Cartas que salen del cuerpo » #14 - Políticas desde lo cotidiano (06/02/07)

Última actualización: 21/06/2009

Me he sentido muy feliz participando en el XXI Congreso de Medicina General (Potrero de los Funes, San Luis, noviembre 2006)

Yo los llamo “Congresos del Movimiento de Medicina General y del Equipo de Salud”, ya que año tras año participan centenares de jóvenes trabajadores de la salud quienes, insatisfechos de las normas, pautas y lógicas del sistema dominante, no se han quedado quietos, sino que se han puesto en marcha y están andando haciendo caminos de saludables búsquedas.
 
Además de las esperables y deseables expresiones de inconformidades y análisis críticos, destaco que a través de talleres, trabajos presentados, charlas y comentarios “de pasillo” fueron surgiendo diversas propuestas, en especial a partir de espacios en donde es posible la creatividad, gracias a la capacidad de asombro y de hacer volar la imaginación.
 
El Congreso elaboró un “Documento final” el cual,  en sus últimos párrafos expresa: “…se hace necesario avanzar en la formulación de propuestas concretas…”
 
Una de ellas, la  que lleva el inciso f) expresa lo siguiente
 
“Consolidar políticas destinadas al cuidado de nuestros ecosistemas, rescatando valores y saberes de nuestras comunidades nativas”.
 
Me permito en esta carta compartir algunas reflexiones que me inspiran este breve párrafo ya que podemos encontrar en el mismo los tres elementos que caracterizan la formulación de una Política.
 
¿Cuáles son esos elementos? Veamos:
  1. Percepción de la realidad que prioriza un problema (está implícito en el texto): ”destrucción de nuestros ecosistemas”
  2. Imagen-horizonte: “cuidado de los ecosistemas”
  3. Estrategia, es decir el cómo hacerlo: “rescatando valores y saberes de nuestras comunidades nativas”
Que un Congreso de Medicina General haya considerado formular esta propuesta evidencia una toma de conciencia de que el “ecosistema es asuntos nuestro”.
 
Bienvenidas sean las políticas que provengan de las esferas gubernamentales, de los organismos internacionales y de las más diversas instituciones que apunten al cuidado de los ecosistemas.
 
Es función nuestra no sólo conocer la formulación de las políticas sino también conocer los medios para acceder al seguimiento de las mismas. Un seguimiento conociendo  los hechos que se concreten como también demandando información acerca de la ejecución presupuestaria.
No obstante hay algo, desde mis sentipensares, que es superador al conocimiento y al seguimiento de las políticas oficiales. Se trata de ser protagonistas en la generación de políticas públicas desde lo cotidiano.
 
Detengámonos en la estrategia formulada. Como muy claramente se expresa en el Documento mencionado. Aprender de los Pueblos Originarios significa bucear en los valores, los cuales son la esencia de sus culturas. Los valores son los que generan y determinan los saberes y los haceres.
 
Los Pueblos Originarios se sienten pertenecientes a la Tierra, a la Pachamama generadora de Vida. Pertenecientes al Cosmos todo.
 
Y esto genera otra ética, otras relaciones, otras pautas de consumo, ya que al sentirnos Naturaleza, lo que nos rodea ya no es “entorno”, ya no son “recursos naturales”, no se trata de “nosotros y el medio ambiente” La Naturaleza es la misma vida y nosotros, especimenes de la especie humana, vida dentro de la Vida.
 
Este paradigma cultural de pertenencia, propio de los Pueblos Originarios, tiene una tan notable como esperanzadora coincidencia con el nuevo paradigma científico.
 
Los avances de la física cuántica, la teoría Gaia, la teoría de sistemas  y muchas otras vertientes nos confirman que no somos el centro del universo sino una hebra más en la trama de la vida, como diría Fritjof Capra.
 
Siento que lo que se requiere en este momento de inflexión en la historia de la Humanidad, es justamente un cambio de Paradigma Cultural.
 
En este instante en el cual la Humanidad toda vive un momento crucial de su historia, no podemos desconocer que se cierne un peligro global; la desaparición de la propia especie humana. La acelerada pérdida de la biodiversidad debería ser un dato más que suficiente para alertarnos.
 
Ante esta realidad cruel, la Vida, siempre la sabia Vida, nos pone ante un desafío que es también una oportunidad: ser protagonista de generar políticas desde lo cotidiano.
 
Están pasando cosas en el mundo y pasan en nuestra propia casa, en nuestro ecosistema local. Y esas cosas que pasan, expresiones de un sentimiento que apuesta a la vida, van construyendo desde lo práctico propuestas de políticas públicas.
 
Familias campesinas que producen sus propias semillas; comunidades que generan localmente energía; otras que conservan la sabiduría de producir alimentos para alimentar, de manera saludable, sin químicos; vecinas y vecinos que revaloran sus propios saberes para el cuidado de la salud y se apropian de otros conocimientos y procedimientos autogestivos.
 
En las ciudades se dan proyectos de clasificación y reciclado de basuras; transportes no contaminantes; fenomenales experiencias de agricultura urbana, construcciones de viviendas con materiales no convencionales, defensa de espacios verdes.
 
Todas estas acciones y muchas más, tienen una trascendencia que desborda el ámbito local ya que constituyen la base de cambios paradigmáticos culturales y construcción de políticas desde lo cotidiano.
 
Una sencilla pregunta nos podría orientar tanto en la toma de decisiones como en el seguimiento de la ejecución de políticas: ¿aporta a la salud o a la no-salud del ecosistema local?
 
Ecosistemas locales puede ser el paraje, el pueblo, el barrio, la institución, nuestro hogar y…. nuestro propio interior!
 
“Salud de los ecosistemas” es un pensamiento articulador. En especial nos aporta a un discurso unificado entre los movimientos sociales, movimientos feministas y movimientos ambientalistas o ecologistas.
 
Si nos sentimos integrando los ecosistemas, según como sean de saludables o no nuestras relaciones sociales, políticas, económicas, etc. será la salud del ecosistema. La justicia social y la paz son componentes indispensables de un ecosistema saludable.
 
Me atrevo a proponer una instancia superadora al “rescatar” ya que los valores y los saberes están milagrosamente en el patrimonio cultural de estos pueblos. 
 
Lo importante es que la cultura que se separó de la Naturaleza, que no se siente parte de la misma, que tiene su ciencia y su técnica al servicio e la dominación,  reaccione y emprenda la búsqueda del antiguo paradigma que alguna vez dejó y tenga una actitud de “receptar” los valores que hacen la esencia cultural de estos Pueblos. Pueblos que los tenemos aquí, en nuestra Patria y en la Patria Grande que es toda Abya Yala. Pueblos respetuosos de la Vida y de toda forma de vida.
 
Una vez más se generó en mi ser una  alegrémica esperanza escuchando y leyendo la propuesta del Congreso de Medicina General. La propongo como una  bandera para asumirla muy especialmente en este 2007, en Argentina, ya que es un año electoral en donde en diversos ámbitos se discutirán cuestiones municipales, provinciales y nacionales.
 
Es de esperar un protagonismo cotidiano que enaltezca la Política, sentipensando la Política como el arte que amplía el espacio de lo posible para el bien común que hoy significa para el bien del Planeta todo,
 
Hasta la Victoria de la Vida Siempre !
Julio

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