano. Son quienes sienten en su propia mejilla todo golpe dado en la mejilla de otro ser humano, como los expresaba José Martí.

Protagonistas de esta Revolución Mundial no aceptamos estas injusticias generadas por el sistema capitalista que explota, expropia y excluye como tampoco aceptamos otras grandes injusticias que se generan de las anteriores.

Nos estamos refiriendo a las injusticias ecológicas.

Este sistema capitalista siempre ha generado injusticias ecológicas.

La voracidad del capitalismo en las últimas décadas, con su lógica extractiva y utilitaria, está amenazando la continuidad de toda forma de vida.

La cultura capitalista explota, expropia, excluye, extrae, acumula y lleva alocadamente a la extinción.

El capitalismo que a través de la historia se demostró genocida y etnocida también es biocida.

La sexta extinción ya ha comenzado

Nuestro planeta se pobló de seres vivos multidiversos. Se trata, como propuso llamarlos Edward Wilson en 1986, de la biodiversidad biológica.

Nuestra especie, llamada con soberbia “homo sapiens” está presente en este Planeta porque existe una aceptable biodiversidad biológica.

Leonardo Boff llama a nuestra especie “homo sapiens/demens”

Nuestro hermoso Planeta Tierra está poblado de seres vivos: por la vida arbórea, por diversos seres llamados del reino animal y por microorganismos que hallamos en toda la biosfera, en los bosques, en las altas montañas, en la profundidad de los océanos y en los casquetes polares.

En cinco ocasiones, nos han demostrado científicos de diversas disciplinas, desaparecieron bruscamente de la Tierra más de la mitad de las especies vivas. Es decir que la biodiversidad biológica se redujo a menos del 50 por ciento.

Es lo que se conoce como las cinco grandes extinciones. En la tercera extinción desaparecieron el 96 por ciento de las especies marinas. Sin embargo, la más conocida es la quinta, ocurrida hace 65 millones de años en que desaparecieron los dinosaurios.

¿Por qué ocurrieron estas grandes extinciones? Se discuten diversas posibles causas: cambios climáticos, descenso del nivel del mar y erupciones volcánicas, entre otras variadas hipótesis.

Los biólogos nos alertan que ya ha comenzado la sexta extinción.

En las últimas décadas se constata una aceleración en la pérdida de la biodiversidad.

No hay acuerdo acerca de la cantidad de especies vivas que se pierden,

Sin embargo fotos satelitales demuestran que desaparecen anualmente unos 200.000 Km2 de superficie de bosques.

De proseguirse con este ritmo de destrucción, en el 2050 tendríamos apenas una muy pequeña mancha de bosques en la faz del Planeta.

La pérdida de la biodiversidad biológica es incompatible con la supervivencia de nuestra especie.

Esta sexta extinción que es ya tan evidente, no admite discusión entre los biólogos acerca de su origen: está causada por la acción de algunos seres humanos que han impuesto en los últimos cinco siglos una cultura capitalista de extracción, acumulación y explotación sin respetar la vida de los seres humanos y ninguna forma de vida.

Nos dice el biólogo Niles Elredge en su obra “La vida en la cuerda floja”:

“Tendrá que pasar mucho tiempo después que hayamos corregido nuestra conducta (o de que nos hayamos extinguido) para que la evolución reemplace a las especies desaparecidas y reconstruya los ecosistemas perdidos o severamente dañados”

Los que nos sentimos trabajadores de la salud militantes de la vida, debemos estar informados y atentos a estas noticias globales.

Noticias que lejos de paralizarnos nos deben infundir nuevas energías para proseguir esta lucha revolucionaria para que la vida continúe.

Y que continúe no de cualquier manera sino en forma saludable, solidaria y sustentable.

Amor a la vida: génesis de la revolución mundial

Mi teoría es que esta revolución mundial en marcha está generada por el amor a la vida.

Allá por los años 70, cuando el mundo estaba pendiente de un holocausto nuclear, se le preguntó al filósofo español Ferrater Mora, su opinión acerca de esta amenaza cierta.

Ferrater Mora respondió con una metáfora médica.

Comparó ese momento histórico con la situación de dos personas enfermas. Las dos graves con el mismo diagnóstico y recibiendo el tratamiento que corresponde y en forma oportuna.

Una de ellas, nos decía, está cansada y no quiere vivir más. La probabilidad de su muerte es cierta, es del cien por cien.

La otra persona anhela seguir viviendo y por su anhelo de seguir viviendo tiene alguna probabilidad de que viva.

Con esta metáfora, el filósofo nos expresaba que el futuro de la humanidad dependería de lo que predominara en la mente universal: el sentimiento de autodestrucción o el sentimiento de que la vida continúe.

Propongo que consideremos esta lectura de la Historia desde el ángulo de la Filosofía.

Decía que mi teoría es que la revolución mundial en marcha está generada por el amor a la vida.

La tesis es que este amor es fuerza vitalizadora formidable que vehiculizándose por la Alegría se concretiza en actos de sanación.

En tanto el desamor a la vida y la tristeza indisolublemente asociada, son los verdaderos agentes etiológicos del biocidio, es decir de la enfermedad y de la muerte de toda forma de vida, incluida la de los seres humanos.

Si el amor a la vida nos genera esta revolución mundial ya en marcha, decididamente se potenciará si quienes trabajamos impregnados de las ideas fuerza de la atención primaria de salud integral y universal, asumimos nuestra responsabilidad de ser revolucionarias y revolucionarios generando amor y alegría en nuestro diario hacer.

Porque la salud es un componente esencial de la vida.

Y el pensar en salud convoca y articula todos los cursos de acción con otra lógica, con la lógica del paradigma de la continuidad de la vida y no con la lógica del paradigma de la destrucción sin cesar que lleva inexorablemente a esta sexta extinción en donde la especie humana desaparecerá.

Atención Primaria de Salud de los Ecosistemas

Los principios fundacionales de la Atención Primaria de Salud, que se establecen en la Declaración de Alma Ata tienen plena vigencia.

Declaración firmada en 1978 por 134 Gobiernos y 67 organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales.

Principios reafirmados y convertidos en una verdadera propuesta de estrategias en la Carta de Salud de los Pueblos, aprobada en la Asamblea de Bangladesh en diciembre 2002.

Es pertinente subrayar que estos lineamientos son conocidos como “atención primaria de salud compresiva e integral”. Personalmente me satisface más, cómo la denomina la Carta de Bangladesh, llamarlos atención primaria de salud universal e integral.

Esta disquisición es pertinente realizarla, ya que el sistema imperante tiene como una eficaz estrategia la apropiación de las palabras.

Y hoy atención primaria no es un término unívoco.

Valga un par de ejemplos:

Uno de ellos: denominar con mentalidad tecnocrática “atención primaria” al primer nivel de un sistema de atención acotando la atención primaria a un listado de actividades reducidas a un solo ámbito.

Otro, que es más grave: llamar “atención primaria” a los programas de acciones sanitarias con enfoques selectivos, que llevan la intencionalidad de paliar lo que con cinismo se llama “costos dolorosos pero necesarios de las políticas de ajuste” (¿necesarios para quién?) Me refiero a la atención primaria selectiva, a la cual llamo por mi conceptualización, “el brazo sanitario de las políticas neoliberales”.

La Carta de Bangladesh identifica tres ejes centrales de su visión de un mundo mejor: “la equidad, el desarrollo ecológicamente sustentable y la paz”.

Esa visión de un mundo mejor la explicita de la siguiente manera:

“Un mundo en el cual una vida saludable para todas y todos sea una realidad; un mundo que respete, aprecie y celebre toda vida y diversidad, un mundo que permita el florecimiento de los talentos y habilidades para enriquecer uno/a otro/a; un mundo en el cual las voces de los pueblos guíen las decisiones que afectan a nuestras vidas”...

Quienes no hemos arriado las banderas de la atención primaria, nos hallamos ante el desafío que nos da la oportunidad histórica de ser activos protagonistas en esta revolución mundial en marcha, para que la vida continúe, para frenar esta sexta extinción y con ella revertir las injusticias sociales y ecológicas.

Es que la salud es componente esencial de al vida, y es por ello que el pensar en salud es convocante y articulador.

Trabajadoras y trabajadores de la salud nos hallamos ahora ante la hermosa oportunidad de ser revolucionarias y revolucionarios por la vida

Activos militantes en el cuidado de la salud integral, integrando la totalidad del ser humano en relación con otros y a toda forma de vida.

“Atención Primaria de Salud de los Ecosistemas” es la propuesta para que esta Revolución se consolide y avance día a día.

Finalizaba el Che su discurso inaugurando ese curso de adoctrinamiento del Ministerio de Salud Pública al que nos referíamos, con estas palabras:

“Y si conocemos el rumbo por donde tenemos que caminar, nos falta solamente conocer la parte diaria del camino a realizar. Y esa parte es el camino propio de cada individuo, es lo que todos los días harán, lo que recogerá en su experiencia individual y lo que dará de sí en el ejercicio de su profesión dedicado al bienestar del pueblo”

La propuesta entonces es que “esa parte diaria del camino a realizar”, nuestro puesto de lucha en esta Revolución Mundial, sea el ser trabajadora y trabajador de la salud por la atención primaria de salud de los ecosistemas.

Para ello debemos re-cuperar el paradigma de la pertenencia como nos enseñó la representante del pueblo maorí en Bangladesh cuando nos dijo:

“...no sé de donde salió el dicho ‘pienso luego existo’, les diré que no nos gusta y que comparto lo que dice mi pueblo, ‘pertenezco por lo tanto soy’...”

El pensar en salud nos coloca en otra lógica.

A modo de ejemplo: si bregamos por un ecosistema sano, proponemos una producción de alimentos para alimentar.

Por lo tanto, no se trata de proponer producción agroecológica confrontando a la agroindustria con sus paquetes de agrotóxicos y ahora de semillas transgénicas.

No se trata de una dialéctica de cuál es la lógica más redituable.

Se trata de la lógica de la salud y de la vida contrastando con el paradigma de la enfermedad y de la muerte.

Este volvernos a sentir Naturaleza es defender toda forma de vida.

Una joven trabajadora de la salud nos expresaba al tomar consciencia de este sentido de pertenencia:

“... se nos dice de ver al ser humano como un ser físico, espiritual y mental... hoy el desafío es mucho mayor, ya que debemos ver al ser humano como uno más de todo un ciclo de vida. Ya no alcanza con tener en cuenta lo constitutivo de la mujer y el hombre. Tenemos que mirar también la Tierra donde está inserto, a la que pertenece.”

Y añadía:

“Tal vez dentro de poco debemos llamar la Salud a secas. Ya que Salud Pública o la Salud de los Pueblos, nos compete a todos los seres vivos, incluida la Tierra.” (Gabriela Acevedo, Rosario, Agentina)

Nos decía emocionado Don Salvador, un dirigente campesino de la comunidad de San Miguel, Departamento Villa Rica, del Paraguay, luego de reflexionar sobre la salud de los ecosistemas:

“...hasta ahora hemos respetado la vida humana... no nos hemos dado cuenta que no respetamos otras formas de vida como la que está en las plantas, en los animales, en el suelo... ”

La Carta de Bangladesh es un apreciado mapa de ruta ya que nos hace siete elocuentes llamados: a sentir la salud como derecho humano; asumir retos económicos, retos sociales y políticos; retos ambientales; luchar contra la guerra y la violencia y los conflictos, proponer un sector sanitario dirigido al pueblo; bregar por la participación por un mundo más saludable.

Una voz de la Quebrada de Humahuaca

Tilcara es un pequeño pueblo enclavado en la hermosa Quebrada de Humahuaca, en la Provincia de Jujuy, Argentina.

Desde allí, Ricardo Alancay nos hace llegar estas palabras que reflejan esa sabiduría andina de la cuál tanto podemos aprender para esta revolución mundial por la vida:

“Aquí nosotros, cuando nos fallan los seres humanos... miramos a nuestro alrededor y el Sol, y el río, los cerros y toda... toda la Pachamama está en nosotros.

Y entonces decimos que la influencia de unos cuantos (??) seres humanos no pueden vencer a la gran influencia positiva de todo el Universo”

Palabras sabias, de optimismo real y energizante que nos hacen gritar como cuando nos despedimos en Bangladesh:

“La Lucha continúa...”

y hoy, en este Foro, añadimos:

¡Hasta la Victoria de la Vida Siempre!

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

- Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos; Declaración para la Salud de los Pueblos; Savar; Bangladesh; 2000

- Boff, Leonardo; Ecología, grito de la Tierra, grito de los pobres; Lumen; Buenos Aires; 1996

- Breilh, Jaime; Eugenio Espejo: la otra memoria; Universidad de Cuenca; 2001

- Che Guevara; Discurso en la inauguración del curso de adoctrinamiento del Ministerio de Salud Pública, 19/8/60; El pensamiento vivo del Che; Universidad de Cuenca; Facultad de Ciencias Médicas; Cuenca; Ecuador; 2002

- Elredge, Niles; La vida en la cuerda floja; Tusquets; Barcelona; 2001

- Leakey, Richard y Lewin, Roger; La sexta extinción; Tusquets; Barcelona; 1997

- Seoane, José y Taddei, Emilio (compiladores); Resistencias Mundiales; CLACSO; Buenos Aires; 2001

- OMS, UNICEF; La Declaración de Alma Ata; Ginebra; 1978

- Wilson, Edward; La diversidad de la vida; Crítica; 1994

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