Cartas que salen del cuerpo » N° 59 - Los pocos somos muchos - 06/09/11

Última actualización: 07/09/2011

  CARTA 59: 06/09/11

 
LOS POCOS SOMOS MUCHOS
 
En esos andares por diversos paisajes y escenario, siempre recibimos el alimento espiritual de encontrarnos con gente maravillosa.
Seres que con sencillez, constancia y responsabilidad, trascienden con su serestarhacer solidario. Un hacer que es un cuidar la vida.
Jóvenes que sistemáticamente recorren las orillas de un arroyo para recoger los plásticos; docentes que se ofrecen espontáneamente a dar apoyo escolar a niñitas y niñitos de un barrio; una joven niña que visita hogares donde se alojan personas mayores con limitaciones y se ofrece para cortar las uñas de sus manos y de sus pies.
Largo listado de hechos solidarios con toda la forma de vida, nos infunde esperanzas.
La solidaridad existe, y emerge en las personas que permiten que se exprese lo mejor de su ser. Lo mejor que tenemos como seres humanos es el espíritu solidario, la actitud de acompañar y la aptitud de apoyarnos mutuamente.
Es necesario alertarnos de un riesgo, el riesgo de sentirse en soledad.
“Estamos tan solas…”, “somos tan poquitos…”, son expresiones que a veces escuchamos y que pueden estar transmitiendo sentimientos mezcla de queja y de autocompasión.
El riesgo está en que las personas, al sentir que no se reconoce ni se valora lo que hacen, tampoco ellas mismas lo valoren. De no valorar lo que hacen a no valorarse a sí mismas, hay un corto paso.
        La propia no valoración lleva a la baja autoestima. Con baja autoestima no circula la alegría por la sangre. Sin alegremia no hay entusiasmos, y sin entusiasmos nada cambia, todo se paraliza o se empeora.
Nada de esto es casualidad. Poderosos intereses mundiales actúan justamente para que no cambie el estilo de vida individualista, competitivo y consumista que imponen y que al mismo tiempo los sustenta..
Son los intereses que permanentemente crean falsas necesidades y los mismos que hacen grandes negocios con las guerras, la violencia, las enfermedades.
Saben muy bien que los pueblos tristes son fáciles de dominar.
Todas estas “pequeñas” acciones cotidianas son poderosas, son revolucionarias porque contribuyen a un cambio en el estilo de vida. Nada menos que de la competitividad individualista a la solidaridad cooperativa.
En este instante de la historia de la Humanidad que estamos protagonizando, es esencial tomar consciencia que no se está en soledad.
Son millones en todo el mundo, quienes todos los días, donde viven y trabajan, en su ecosistema local, actúan solidaria y cooperativamente.
Es que los “pocos” no somos tan pocos, y si nos comunicamos, sabremos que pertenecemos a una fuerza revolucionaria mayor.
Cuando se ha participado de eventos tales como los Foros Sociales, las Asambleas por la Salud de los Pueblos, los Encuentros de Salud Popular “Laicrimpo” y tantos otros similares, el ánimo cambia. Nos damos cuenta de ¡cuánta gente hace cosas por los demás!, de ¡cuántas ideas nuevas se generan!, de ¡cuánta creatividad, valentía y solidaridad nos constituye!
Nada reemplaza los encuentros personalizados, son la más bella y poderosa fuente de energía.
Sin embargo, el comunicarNOS por los medios a nuestro alcance, teléfono, correo electrónico, mensajes por celulares, las añoradas “cartas de verdad”, es una responsabilidad ética para alimentar la llama de los entusiasmos.
Los pocos… ¡somos muchos!
 
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!
Julio
 
 

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