Crónicas de Vivencias » “Cuando silencio, cuerpo y palabra son un mismo discurso”, Relato Pedagógico, Lucrecia Marcelli

Última actualización: 14/06/2010

 

 

RELATO PEDAGÓGICO (*)
 
 
1-   Título de fantasía:    
“Cuando silencio, cuerpo y palabra son un mismo discurso”.
 
2-   Título conceptual:   
Interculturalidad: La Participación en el Aula de una Escuela para Adultos Tobas
 
 
3-   El asunto:
 
Llego a Pampa del Indio (1), para dar clases en el Bachillerato Bilingüe Intercultural para adulto de los Tobas (2). Algunos esperan afuera del local, otros parecen estar llegando, y otros están dentro del Centro Comunitario Cuarta Legua, local de 4 por 7 metros, que oficia de aula para el encuentro con 74 adultos que cursaban el mencionado recorrido pedagógico.
 
Llego con mi experiencia docente; experiencia que me indicaba que cuando alguien está frente a un aula debe (por esas cosas que hasta ese momento no me había cuestionado) elevar el volumen de la voz, y mucho más para estar junto a 74 adultos. Me había desempeñado como docente en el mundo rural durante 13 años, por lo tanto las características geográficas no me distraían, no eran el centro de mi preocupación. Comienzo preguntando a cada uno cómo se llama, y pido que eleven la voz y justifico el pedido porque yo soy un poco sorda. Es en ese momento cuando uno de los jóvenes – adultos que estaba sentado me dice: “si pero nosotros no”. Y esa respuesta da justo con la situación que se me estaba planteando con tanta fuerza, da justo con esa vivencia que estaba sintiendo tan fuerte, que gritaba dentro de mí: aquí hay voz, aquí hay escucha, aquí hay comunicación. Aquí siento que el cuerpo acompaña a la palabra, el silencio y el cuerpo son parte del discurso.
 
 
 
   
 
 
 
4-   Los cuestionamientos:
 
¿Por qué no hablan, si es un aula? y en un aula siempre se habla… ¿Por qué todos escuchan? ¿Por qué esto me parecía anormal, si siempre uno necesita que los “alumnos” hagan silencio? ¿Qué tiene de “anormal” que me estén escuchando?... ¡si vine para que me escuchen! ¿Por qué me quedé sin palabra cuando este muchacho me dijo que ellos no eran sordos? ¿Me molestó que indirectamente me tratara de sorda? En un instante pensé que el silencio podía estar poniendo de manifiesto mis ruidos internos; pero no era eso, ni siquiera mis ruidos internos estaban allí presentes. Pero entonces… ¿qué era? ¿Por qué sentía que me envolvía una situación única, primera y a la vez contenedora? Era la experiencia de comunicación profunda, noble y genuina la que me estaba convocando.
 
 
5-   Las interpretaciones:
 
El silencio, es tan importante y constitutivo del diálogo como la palabra misma. El silencio y la palabra son presencia de la vida, no descripción de ésta. Éstas 74 personas juntas no presuponen la necesidad de hablar fuerte para que se escuche, todos hablaremos de a uno cuando sea necesario.
 
La palabra es mensaje de lo que fue y anuncio de lo que vendrá. Pues entonces… ¿quién puede no escuchar la palabra del otro? ¿Quién puede aturdirse con la propia palabra?
 
La palabra es presencia, por ello no se debe mencionar a la muerte, porque ella vendrá.  O muy por el contrario: cuando una mujer está embarazada, se pone el nombre al ser por venir para justamente con “el nombre”, con la palabra, llamarlo a la vida. Esto es comprender la fuerza de la palabra pronunciada.
 
Así, vivencias, profundas y significativas vivencias de interculturalidad, ha llevado a pensar y repensar mi cultura. Esta vez viene a mí el esquema de análisis que nos proponía Jean Charpentier (3)  sobre esta cuestión de que cuando vemos a alguien, lo vemos desde sus conductas, pero que para comprender a esa persona debíamos llegar a los valores.
 
 
 
 
 
 
Estaba comprendiendo la famosa frase de Carl Rogers: -“El cambio solo puede surgir desde la experiencia adquirida en una relación”-.  Así estaba comenzando un cambio, un encuentro con mi palabra a través de la vivencia y el “valor” de la palabra del otro.
 
Fue una experiencia profunda, donde el encuentro con el saber era encuentro con “el otro”, con “los otros” y con “uno mismo”. Entonces, la clase era la naturalización del encuentro.
 
Hasta las clásicas reflexiones quedaban afuera, ya ni siquiera importaba lo negativo de mi cultura, esos hábitos que vaciaron la palabra, ni la clásica reflexión de que los medios de comunicación  no comunican, nada de eso importaba. ¿Cómo sabía que se había producido un encuentro? Porque ambas culturas estaban sacando afuera lo mejor de sí para lograr comunicarse. Y si eso no era un encuentro educativo ¿qué es la educación?
 
Gracias a esta vivencia, comprendí que silencio, cuerpo y palabra son un mismo discurso pedagógico, porque era encuentro.
 
 
 
                                                                                                           
 
 
 
(*) Lucrecia Noemí Marcelli, Profesora en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, Especialista en Pedagogía de la Alternancia. Post Titulada en Investigación Educativa con enfoque antropológico.
 
 
 
 
 
Notas:
 
1.    Pampa del Indio es una localidad de la provincia del Chaco. Cuya población es mayoritariamente
Toba.
2.    Éste bachillerato funcionó desde 2002 al 2009 como aula anexa del C.E.P. Nº 78 “Coronel Enrique Benedicto Rostagno” Vuelta de Obligado 635 – (3531) Pampa del Indio - Dpto. Libertador General San Martín.
3.    Aprender Haciendo - una experiencia de formación - Investigación - Acción, Documento de trabajo de IN.CU.PO - Fecha: Noviembre de 1981 - Jean Charpentier y Otros.
 
 
 
 

 

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