Bibliografía (Cuadernillos) » Cuadernillo Nº 1 - Paradigmas - Salud de los Ecosistemas

Última actualización: 18/06/2009
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO
FACULTAD DE MEDICINA
CARRERA DE POST-GRADO
“ESPECIALIZACIÓN EN MEDICINA GENERAL Y FAMILIAR”

“CIENCIAS SOCIALES, CIENCIAS DEL HOMBRE Y SALUD”  

CUADERNILLO 1: PARADIGMAS SALUD DE LOS ECOSISTEMAS

 
 

Directora de la Carrera: Dra. Débora Ferrandini
Coordinadora: Dra. Margarita Alonso
Docentes: Dr. Julio Monsalvo y Dra.Sandra Payán

Septiembre 2008
 
 
INVITACIÓN A VOLAR...
 
Deseamos hacerles una invitación… Les queremos invitar a viajar... viajar por los Paradigmas y por la Salud de los Ecosistemas.
 
Un viaje a volar... ya que la esencia de esta invitación es volar… y así, durante este vuelo mágico apreciar juntos el instante histórico en el cual la Vida nos da la oportunidad de ser protagonistas.
 
Viendo la totalidad podemos valorar y renovar entusiasmos encontrándole nuevas significaciones a serestarhacer en el lugar donde hoy nos encontramos.
 
Volando podemos visualizar los lazos que nos unen con todos los seres de la Vida en diversos escenarios. Escenarios en donde nuestro corazón se estremece ante tantas injusticias.
 
Volando apreciaremos también a nuestro hermoso Planeta Azul, del cual formamos parte, agredido de forma tal que están despareciendo aceleradamente especies vivas.
 
            Y hay una especie que nos interesa particularmente que está en peligro de extinción: la especie humana.
 
También en este vuelo veremos a grandes movilizaciones de la Humanidad que quiere vivir, que claman por otro mundo posible
 
            Y también veremos escenarios con luces de esperanzas ya que aquí y allí vemos “a pocos que somos muchos” siendoestandohaciendo construyendo otras maneras de mirarnos y de relacionarnos.
 
Deseamos que este Seminario-Vuelo aporte a concretar el anhelo que se genere en todas y en todos un sentido de pertenencia a este movimiento mundial por la Vida que tiene múltiples expresiones.
 
En tanto sepamos comunicarNOS estos vínculos se harán más fuerte generando poderosos entusiasmos y alegremia desde nuestros paisajes interiores inundados de una bella azul Paz.
 
 
Hasta la Victoria de la Vida Siempre   !
Sandra y Julio
 
 
Aquí nosotros, cuando nos fallan lo seres humanos... miramos a nuestro alrededor, y el Sol, y el río, los cerros...y toda... toda la Pachamama está en nosotros.
Y entonces decimos que la influencia de unos cuantos  seres humanos no pueden vencer a la gran influencia positiva de todo el Universo.
 
Ricardo Alancay, Tilcara, Jujuy
 

LOS PARADIGMAS

Algunas reflexiones acerca de los paradigmas, la crisis del paradigma científico y su relación con la salud

Julio Monsalvo
 
 Vale la pena tener en cuenta los “paradigmas”
            Un “paradigma” hace al contexto actual. Está detrás y antes del contexto.
¿Qué es un paradigma? Un paradigma es algo que se comparte por un grupo humano en lo que hace a conceptos y valores.
Fritjof Capra nos habla de un “paradigma social”: el conjunto de concepto, valores, percepciones, prácticas compartidas por una comunidad que forma una visión particular de la realidad, que es la base del modo que la sociedad se organiza.
Es verdad que coexisten diversos paradigmas sociales. Podríamos decir que un “paradigma social” se identifica por los componentes esenciales de una determinada “cultura”.
De hecho existe un “paradigma social” (o “cultura”) dominante que impone un modo de organización social y política con todas sus consecuencias para las vidas (y la salud) de las personas.
Por ello vale la pena tener en cuenta los paradigmas: desde el momento que tomamos conciencia que “salud” es un pensamiento que tiene que ver con nuestro compromiso de defender la vida.
La afectación a la salud y a las condiciones de vida de un paradigma social repercute de manera distintiva a los grupos humanos poseedores de un “paradigma social” (cultura) diferente y que, justamente por ser diferente, se hallan sometidos por distinto grado y matices de condicionantes, incluyendo la explotación y la discriminación.

El Paradigma científico

            Al referirse al paradigma científico debemos hacerlo en singular. La cultura dominante, occidental, ha logrado en la modernidad la apropiación absoluta del término: es “científico” únicamente lo que produce la ciencia eurocéntrica (u occidental).
            Thomas Kuhn, autor de “La estructura de las revoluciones científicas”, define al paradigma como una “constelación de logros compartidos por una comunidad científica y utilizados por esa comunidad para definir problemas y soluciones legítimas”.
            “Logros” debe interpretarse como conceptos, valores, técnicas, y todo lo derivado de ellas, que es compartido por la comunidad científica.
            La ciencia es un hecho de la cultura (de la cultura dominante), y coherente con el paradigma social, las finalidades de la ciencia es producir conocimientos:
·        Por los conocimientos mismos.
·        Por las consecuencias técnicas.
·        Como función de autorregulación de la vida social. (Relacionado con los procesos de estabilidad ideológica y política)

Implicancias del paradigma científico en la concepción de salud

            Las principales características de este paradigma fueron dadas por Descartes, Newton y Bacon. A grandes trazos, de Descartes se ha heredado el dualismo mente/cuerpo; de Newton la visión mecanicista del mundo (causa-efecto; pensamiento lineal) y de Bacon situarse como seres humanos “fuera” de la Naturaleza (“a la naturaleza hay que tratarla como una mujer, someterla y arrancarle sus secretos” decía Bacon, una visión de explotación utilitarista de la Naturaleza y de sometimiento de la Mujer)
            Este paradigma tiene implicancias muy directas sobre el cuidado de la salud humana. Es el paradigma que sustenta el cuerpo de conocimientos de la medicina llamada científica, occidental, ortodoxa o moderna.
            Se discute si “la medicina” es ciencia o una tecnología que resulta de aplicar la ciencia biológica.
            En el contexto del paradigma social dominante, la medicina occidental es la que ha legitimado y hegemonizado el cuidado de la salud en un cuerpo de normas a tal punto que “legalmente” el único habilitado para ejercer acciones que hacen al ejercicio de la medicina es el “médico” (titulado y matriculado).
            Por otra parte este paradigma lleva a la concepción del organismo humano funcionando en forma similar a una máquina; que un desperfecto (“enfermedad”) hay que repararlo puntualmente (de allí las múltiples especialidades fragmentando el estudio del funcionamiento del organismo humano), las causas de las enfermedades están “fuera” del organismo (gérmenes, venenos, traumatismos) y la solución es medicamentos y/o cirugía.
            De hecho esta “medicina” no sabe (no ha investigado y no lo puede hacer) el porqué estamos sanos.
            Explicita que su finalidad es curar y prevenir enfermedades. El centro de atención está en la enfermedad (y no en la salud) y no cuestiona ni se interroga el porqué están las enfermedades.
            Otro aspecto a considerar es que la práctica de esta medicina en el paradigma social dominante, hace que la moral utilitarista del mismo, lleve a múltiples desvíos quedando fuera de cuestión la curación y la salud de la persona. Prima el interés de la rentabilidad de las industrias de la alimentación, de los medicamentos y de la aparatología como así también de las empresas que lucran con la atención de la enfermedad. Asimismo queda fuera de cuestión el interés de la salud de las personas, las discusiones en ámbitos universitarios y académicos en las que se entablan luchas por espacio de prestigio y de poder o realizar verdaderos experimentos controlados, ensayando drogas, técnicas, etc. con seres humanos (y también tomar a seres humanos como objetos de docencia realizando en ellos prácticas, que incluyen intervenciones quirúrgicas, que no son necesarias para reparar su salud pero sí para la demostración y/o práctica de estudiantes de grado y postgrado)
            Como expresa Schumacher, este paradigma nos da una ciencia de la “manipulación”, su objetivo es dominar y explotar la naturaleza.

Crisis de los paradigmas

            El ya mencionado Thomas Kuhn planteó la idea de los paradigmas en la ciencia y de los cambios de paradigma.
            Plantea períodos históricos de ciencia “normal” en donde se “acumulan” conocimientos. Y siempre hablando de “una sola ciencia”: la occidental.
            Y luego se producen períodos de “revoluciones científicas” en donde el paradigma dominante es cuestionado, entra en crisis y ocurre el cambio de paradigma.
            Así, en la Antigüedad, se pasó de un paradigma que concebía el planeta Tierra como centro del universo y un orden establecido e inmóvil, a una concepción dinámica a partir de Newton y Galileo.
            En este siglo ya está un cambio de paradigma en la ciencia física a partir de Einstein y de la teoría cuántica de los años 20, cuando problemas referidos a la estructura atómica no podían ser resueltos. Nace así la física de alta energía, que da una concepción totalmente dinámica del universo a partir de lo subatómico. Uno de esos físicos, Fritjof Capra comienza a explorar las similitudes entre la física cuántica y el misticismo oriental hallando notables coincidencias que expresa en sus libros “El Tao de la física” y “El punto crucial”.
            El cambio de paradigma de la física y la teoría de sistema (especialmente la de Nobert Wiener; apunta a que los sistemas vivos son autoorganizados), estaría influyendo fuertemente para que se esté produciendo una nueva revolución científica, es decir, cuestionar el paradigma mecanicista, reduccionista, que pretende explicar desde “la parte” al “todo”.
            No es ajeno el aporte de científicos latinoamericanos como Humberto Maturana y Francisco Varela (“De máquinas y seres vivos”)
             El paradigma científico que se visualiza tendría la característica de ser holístico, ecológico y sistémico. Contrariamente al paradigma actual dominante que pretende comprender el todo a partir de las propiedades de las partes, el “nuevo paradigma” que se está construyendo aborda la dinámica del todo, no existen “las partes” sino que se trataría de una configuración en una red indivisible de relaciones.
            Otro aspecto significativo es el cambio de paradigma teológico en donde el aporte de la teología de la Liberación es importantísimo (Gutiérrez; Boff): un paradigma holístico, ecuménico que cambia de la “summa” a la autorevelación de Dios.

Implicancias del nuevo paradigma en la concepción de salud

            El nuevo paradigma produciría el cese de la visión dualista. Trece siglos de dualismo platónico y tres siglos de dualismo cartesiano que ha dominado el hacer ciencia y por lo tanto ha influido en la construcción de conocimientos que son el soporte de las prácticas y actitudes médicas.
            La consecuencia inmediata sería llevar a una comprensión profundamente holística de nosotros mismos.
            Influiría, según lo ven varios autores, a un cambio dado en:
·        Pensamiento: de racional (lineal, compartimentado, procurando “distinguir” y “categorizar” mediante análisis reduccionista) a intuitivo (no lineal y mediante la síntesis y el holismo)
·        Valores: de la “competencia” a la “cooperación”
Pasaría de estar situado “fuera” de la naturaleza a sentirse conectado con la naturaleza, con un sentido de pertenencia a la misma.
La actividad científica está motivada por valores y estos valores pueden o no tener una base espiritual.
El ya mencionado Capra sintetiza este cambio expresando “la nueva ciencia al encuentro de la sabiduría”.
Todo tiempo histórico de crisis de paradigmas lleva a un proceso de transición y de resistencia a los cambios. Es lo que ocurre en este tiempo. De triunfar este nuevo paradigma, parecería que provocaría necesariamente o se producirían simultáneamente, cambios del paradigma social dominante.
            Quizás el impacto mayor en bien de la salud humana y ambiental estaría dado que esta nueva visión social y científica buscaría responder a los problemas y necesidades con soluciones viables, es decir, que no creen otros problemas en el futuro, en otras palabras, “soluciones sustentables”: que satisfagan necesidades sin disminuir las perspectivas de las generaciones futuras.
            Entraría en vigencia una nueva ética que se preguntaría constantemente: “si podemos hacer algo, ¿necesariamente debemos hacerlo?”

El nuevo paradigma y la medicina

            De triunfar el nuevo paradigma, habría un giro total tanto en la concepción del ser humano, la comprensión de sus funciones y las prácticas médicas y actitudes de los médicos.
            Como ya se dijo habría una comprensión holística de nosotros mismos, se trataría de potenciar modos de vida, que son relacionamientos, que aporten a la salud, y en caso de quebrantarse, a la curación protagonizada por sí mismo.
            La función del médico sería de facilitador y no de decidor.
            Habría algo más: la física cuántica estaría señalando el camino de aprehender las interrelaciones, lo que estaría abriendo mentes y provocando disposición de ánimo para investigar la salud, tratar de conocer los circuitos donde fluye la energía vital y así paulatinamente incorporar conocimientos y prácticas de medicina bioenergética y naturista.
            Ya tenemos noticias de una maestría en esta temática realizada en la Universidad de la Habana y al mismo tiempo la creación de la Facultad de Medicina Natural, en la Universidad Popular de Nicaragua (UPONIC). Probablemente en otras partes del mundo se esté presenciando fenómenos similares. Lo distintivo del caso cubano y nicaragüense que se trata de hechos que se producen en el seno del mundo académico formal.
 

Otras culturas, otros paradigmas sociales y otros saberes.

            La ciencia es un hecho de la cultura y la cultura occidental se ha apropiado del término con exclusividad. Sus saberes son los únicos científicos. Su paradigma científico es el paradigma. Ha logrado una colonización de máxima en todos aquellos que pretenden hacer ciencia en cualquier parte del mundo y pertenezcan a diversas culturas.
            Coexisten diversas culturas aunque la dominante es la occidental. Las otras culturas están presentes gracias a su dinámica re-afirmando continuamente su identidad. En Indoamérica es notable la praxis de la resistencia de los diversos pueblos aborígenes.
            Distintos paradigmas sociales, seguramente también en una permanente dinámica y reformulación, llegan, no sin cierta dificultad a ser medianamente difundidos. El “Mensaje al Mundo Occidental”, enviado en 1977 por la federación de naciones iroquesas (seis naciones aborígenes del continente norteamericano), recién fue posible conocerlo en 1987 y a través de una revista de circulación restringida (“Mutantia”). En ese mensaje se explicita con extraordinaria claridad su propia cosmovisión y de sus valores culturales las propuestas de organización y práctica social.
            Cada cultura tiene sus propios saberes (no reconocidos como “ciencia” por el mundo académico occidental) y a partir de sus saberes y técnicas que se aplican en la cotidianeidad (técnicas no reconocidas como “tecnologías” por el paradigma dominante)
            Los saberes y haceres de otras culturas se aplican al cuidado de la salud humana y son llamados en bloque “medicinas tradicionales”.
            La Organización Mundial de la Salud (OMS) a través del libro de G.M.A.Foster reconoce diez sistemas médicos tradicionales (“Traditional Medicine and Health Care Coverage”-OMS-1983)
            Un fenómeno a destacar es la incorporación formal de conocimientos y prácticas de diversos sistemas de medicina tradicional tanto a la enseñanza en las facultades de medicina como en la atención a personas enfermas, en el sistema de salud cubano.
            Por otra parte, esta incorporación (no la llamaría “integración” como reza el discurso oficial) se viene dando en China, Corea, Viet-Nam y se estaba dando en la URSS (no tenemos noticias de lo que pueda estar ocurriendo ahora en los países de la ex-URSS)

Nosotros y los Paradigmas

            Dijimos que los paradigmas están antes (pre-existentes) y detrás (dando soporte) de los contextos sociales y políticos.
            Se está dando en el seno de la cultura que hoy domina el escenario mundial, una toma generalizada de conciencia de la magnitud de la agresión a la biosfera, nuestro único hábitat, jamás registrada en la historia escrita de la especie humana.
            En co-relato con la agresión a la biosfera una profundización de las desigualdades, de las injusticias y de la explotación propias de la lógica de la acumulación que constituyen la esencia de la organización social y política de occidente.
            Esta toma de conciencia se evidencia en cuestionamientos y en propuestas que van surgiendo de personas, instituciones, centros de estudios y de movimientos sociales que perciben la proyección destructiva del paradigma utilitarista vigente hasta hoy.
            Al mismo tiempo, se toma conciencia de la eficacia de la resistencia de pueblos poseedores de otras culturas, que sobreviven a intentos de genocidio y de etnocidio. Nuestros ejemplos más cercanos son los pueblos aborígenes y también los “gauchos” que la clase política y grupos económicos dominantes en el siglo XIX pretendían aniquilar en nuestro país.
            Otro fenómeno indisolublemente ligado a lo dicho, es la lucha entre los paradigmas científicos: “viejo” y “nuevo”. Parecería que es altamente probable a corto plazo la imposición del nuevo paradigma. Sin embargo, no se debería subestimar la capacidad de resistencia y el poder del “viejo” paradigma.
            En este complejo y tensionante escenario global, tenemos el privilegio y el desafío de aprender y re-valorar otros paradigmas culturales en sintonía con su tradición y práctica de defensa de la vida.
            De allí la responsabilidad y la esperanza para las generaciones futuras, que exista la custodia de los valores con sus saberes y sus haceres que hacen al cuidado respetuoso de la vida y de la atención de la salud que es sabiduría milenaria propia principalmente de los pueblos que “siempre estuvieron aquí” (“donde nos pusieron los creadores de la vida” a decir de los pueblos indígenas del continente norteamericano)
 
Adaptación de uno de los capítulos de “Globalización, Salud y Desarrollo Humano”,
 Facultad de Ciencias Médicas, Universidad de Cuenca, Ecuador, 2001
 

DIMENSIONES Y ESCENARIOS DE LOS PARADIGMAS

Sandra Isabel Payán
 
Proponemos reflexionar sobre las Dimensiones y los Escenarios de los Paradigmas con la intención de sintetizar y aclarar algunos conceptos. Son claridades necesarias para reconocer la relevancia del tema de los paradigmas en nuestro día a día y en este momento especial de la Humanidad. Momento que para nuestra cultura occidental, sentimos como tránsito de un paradigma a otro, como amanecer de este otro mundo posible que ya estamos siendo.  
 
La manera como miramos y nos relacionamos con la Vida, con nosotros mismos, con los otros y con la Naturaleza constituye nuestro Paradigma Cultural. La Cultura es la dimensión desde la cual se generan nuestras maneras de comportarnos y de pensar en otras dimensiones. Es decir, que entendemos nuestra realidad (Dimensión Científica) y nos organizamos como comunidad (Dimensión Sociopolítica y Económica) a partir de un sentimiento (Dimensión Cultural).
 
Sentirnos por encima de la Vida, “amos y señores” del Universo, utilizadores racionales y oportunistas de la Naturaleza, es el Paradigma Antropocéntrico.   Sentirnos parte de la Naturaleza, sentir que somos vida dentro de la Vida y que ésta tiene una sabiduría propia que nos trasciende, es el Paradigma Biocéntrico.  
 
Estos sentimientos son esencialmente diferentes, generan conductas, gestos, miradas, deseos y realidades distintas, por eso sabemos que aunque pueden coexistir, no son complementarios. En la Humanidad coexisten diferentes paradigmas. Aunque su historia es una sola, mientras Occidente vive este momento de cambio paradigmático, otros pueblos transitan tiempos diferentes. La Humanidad en su espiralado camino vive su historia no como sumatoria de ideas, sino como trascendencia de sentimientos. Estamos hablando de transformaciones profundas, de las que todos formamos parte.
 
El ser humano que se siente por fuera de la Vida, sólo puede comprenderla si la analiza y la describe, lo que significa dividirla en partes, es decir, que sólo puede comprender la realidad mediante su reducción, es por eso que en la Dimensión Científica, el Paradigma Antropocéntrico se expresa como Mecanicismo. Sólo las cosas que funcionan mecánicamente se pueden fraccionar, desarmar, reparar, reemplazar, controlar y manipular.
 
Desde este paradigma, el ser humano se cree dueño de todo, de la tierra, del agua, de los otros, del conocimiento, del tiempo, y por lo tanto, todo tiene un precio. Es así como en la Dimensión Sociopolítica y Económica este paradigma se expresa como Capitalismo. Predominan los intereses comerciales, y el propósito es acumular y “progresar” utilizándolo todo para tal fin. Nos consideramos consumidores, nos relacionamos como competidores y reducimos nuestro bienestar al factor monetario, y para esto es necesario concebir todo mecánicamente, para poder predecir, dominar, vender y utilizar.   
 
Esta “lógica de mercado” del Paradigma Antropocéntrico invade todos nuestros escenarios, incluido el de nuestra cotidianidad. Capitalizamos nuestros sentimientos, “invertimos” esfuerzos y afectos, queremos hacer “rendir” el tiempo, y hacemos cosas “a cambio de” otras. Creemos que la Vida nos tiene que devolver lo que le aportamos, la
medimos en términos de pérdidas y ganancias, la juzgamos, y por lo tanto no la vemos. Y así nos juzgamos a nosotros mismos, es decir, que tampoco nos vemos.
 
Paradójicamente desde el Paradigma Antropocéntrico, el ser humano se siente poderoso y dependiente al mismo tiempo. Soberbiamente poderoso de entender, controlar y dominar una Vida de la que se cree dueño, y en consecuencia, culpable o héroe, dependiendo de cómo le vaya a la comparación que haga de su devenir y de lo que esperaba. Y desesperanzadamente dependiente de un destino del que supone que no forma parte.
 
Las sabidurías ancestrales de nuestros pueblos nos recuerdan que hay otras maneras de sentir la Vida, que pertenecemos a una fuerza superior a nosotros, que al mismo tiempo nos constituye. Es decir que pertenecemos a la fuerza que somos, que es en los otros y en la Naturaleza. Este sentimiento nos permite saber que todo está relacionado, y que las relaciones suceden con una sabiduría propia. La Vida es las relaciones, la Vida es sabiduría.
 
También accedemos a este sentimiento de pertenencia desde la mirada que hacemos a nosotros mismos. Esos “viajes de regreso a lo que somos” que acompañan nuestros sublimes procesos íntimos, nos recuerdan que todos somos uno, que somos más de lo que vemos, que somos milagro y misterio, que somos borrosidades, que somos Vida.
 
Así mismo, el Arte es una puerta que se abre para reencontrarnos con lo esencial. El Arte nos invita a diluirnos en los otros y en nuestro entorno, para recordar que no hay otros y que no hay entorno, que somos vida dentro de la Vida. 
 
Cuando sentimos que la Vida es el centro de todo y que nosotros somos parte de ella, sabemos que nuestras posibilidades de expresión son ilimitadas, que son infinitos los caminos que nuestro cuerpo y nuestras organizaciones pueden tomar. Por lo tanto no existen modelos con los que nos podamos comparar, medir, ni juzgar. No hay diagnósticos, recetas, ni pronósticos en los que quepa la Vida que somos. La Vida es ilimitada, nosotros somos ilimitados.
 
Los modelos, propios del Paradigma Antropocéntrico, generan dependencia. El reconocimiento de las singularidades, propio del Paradigma Biocéntrico, genera libertad. Cuando uno vive para planes inventados por nuestra soberbia mente antropocéntrica, cree que tiene que decidir entre lo que ha planeado y lo que la Vida va siendo, llenándonos de frustraciones, culpas o argumentos para ser más soberbios. Cuando uno se siente Vida, no hay elecciones que tomar, uno se entrega a su fluir, sin pedir pruebas de nada. Se vive el asombro y la gratitud con todo lo que instante a instante se va revelando.  
 
Saber que la Vida es una sola, que nada se mueve sin la complicidad de todo, nos regresa a la solidaridad que nos dio origen. Es por eso que en la Dimensión Sociopolítica y Económica este paradigma se expresa como Solidaridad. De esto nos hablan los movimientos sociales que se dan cita en eventos como el Foro Social Mundial (1) y la Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos (2),  los encuentros de sabidurías populares como el Laicrimpo (3), y los movimientos ecologistas y feministas. La solidaridad emerge al recuperar el Nosotros, es decir, al encontrarNOS. Estamos vivenciando cada vez más expresiones del amanecer de este otro mundo posible.
 
El conocimiento, la tierra, las personas, los sueños, no tienen dueño. Todo le pertenece a la Vida, es decir que nos pertenecemos. Entonces todos podemos y todos sabemos. La solidaridad emerge al reconocer tanto las propias capacidades y sabidurías como las de los otros. La libertad nos hace solidarios y la solidaridad nos hace libres.  
 
Desde el Paradigma Biocéntrico asumimos el misterio de la Vida. Nos rendimos ante la grandeza de una sabiduría que no podemos describir y de una complejidad que no podemos reducir ni dominar. Sabiduría y complejidad con las que sólo es posible interactuar. Entonces el camino es el de la confianza, la esperanza, la entrega a la incertidumbre y la alegría de sentirnos parte.
 
Por todo esto, en la Dimensión Científica del Paradigma Biocéntrico, surgen conceptos como Complejidad y Pensamiento Sistémico. La ciencia va al encuentro de la sabiduría de nuestros pueblos ancestrales y logra ver parte de lo que ya se sabía, para descubrir que no hay que dividir la Vida para entenderla porque si la fraccionamos deja de ser Vida, y más aun, que a la Vida no hay que entenderla, sólo hay que vivirla.
 
Nuestro cuerpo es emergencia de la Vida y tiene sabiduría propia para mantener su propio orden, el cual sólo es posible en relación con el Todo, lo que se ha denominado “auto–eco–organización”. Cada ser se constituye en, para y con cada uno de los otros seres del Universo, es decir que “intersomos”. Esta complejidad es inalcanzable a la razón. El milagro de la Vida supera la soberbia humana, sólo es posible comprenderlo desde la fuerza del Amor. Por eso uno sigue el camino que dicta el corazón sabiendo que es la misma voz del Universo.
 
Presentamos a continuación un resumen del paralelo entre el Paradigma Antropocéntrico y el Paradigma Biocéntrico, a partir del cual podemos seguir profundizando nuestras reflexiones:
 

PARADIGMA ANTROPOCÉNTRICO

  • Separados de la Naturaleza
  • Patriarcal
  • Manipulación, dominación, control
  • Relaciones piramidales
  • Competir      
  • Capitalismo, utilitarismo, mercantilismo
  • Tener
  • Racionalidad sin ternura
  • Dualista
  • Reduccionismo, descripción de la naturaleza
  • Análisis y especialización
  • Positivismo y pensamiento único
  • Mecanicismo
  • Dependencia
  • Explotación, exclusión y extinción

PARADIGMA BIOCÉNTRICO

  • Somos Naturaleza
  • Matrístico
  • Auto-eco-organización, emergencia, incertidumbre
  • Relaciones horizontales
  • Cooperar
  • Solidaridad
  • Ser-estar
  • Ternura y autenticidad
  • Holístico
  • Ecosistémico, síntesis
  • Transdisciplinariedad
  • Subjetividad y múltiples racionalidades
  • Tejido vital
  • Autonomía y libertad
  • Respeto, inclusión, equidad y sustentabilidad vital
La siguiente es una posible forma de graficar las Dimensiones de los paradigmas:
 
 
 
DIMENSIONES
 
Esta gráfica nos está siendo útil para tener presente la Totalidad en todo momento, para no olvidar las relaciones importantes de nuestra realidad y de nuestra forma de construirla y concebirla. Así queremos resaltar la trascendencia de cada una de nuestras expresiones, incluyendo nuestro hacer como terapeutas, ciudadanos, educadores, etc. Es necesario considerar que ésta, como toda construcción intelectual, no es sino una metáfora de una realidad que la supera.
 
Tenemos en cuenta que las relaciones entre estas Dimensiones son dinámicas, que se superponen unas a otras, que no tienen límites definidos, y que sus transformaciones tienen tiempos que pueden ser individuales o compartidos. El cambio de un paradigma a otro no sucede linealmente, aquí también está presente la misteriosa sabiduría y complejidad de la Vida.
 
 
De esta misma manera podemos graficar los diferentes Escenarios en los nos expresamos según nuestros paradigmas:
ESCENARIOS
 
Uno es el escenario de lo íntimo y lo cotidiano, en el cual la relación central es la que vivimos con nuestro cuerpo. La manera como sentimos, vemos y tratamos nuestro propio cuerpo es reflejo y génesis de la manera como nos relacionamos con los cuerpos de los demás, con la Naturaleza, con la sociedad y con el Universo entero.
 
Otro, es el escenario de lo social y lo político. De acuerdo a cada paradigma se definen las políticas sociales, económicas y ambientales, a partir de las cuales se determinan cuáles son las prioridades de una comunidad, se distribuyen los recursos, y se disponen las condiciones necesarias para el desarrollo de cada individuo y de cada grupo.
 
Y otro, es el escenario de nuestros saberes y haceres, es decir el de las diversas formas en que satisfacemos nuestras necesidades. En éste ubicamos lo terapéutico. Y volvemos a recalcar que toda terapia médica (alopática, natural, tradicional o biológica), es expresión de una manera específica de entender la realidad y que por lo tanto está en íntima relación con nuestras vivencias cotidianas y con el devenir de nuestra sociedad.
 
 
Cada paradigma genera una concepción de salud determinada. Proponemos considerar “Salud de los Ecosistemas” como el concepto de salud que emerge del Paradigma Biocéntrico. Concepto que se encuentra presente en la sabiduría de nuestros pueblos. Por ejemplo, para un grupo de mujeres del distrito de Aguablanca de Cali – Colombia, que viven una propuesta de “Patios Solidarios” (4), “la salud es la búsqueda constante y solidaria de nuestra capacidad para sentirnos bien y generar bienestar”. La salud es la Vida misma, sin modelos ni propietarios. Es el fluir gozoso de nuestro cuerpo que sabe que es parte del Todo, que sabe que es árbol, río, sol, montaña y flor.
 
La salud consiste entonces en vivir el singular y universal proceso de hacernos cada vez más conscientes de lo que sabemos y de lo que podemos. Es vivir la alegría de sentirnos pertenecientes a un Nosotros que es mucho más que una sumatoria, que es la Vida misma que emerge en cada uno de nuestros cuerpos y de nuestros encuentros,  que nos abraza, que nos contiene y que nos constituye.
 
Así, cuando el cuerpo se expresa, en lugar de ponerle un nombre a lo que siente para que otro se ocupe de él, como sucede desde el Paradigma Antropocéntrico, uno lo escucha respetuosamente, sin juzgar y sin pretender entenderlo todo Se entrega con confianza a su propio fluir para vivirse por uno mismo, para descubrir el milagro que en uno se está revelando. Y en este camino, somos acompañantes unos de los otros, ni salvadores, ni facilitadores, simple y sublimemente, compañeros de un camino del que todos formamos parte. 
 
La salud que emerge del Paradigma Antropocéntrico, parte de considerar el cuerpo mecánicamente. Las llamadas “acciones de salud” tienen como intención homogenizar, controlar y dominar, lo que significa medicalizar y mercantilizar. La salud se concibe como un modelo de normalidad al cual todos debemos acomodarnos, así sea a costa de nuestros propios deseos y singularidades.
 
La salud, como todo en este paradigma, es propiedad de alguien, y para eso es necesario que se pueda medir. Los cuerpos son expropiados de las personas y de los pueblos, y las sabidurías propias son excluidas, así como las emociones, las intuiciones y todo lo que no se pueda controlar. Es un concepto consecuente con todas las expresiones del sentimiento de estar por fuera de la Vida.
 
Para inspirar más reflexiones presentamos el siguiente paralelo:
 

La Salud desde el Antropocentrismo

  • Problema Médico
  • Modelo de normalidad
  • Expropiación del cuerpo
  • Cosa o mercancía (cuantificable)
  • Dependencia
  • Homogeneización
  • Enfermedad como avería
  • Biológico, Estático y sólo Individual

La Salud de los Ecosistemas

  • Asunto Vital
  • Proceso de aprendizaje permanente
  • Conciencia de lo que somos, de lo que sabemos y podemos desde el “interser”
  • Alegremia” (5)  (cualificable)
  • Libertad                       
  • Singularidad
  • Enfermedad como lenguaje vital
  • Integral, Dinámico y Universal
 
Y para seguir inspirando aun más nuestras reflexiones…
 
La Salud de los Ecosistemas: un encuentro con nuestro Femenino
Desde el paradigma antropocéntrico nuestra sociedad se ha desconectado del poder de lo femenino y lo ha excluido, ha sobre valorado lo masculino, distorsionando ambas fuerzas. La Salud de los Ecosistemas significa trascender de la dualidad excluyente a la dualidad creadora, de la oposición a la emergencia y de la contradicción a la diferencia interrelacional. La Salud de los Ecosistemas implica recuperar nuestra fuerza femenina para recordar que pertenecemos a la Vida, que somos vida dentro de la Vida.
 
Podemos considerar como dones de lo femenino: dar vida, tejer redes o “interSER”, la conexión con el universo, el sentimiento y la intuición, lo simbólico, vivir los procesos y el reconocimiento de nuestra naturaleza cíclica.
 
El encuentro con nuestro femenino permite resignificar el cuerpo y la salud, emergiendo una nueva ética para la Vida en la que nos encontramos con nuevos sueños y principalmente con nuevas maneras de soñar:
 
“Ya no te pido Vida un cuerpo “normal”,
ahora quiero un cuerpo amado, un cuerpo aceptado,
 un cuerpo reconocido desde mí…
un cuerpo que vuele, que ría, que viva,
en el que mi alma cante y baile cómoda, libre y feliz”
 
La invitación de esta propuesta es a dejarnos afectar por las profundas transformaciones que le están ocurriendo a nuestra Humanidad y a vivenciar las consecuencias de este reencuentro con el sentimiento de pertenencia a la Vida, en todos los ámbitos de nuestra existencia. Para así generar nuevas maneras de hacer, de decir y principalmente de mirar, y considerar el compromiso vital de cada una de nuestras expresiones como terapeutas y en general como seres humanos.
 
Asumir que salud es la Salud de los Ecosistemas, es creer que formamos parte de una historia que no tiene principio ni final, es recordar que lo natural es la reciprocidad sin medida, y es descubrir que toda la sabiduría del Universo se encuentra dentro de nosotros mismos. Porque todos somos ecosistema, todos somos vida dentro de la Vida.
 
1.             Se trata de una verdadera Asamblea de la Humanidad que se realiza anualmente teniendo como lema “Otro mundo es posible”. El primero de ellos tuvo lugar en Porto Alegre, Brasil, en 2001 y el próximo (VII Foro Social Mundial) se realizará en Nairobi, Kenya, en enero de 2007. En estos Foros se presentan tanto denuncias al modelo neoliberal como propuestas sociales, económicas, políticas y ambientales que están permitiendo la emergencia de ese otro mundo posible más justo, solidario y sustentable.
2.             La I Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos tuvo lugar en diciembre de 2000 en Savar, Bangladesh convocada por diversas organizaciones no gubernamentales. Unos 1500 delegados de 94 países suscribieron la Declaración que constituyó la fundación del Movimiento Mundial de Salud de los Pueblos. Una segunda Asamblea se llevó a cabo en julio de 2005 en Cuenca, Ecuador.
3.             Son encuentros de salud popular que a partir de 1990, se realizan anualmente a comienzos del mes de noviembre, en diversos sitios del norte argentino. La esencia es el compartir saberes y haceres autogestivos con el espíritu de “la salud en manos de la comunidad”. Participan compañeras y compañeros de Paraguay, Uruguay, Ecuador y otros países.
4.             Un grupo de mujeres del Distrito de Aguablanca de Cali, Colombia, decidieron producir su propio alimento para compartirlos y ganar autonomía. Desde el 2003, siembran en sus terrazas y pequeños patios, en macetas, botellas de plástico cortadas por la mitad, cañas de bambú y cajones de madera. Cosechando perejil, zapallos, tomates, cebollas, etc., cultivan libertad, solidaridad, vínculos de afecto y   fortalecimiento de su propia sabiduría. A partir de esta experiencia, se denominan a sí mismas “Patios Solidarios”
5.             La palabra “Alegremia” (alegría circulando por la sangre) surge de compartir con mujeres campesinas del norte argentino, y luego de otros escenarios, conversaciones acerca de las necesidades realmente básicas para vivir: aire, agua, alimento, albergue, amor, arte, aprendizaje. A partir de estas reflexiones se cuestiona la definición de salud como “un estado de normalidad”, ya que naturalmente se comprende la salud como un proceso que puede ser cada vez más saludable, percibido justamente por la alegría manifestada en lo cotidiano.
 
Publicado en “Cuadernos para la Emancipación”, Nº 3, Set.2007
 

SALUD DE LOS ECOSISTEMAS

Estrategia para políticas públicas

Sandra Isabel Payán Gómez
Julio Monsalvo 

El Derecho a la Salud mucho más que el derecho a la atención médica.

            Nos permitimos compartir algunas reflexiones invitando a valorar el “Derecho a la Salud” como el “Derecho a vivir en Salud!”
            Salud no es igual a “Medicina”, Salud no es igual a “Atención Médica”, Salud no es igual a “acceder a medicamentos”.
            El sistema dominante ha logrado, con su discurso econométrico, reducir el reclamo por la vigencia al derecho a la salud como una exigencia a la accesibilidad a una correcta y oportuna atención.
            Y está bien que se exija la concreción del derecho a que toda persona reciba la atención más adecuada en el momento que la necesite, disponiendo del patrimonio de conocimientos y de procederes que la Humanidad toda posea.
            Conocimientos y procederes provenientes de la Medicina que fuere, convencional, natural, tradicional, popular, bioenergética, etc.
            Nuestras compañeras y compañeros cubanos se han propuesto avanzar hacia lo que ellos han denominado la “Medicina Integrativa”, puesta al alcance de todas y de todos.
            Es un legítimo derecho de toda ciudadana y de todo ciudadano del mundo, a recibir siempre esta atención con una actitud solidaria, con calidez y con la disposición de acompañar siempre... Alguna vez hemos escuchado esta expresión de vecinas y vecinos:
                        “Venimos aquí porque aquí nos atienden con cariño...” o “...yo vengo de            otro barrio, me tomo dos buses, pero vale la pena porque acá hay una doctora que revisa a los chicos...”
 
             Sin embargo es necesario enfatizar que el Derecho a la Salud no se limita a la asistencia sanitaria.
            Escuchemos por unos instantes lo que nos dice el Pueblo Originario Pilagá en el relato de Gabriela Acevedo trabajando en el Oeste formoseño, norte de Argentina:
 
                        “... hace pocos días, mientras estábamos confeccionando un cartel que indica     la planificación de las futuras charlas, una de las personas que gestiona en salud, y que colabora diariamente con su comunidad comentó que en idioma pilagá no existe la palabra "salud". Entonces, le pedí que me dijera qué significa salud, para él. También invité a los demás a que hicieran su aporte. Intentaba abrir mis oídos para escuchar conceptos sobre una palabra que ellos no utilizan: salud.
            Para Pedro Yansi, una persona está sana si goza el día; tiene ganas de trabajar, de compartir con los demás; si tiene ganas de practicar deportes; si quiere reír junto con          sus amigos; se levanta temprano y no duerme todo el día.
            A lo que Carlos Gómez agregó que cuando un hombre está sano no está quieto, siempre quiere hacer algo: hacer una chacra.
            Victorina Alberto dijo que cuando se está sano no duele nada.
            Y por último Norma Arce se animó a hablar y concluyó que la salud es cuando la tristeza se convierte en alegría... lo que hace de interesante este proyecto es saber que en cualquier momento surge una mirada nueva, un concepto nuevo. Y uno cambia”
            (Boletín Red de Redes Nº 6; junio 2003)
            Y ahora prestemos atención a las voces de mujeres que se autodefinen “Siendo Comunidad alrededor de Patios Solidarios”, en el Distrito de Aguablanca, Cali. Colombia:
                        “Entendemos Salud como la búsqueda constante y solidaria de  nuestra capacidad para sentirnos bien y generar bienestar. Cada vez con       mayor intensidad y claridad sentimos y vivimos la salud en nuestras manos, porque estamos viviendo un proceso en el que construimos nuestros propia        sabiduría, a través de la creación y fortalecimiento de nuestros vínculos de afecto y solidaridad, y a favor de nuestra autonomía y del bienestar propio y de nuestra comunidad.”
 
            El 7 de abril de 1948 entró en vigencia la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) De todos los principios establecidos en el Preámbulo de esa Constitución, quizás el más conocido sea aquel que intenta expresar una definición de salud:
                        “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y      no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”
 
            Cuestionamos este concepto fundamentalmente por dos razones.
            Por una parte se tiende a una imagen mental de salud de una situación ideal inalcanzable, que nunca se llega y que un poder externo es el que la otorga, a cambio de un pago monetario o no, siempre desde una relación asimétrica de poder, “alguien que sabe indica a quien no sabe lo que debe hacer” generando una nada saludable relación de dependencia.
            Por otra parte, la definición “de estado de salud” nos lleva a esa imagen de “normalidad” que se dibuja en la curva de Gauss.
            Pesamos, medimos la talla, registramos los valores de la presión arterial, etc. en una población determinada. Los distribuimos y tenemos una línea media y “un desvío estándar” a cada lado de la misma. Los que están a izquierda son petisos, o flacos o hipotensos, A la derecha son altos, gordos o hipertensos. El resto es “normal”
            Es una pena que se pretenda forzar la salud a un “modelo” o a un “estado” que alguien decidió que “así debe ser”.
            La vida es dinámica. Así como percibimos enfermedades que nos traen consecuencias leves, moderadas o graves, la salud puede ser cada vez más saludable...
            De allí que hemos propuesto como indicador de la misma a la “alegremia”... no se mensura... se percibe en las estrellas en los ojos, en la luz de los rostros, en la paz de los paisajes interiores...
            Una nueva palabra que expresa la emergencia de nuevos sentidos en nuestras maneras de sentir y de pensar la salud y la Vida. La alegremia está siendo una hermosa e inspiradora manera de encontrarle nuevas relaciones a nuestros conceptos, y de llenar de nuevos motivos nuestros sueños y nuestras acciones. Entender la salud como “la alegría que se mueve en nuestra sangre”, nos aproxima a lo subjetivo, a lo no comparable y a lo propio. La alegremia surge de vivir nuestros propios procesos, de entregarnos a la Vida y de asumir nuestra pertenencia a ella.
            Y esto no es algo personal sino una construcción colectiva, solidaria.
            Visualizamos el Derecho a la Salud a nacer, crecer, desarrollarnos y finalizar nuestro ciclo saludablemente en un ecosistema saludable. El Derecho a disfrutar saludablemente nuestra vida cotidiana
 
Volver los ojos a lo femenino
            Para repensar la salud, la sociedad y la vida, es necesario volver los ojos y el corazón a lo femenino, sanar la brecha que lo ha opuesto a lo masculino, y reconocerlo en nuestra propia naturaleza. Sin olvidar que, aunque lo femenino es la fuerza que define el ser mujer, no se agota sólo en las mujeres; nos involucra, nos abraza y nos constituye tanto a las mujeres como a los hombres.
            Lo femenino es la fuerza de sentirnos pertenecientes a la Vida, y esta fuerza está escrita en nuestros cuerpos. Por ello es posible y necesario redefinir la salud desde lo que somos, desde dentro de nosotras y nosotros.  
            Desde esta mirada, sanar es un proceso; no es algo que nos dan, no es algo que logramos, es el camino y es el caminar. Por eso entendemos el derecho a la salud en relación a la responsabilidad de todo Estado y sociedad de garantizar las condiciones para que las personas puedan vivir ese proceso que es la salud, para que puedan caminar ese camino; es decir, las condiciones para una vida digna. Lo crítico de la situación de salud que estamos viviendo es que no sólo no existen estas condiciones, sino que formamos parte de un sistema que nos aleja cada vez más de la posibilidad de vivir nuestros procesos, de encontrarnos con nuestro cuerpo y de apropiarnos de nuestra salud. Sanar no es depender ni controlar, sanar es asumir la autonomía y soberanía de nuestro cuerpo y nuestra vida.
            También es posible entender que sanar no es igualarse a un modelo ideal, sino que es vivir los propios procesos de vida, que incluyen la enfermedad y la muerte. Sanar entonces no es compararse con otros, porque cuando se viven procesos propios, no hay comparación.
            El asistencialismo médico ha reemplazado la salud y nos ha alejado cada vez más de la promoción de la vida, el cual es el verdadero propósito. Hemos olvidado que sanar no es un proceso solamente biológico, sino que es espiritual, afectivo, social, político y cultural al mismo tiempo, y que tampoco es un proceso solamente individual, sino que implica la relación con el entorno. Sanar es hacer conciencia de lo que somos, ser concientes del “rayo de vida” que nos conecta ente sí.
 
            Sanar con una mirada desde lo femenino, podría expresarse así:
 
                        “Danzar y crear tus propios diseños, tejer tus caminos, escribir tus poemas, cantar tus historias, pintar tu belleza y dar vida”
                        “Empuñar la espada de tu verdad, encontrar el sonido de tu voz y elegir la senda de tu destino”  
 
Una nueva Ética, una nueva Lógica
            Invitamos ahora, a llevar nuestra mirada al ecosistema local del cual formamos parte.
Vivimos en un espacio territorial que tiene un paisaje, un suelo (la Madre Tierra) con su flora, su fauna, su aire, sus ríos, sus lagos, sus lagunas y sus esteros, sus mares...
            En este paisaje encontramos también grandes aglomeraciones de seres humanos. Algunos habitan en barrios privados o en enormes y suntuosos edificios en tanto multitudes se hacinan en barrios con viviendas por demás precarias de cartón o de lona. 
            A muchas y muchos los vemos pernoctar en calles y plazas luego de buscar algún alimento en los recipientes de basuras.
            Asimismo solemos encontramos con comunidades en armonía con su paisaje, tales como las andinas con sus casas de piedra estableciendo un amable diálogo con la montaña.
            Tanto por las calles como por las carreteras circulan vehículos de todo tipo que exhalan sus gases contaminantes. Vemos establecimientos que contaminan con sus ruidos y sus humos, reactores nucleares y fábricas, alguna de alegres juguetes de madera y otras productoras de todo tipo de armamentos. Y toda esta “producción”, sin distingo alguno, se la considera que integra el “Producto Bruto Interno”, la única variable considerada por el neoliberalismo como “indicador de progreso”. Lo mismo da producir agrotóxicos que bicicletas! Un “crecimiento lineal” que no considera la devastación de la vida, la generación de injusticias sociales y ecológicas.
            El rey Wangchuck de Bután afirmó, en un foro internacional, que su país trabaja por la “Felicidad Nacional Bruta”, y no por el “Producto Nacional Bruto”.
            La “Felicidad Nacional Bruta” se basa en cuatro pilares: promoción de la cultura nacional; conservación del medio ambiente; desarrollo económico sostenible y buen gobierno.
            Varios teóricos de una nueva economía trabajan esta idea, entre ellos el chileno Manfred Max-Neef., galardonado en 1983 con el Premio Nóbel Alternativo.
            En nuestro Ecosistema Planeta Tierra, viven Pueblos de diversas culturas, con distintas maneras de ver y de estar en el mundo.        
            Así como la biodiversidad biológica hace posible la continuidad de la vida de nuestra especie humana, la biodiversidad cultural es esencial para que se enriquezca nuestro espíritu y nos relacionemos con el Cosmos.
            En lo cotidiano, vivenciamos el sentir la pertenencia a una familia, a un barrio, a un pueblo, a una colonia rural...           
            Esto que es tangible, se toca, se huele, se escucha, constituye el ecosistema del cual formamos parte y, por lo tanto, tiene que ver con la vida de uno mismo en lo cotidiano.
            Cuando tomamos consciencia de esto, nos sentimos movidos a incursionar en cada uno de los componentes de nuestro ecosistema local, ya que todos conforman la trama de la vida.
            Este viajar, explorar, vivir nuestro ecosistema, hace que desarrollemos un pensamiento ecosistémico.
            El pensamiento ecosistémico nos permite comprender que la salud y la vida de las personas está relacionada con la salud y la vida de todos los componentes del ecosistema: el suelo, las aguas, la flora, la fauna, el aire y por supuesto, también nosotros, los especimenes de la especie humana, con sus relaciones sociales, políticas, económicas y ambientales.
            Y más que estar relacionados, el pensamiento ecosistémico significa reconocer y vivir el “intersomos”, es decir, que todos somos uno y coexistimos en un continuo de la vida, que nuestro ser pertenece al ser de los demás, y que somos para, con y en los demás, es decir que en cada instante nos hacemos los unos a los otros. Que somos en las nubes, en lo árboles y en los otros.
            Este pensar y sentir que todas y todos “intersomos”, nos lleva a una ética diferente a la del sistema dominante, a una ética respetuosa de la vida.
            Asimismo nos despertamos a otra lógica. Una lógica que obliga a que el foco de atención de las políticas, las estrategias y los planes estén centrados en la salud de los ecosistemas.
            Una ética y una lógica notoriamente diferente a las del neoliberalismo o patriarcado. El patriarcado se posiciona con la visión de un ser humano fuera y contra la Naturaleza, una ética utilitarista con una ciencia y técnica de la manipulación a su servicio y ostentando una actitud de dominación.
            No nos podemos quedar en este planteo. Es urgente formular y, sobre todo, ejecutar políticas que estén centradas en la Vida.
 
La Estrategia de Atención Primaria de Salud de los Ecosistemas
            Sostenemos que es prioridad en la formulación y en la ejecución de las políticas que las mismas estén centradas hacia la concreción del Derecho a la Salud como Derecho Humano fundamental y componente esencial del Derecho a la Vida. Y decimos todas las políticas y no solamente las políticas de salud.
            Urge que todos los movimientos progresistas del mundo se unan en centrar su mirada en la vida. Y con esto estamos diciendo corrernos del paradigma antropocéntrico hacia un paradigma biocéntrico.
            La continuidad de la vida de la especie humana se halla en grave riesgo ante la desaparición acelerada de las especies vivas.
            Desde los comienzos de la década de los 90 se constata una aceleración notable en la desaparición de especies vivas. La pérdida de la biodiversidad es un indicador elocuente que apela a nuestro instinto de supervivencia.
            Proponemos formular y ejecutar políticas en el contexto de una sociedad democrática participativa y directa que consiste en una revolucionaria, cotidiana y artesanal construcción de ese Otro Mundo Posible que ya está amaneciendo.
            Toda Política que se formule con voluntad de ejecutarla, debe tener clara su estrategia.
            Como estrategia estamos proponiendo la Atención Primaria de Salud de los Ecosistemas.
            Cuando decimos Atención Primaria de Salud como estrategia, nos estamos refiriendo a la Atención Primaria comprensiva e integral, es decir a los postulados de ese documento liminar que es la Declaración de Alma Ata.
            De la misma resaltamos los ejes de justicia social, protagonismo popular, intersectorialidad e integración de saberes.
            La propuesta es aplicar estos postulados a la atención de la salud del ecosistema local con la concepción de que la población es parte de ese ecosistema.
 
            Para ello sugerimos con entusiasmos que se adopten las premisas de la visión del mundo mejor expresadas por la I Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos (Bangladesh, 2000):
 
                        “La equidad, el desarrollo ecológicamente sustentable y la paz son los     ejes centrales de nuestra visión de un mundo mejor, un mundo en el cual una vida saludable para todas y todos sea una realidad; un mundo que respete,    aprecie y celebre toda vida y diversidad; un mundo que permita el florecimiento de los talentos y habilidades para enriquecer uno/a a otro/a; un mundo en el cual las voces de los pueblos guíen las decisiones que afectan nuestras vidas. Hay más que suficientes recursos para lograr esta visión.”
 
            Es necesario e imprescindible para la continuidad de la vida que vivamos en un ecosistema de armoniosas relaciones políticas, sociales, económicas y ambientales. Un sistema de relaciones que ame y respete la vida y toda forma de vida.
            Es por ello que insistimos en la formulación y ejecución de políticas globales centradas en la vida. Derecho a la Salud, desde esta visión, tiene su expresión concreta en ecosistemas locales sanos y, en definitiva, el ecosistema Planeta Tierra sea y esté sano.
            Múltiples vivencias en centenares de talleres, como a los que hemos asistido en la Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos, en los Foros Internacionales en Defensa de la Salud, en los Foros Sociales Mundiales y en muchos otros eventos que protestan y proponen nos muestran que este ensoñar es posible.
            Sin embargo los Pueblos Originarios y las comunidades campesinas que desde siempre se han sentido parte-de la Naturaleza, son quienes, con su estilo de vida, nos dan las lecciones que con más elocuencia nos proporciona la evidencia de que Otro Mundo es Posible.
 
Ponencia presentada ante la II Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos
Cuenca, Ecuador, 17-23 de Julio de 2005
Publicado en “Cuadernos para la Emancipación; Nº 2, Julio 2006
 
 
 
 

PROTAGONISMO POLÍTICO DEL NIVEL LOCAL EN SALUD

Reflexiones acerca del Área Programa de responsabilidad de un Establecimiento Sanitario Público.
Julio Monsalvo
 
            Más que libros y artículos en revistas especializadas, es la realidad vivenciada en numerosos escenarios la que nos ha enseñado que las más lúcidas políticas, formuladas con las mejores intenciones y acompañadas con muy detallados planes y programas, naufragan si en el Nivel Local está ausente la consubstanciación con las mismas.
            Con mucha frecuencia los anuncios de esas políticas han quedado en el recuerdo como un listado de buenos anhelos que nadie tomó la decisión de ejecutar.
            En más de una oportunidad en los ámbitos de un Ministerio de Salud de alguna Jurisdicción o País nos han mostrado planes de salud que eran desconocidos en los niveles operativos que visitábamos a posteriori.
            Alguna vez hemos visto a alguna autoridad presionada por algún medio de comunicación, designando precipitadamente a algún profesional, generalmente médico recién graduado, sin que el mismo sea informado de las políticas sanitarias ni de las responsabilidades comunitarias.
            Sentipensamos que valorar y jerarquizar el Nivel Local es condición indispensable para las transformaciones deseadas en pos de la justicia social, especialmente en lo que se refiere a la concreción del derecho a la atención accesible de los problemas de salud, disponiendo de todas las alternativas posibles y siempre con un acompañamiento cálido, de manera universal y gratuita.
            Más aun, creemos que el Nivel Local es desde donde se puede y se deben promover relaciones políticas, ambientales, sociales, educacionales, sanitarias y económicas que generen las condiciones para vivir en un Mundo Saludable que es como entendemos en toda su dimensión el Derecho a la Salud para todas y todos, y no un derecho reducido sólo a la atención.
            Por todo ello nos permitimos compartir algunas reflexiones sobre un concepto organizativo para implementar las políticas sanitarias en el Nivel Local, que se lo conoce en nuestro país como “Área Programa”, “Área Programática” o “Área Operativa”
 
I- Revalorando el Área Programa recordando su efectividad para implementar Políticas Sanitarias
           
            Leemos un trabajo de la Dra. Elsa Moreno evaluando los primeros cinco años de aplicación del Plan de Salud en la Provincia del Neuquén que se puso en marcha en 1970 (1)
            Uno de sus párrafos está dedicado al esquema organizativo del Sector Salud relatando la decisión de establecer tres niveles de conducción, Central, Zonal y Local, asignando funciones específicas para cada uno de ellos.
            Respecto al Nivel Local, nos cuenta que las Zonas sanitarias se dividieron “en Áreas Programas, cada una de ellas correspondiente a un establecimiento con internación”
            El objetivo de adoptar este criterio fue “convertir los numerosos programas “verticales” que se venían formulando en años anteriores en un único programa operativo a nivel establecimiento”, con el convencimiento de “que este concepto de área geográfica de responsabilidad de cada establecimiento de atención médica es el eje rector de todo cambio en la organización de los recursos de atención médica.”
            El Plan de Salud de Neuquén es muy conocido por su continuidad en el devenir de los años y por su efectividad para mejorar indicadores convencionales.      
            El artículo de referencia efectúa una comparación de los resultados que arrojan dichos indicadores en el año 1970 con los del año 1975.
            Por ejemplo, la Tasa de Mortalidad Infantil que en 1970 era de 107,6 º/ºº, había descendido en 1975 al 42,7 º/ºº
            La información oficial referida a 1970, nos muestra a Neuquén integrando el grupo de cuatro Provincias con Tasas de Mortalidad Infantil superiores al 100,0 º/ºº, las más altas del país: Jujuy 132,6 º/ºº; Salta 114,4 º/ºº, Neuquén 107,6 º/ºº y Chaco 100,1 º/ºº (2)
            En cambio, en los últimos datos oficiales que disponemos correspondientes al año 2005, encontramos nuevamente a Neuquén integrando un grupo de cuatro Jurisdicciones, esta vez de las que exhiben las Tasas de Mortalidad Infantil por debajo del 10 º/ºº, las más bajas de Argentina: Tierra del Fuego 6,7 º/ºº; Ciudad Autónoma de Buenos Aires 8,0 º/ºº; Río Negro 9,4 º/ºº y Neuquén 9,9 º/ºº (3)
            Otro dato demostrativo es el descenso de la Tasa de Mortalidad entre 1 a 4 años que de 5,2 º/ºº en 1970 se reduce 1975 al 2,6 º/ºº 
            El dato más actualizado que disponemos, también del año 2005, nos informa de una Tasa de Mortalidad de 1-4 años del 0,5 º/ºº en Neuquén.
            Visitando esta Provincia en más de una oportunidad, hemos podido constatar la satisfacción de los pobladores por la atención en el sistema público de salud. Algo que también se ha reflejado en evaluaciones externas.
            Merece destacarse que la Provincia de Salta ha creado por Ley 6277, del 27/9/84, las Áreas Operativas de responsabilidad de cada efector del sector público. Dicha Ley, en su primer articulo expresa: “Establécese como Unidad de Programación y Administración de Salud de la provincia de Salta al Área Operativa, territorio de responsabilidad sanitaria de cada Servicio de Salud dependiente de la Secretaría de Estado de Salud Pública….”
            Emociona leer el Plan para la Aplicación de la Medicina Preventiva y Curativa en la República Argentina, del año 1948.
            En ese Plan, en donde se evidencia el pensamiento del Dr. Ramón Carrillo, nuestro primer Ministro de Salud Pública de la Nación, se plantea la organización de la medicina preventiva con un concepto de regionalización. Allí se habla de “unidades primarias o centros de salud tipo C” y de la creación de los “Comités Vecinales de Colaboración Social”
            La visión de salud integral de Carrillo se muestra en el listado de tareas que se proponen para estos Comités, tales como acción domiciliaria; desocupación, aprendizaje y orientación vocacional; economía doméstica; fiesta y beneficios; educación sanitaria; costuras y afines; coordinación y otras. (4)
            En los años 80, convencidos del protagonismo que debe tener el Nivel Local para implementar las políticas sanitarias, propugnábamos en Chaco y Formosa talleres de Programación Local en diversas Áreas Programáticas de esas Provincias
            Decíamos por ese entonces:
            “Sería deseable que cada Jurisdicción cuente con una Política Sectorial y un Planeamiento en Salud que identifique los problemas jurisdiccionales o regionales, señale los objetivos e indique las estrategias adoptadas para implementar los grandes cursos de acción.
            “Con este marco el Nivel Local, que tiene su expresión operativa clave en el concepto de Área Programática, debería asumir esos objetivos dentro del territorio geodemográfico que le compete.
            “Esté o no claramente explicitada la Política, el nivel operativo local no puede dejar de asumir el cuidado de la salud de toda la comunidad que se halla dentro de su Área” (5)
            Alertados de que en algunos lugares se confundía Área Programática con “área de influencia”, recordábamos “que el concepto de Área Programática es un concepto de área de responsabilidad del Establecimiento Sanitario Base”.
            Nos llegaban noticias de que algunos pensaban que debía ser un indicativo a la población para concurrir a un determinado establecimiento. Por el contrario, sosteníamos el “derecho a la libre elección” por parte de la población de acudir al Establecimiento que quisiese.
            También planteábamos que ese derecho de libre elección debería extenderse a elegir al profesional que desee.
            La necesidad de que este derecho tuviera vigencia en el sector público, tenía una expresión muy concreta en el momento de asistir un parto. Nos parecía que era un derecho básico que la mujer eligiera la o el profesional con quien se sintiera mejor acompañada.
            Considerábamos que “el Área Programática debería ser lo suficientemente pequeña para que el conocimiento de la situación y el seguimiento del estado sanitario de las personas y del medio ambiente sea realmente factible” 
            Hoy, con una visión más crítica, reflexionamos sobre algunos aspectos que cuestionamos, tales como:
            - rigidez de algunas normas de procedimiento
            - hegemonía médica en la ejecución de los programas
            - considerar que las tasas de mortalidad y el incremento de “producción de servicios” son sinónimos de mayor calidad de salud (esto significa reducir el “Derecho a la Salud” al “derecho a la atención de los problemas de salud”)
            - participación planteada como colaboración (consideramos que participación es que la comunidad forme parte de la toma de decisiones y de la veeduría y control de las instituciones)
            - decidir prioridades y realizar programaciones locales exclusivamente por parte de los trabajadores del sector
            - abordar problemas y acciones sobre las personas y sobre el medio ambiente de manera diferenciada.
            Tenemos conciencia que todos estas facetas críticas son superables, como lo son todas las que puedan ser detectadas en un proceso de trabajo, siempre que exista la decisión de superarlas, la capacidad operativa para ello y, en especial, la actitud cooperativa y entusiasta de transformar.
            Las deficiencias o enfoques incompletos son mejorables basándose en lo avanzado y no negando todo lo que se haya construido hasta el presente. Es riesgoso quedarnos con la “fotografía” del momento sin considerar la “cinematografía” de la construcción histórica.
            La historicidad debería estar siempre incorporada como variable de análisis tanto científico como para las decisiones políticas y técnicas.
            No obstante, a pesar de las críticas mencionadas, desde nuestra óptica anhelaríamos que este concepto de trabajo por área geodemográfica de responsabilidad de cada establecimiento, funcionara hoy en todo el país.
            Pensamos que si el dibujo que ocupa el Área Programa en algún organigrama fuera la expresión de algo dinámico y vital, los servicios públicos de salud serían optimizados y se tendrían múltiples resultados que no sólo se acotarían en las mejoras en algunos indicadores.
            Hemos visto que en donde se ha aplicado esta simple modalidad organizativa con una clara y fuerte decisión política, se dan respuestas rápidas y efectivas a muchos problemas de salud de la población.
            Nos parece que es necesario que en el trabajo en el Área Programa se intenten maneras de participación democrática por parte de la comunidad.
            Un camino ha sido iniciado desde el año 2002 en la Provincia de Formosa, por el Programa Salud Comunitaria que tiene como propósito esencial valorar los conocimientos locales que hacen al cuidado integral de la salud.
            Como resultado de ello, en algunos establecimientos las y los profesionales han incorporado otras terapias.
            Sin embargo, lo que nos parece más importante, es su capacidad de convocatoria que genera una entusiasta participación para compartir saberes y haceres generando una relación saludable entre la Comunidad y el Sistema Local de Salud, aportando también a facilitar el diálogo intercultural en esta Provincia multiétnica. (6)
            Definir un área geodemográfica de responsabilidad es un concepto que se halla dentro del principio de la Regionalización Sanitaria.
            Este principio ha sido definido clásicamente como “un método de administración destinada a disminuir la morbilidad y la mortalidad evitables, ofreciendo a una población definida dentro de un área geográfica limitada, las prestaciones de un plan de salud mediante un organismo efector coordinado que cuente con fuente de financiación suficiente y oportuna”. (7)
            En el marco de esta definición convencional, se dice que “el elemento que dimensiona el proceso” es determinar esa “población definida” para dar servicios a un grupo humano.
            Este enfoque centrado en la población humana creemos deber ser superado a la luz de los nuevos descubrimientos científicos que cuestionan al paradigma mecanicista de la ciencia dándonos una mirada holística del mundo.
            La propuesta es asumir el Área Programa como un ecosistema, lo cual nos lleva a centrarnos en la Salud del Ecosistema Local, incorporando diferentes concepciones de la ciencia que generan nuevos conocimientos. Entendemos que la gestión de gobierno en todas sus manifestaciones no puede dejar de considerarlos.
             
II- Resignificando el Área Programa asumiendo el Enfoque de Salud de los Ecosistemas
           
            Salud de los Ecosistemas es un pensamiento que nos lleva a ver y aprehender la territorialidad como un todo en sintonía con los nuevos conocimientos que nos hacen ver el Universo de una manera integrada y relacional.
           
            Fritjof Capra, prestigioso físico que desde hace décadas brega por el cambio de Paradigma Científico, nos enseña que “en el nuevo paradigma, se invierte la relación entre las partes y el todo. Las propiedades de las partes sólo pueden comprenderse a partir de la dinámica del todo. En última instancia no existen las partes. Lo que llamamos una parte es simplemente una configuración en una red indivisible de relaciones”. (8)
            Por lo tanto, se hace necesario que comprendamos, y sobre todo sintamos, que la Población Humana es Ecosistema pues integra las relaciones que lo conforman.
            Ya hace tiempo que científicos que se hallan en la frontera de la ciencia cuestionan al Paradigma Científico al cual el mencionado Fritjof Capra lo denomina “viejo paradigma… cartesiano, newtoniano baconiano, dado que sus principales características fueron formuladas por Descartes, Newton y Bacon”
            Ilya Prigogine, Premio Nobel de Química 1977, también nos ilustra sobre cambios radicales en la ciencia, “en efecto”, nos dice, “en el curso de los últimos decenios nació una nueva ciencia: la física de los procesos de no equilibrio. Esta ciencia condujo a conceptos nuevos como la auto-organización y las estructuras disipativas, hoy ampliamente utilizados en ámbitos que van de la cosmología a la ecología y las ciencias sociales, pasando por la química y la biología” (9)
            Prigogine define la ciencia como un “diálogo con la Naturaleza…Uno de los grande proyectos del pensamiento occidental ha sido entender la Naturaleza. No debe confundirse con la idea de controlar la Naturaleza”.
            Capra afirma contundentemente que “hoy el objetivo de la ciencia es casi sinónimo de dominio y control sobre la Naturaleza y está muy estrechamente ligado a la tecnología” Más adelante expresa su anhelo: “Muchos de los que estamos en el movimiento del nuevo paradigma creemos que esta asociación del hombre dominando la Naturaleza, que es una actitud patriarcal, debe ser divorciada de la ciencia. Quisiéramos ver emerger nuevamente una ciencia en la que los científicos cooperen con la Naturaleza para aprender sobre fenómenos naturales y ser capaces de seguir el orden natural y el fluir de la corriente del Tao, como dicen los sabios chicos”. (10)
            Una Ciencia de dominio y control es funcional al sistema capitalista, el cual ya ha dado más que suficientes pruebas de su capacidad de generar No-Salud.
            En tanto una Ciencia cooperativa con la Naturaleza, por ser tal, contribuye a la solidaridad y a la armonía y por lo tanto se constituye en un sustantivo aporte a la Salud.
            Ante estos cambios en la Ciencia la propuesta es resignificar el concepto de Área Programa comprendiendo a todo su territorio como un Ecosistema Local.
            Una primera consecuencia de ello es la necesidad de romper la dicotomía “población-medio ambiente” y asumir la integralidad en la totalidad.
             Creemos que el pensamiento ecosistémico que proponemos nos facilitará ver y aprehender este mundo de relaciones en el Ecosistema Local en el cual se desarrolla nuestra vida en sus multifacéticos aspectos.
            Insistimos que el Área Programa debería ser lo suficientemente pequeña de modo tal que sea posibles tener un conocimiento personalizado de la misma.
            Con el enfoque de Salud de los Ecosistemas se toma conciencia que trabajar por la salud del Ecosistema Local es trabajar por la salud integral de la comunidad.
            Además, Salud de los Ecosistemas es un pensamiento articulador de las relaciones sociales, políticas, económicas y ambientales que en el presente hacen a la vida de la sociedad humana.
             “Lo primero es ver si el suelo está vivo… si el suelo está vivo tendremos plantas sanas, animales sanos y también personas sanas”. Estas palabras claras y sencillas expresadas por mujeres campesinas, nos revelan sus sentimientos de percepción de pertenencia al Ecosistema Local.
            Sostenemos que el enfoque ecosistémico en el Área Programa se debe aplicar tanto en zonas rurales como urbanas, a diferencia de un pensamiento bastante generalizado que cree que sería sólo factible en las primeras.
            A nuestro criterio es tan necesario asumir como Ecosistema Local tanto el Área Programa del gran Hospital como la del Centro del Barrio y la del Establecimiento Rural.
            La salud es una sola. Lo que le ocurre a la Salud del Ecosistema, le ocurre a la totalidad de la población humana, sea ésta urbana o rural.
            Imaginamos a trabajadores de la salud y de la educación con pensamiento de Salud de los Ecosistemas, desarrollando su trabajo con la teoría y la práctica de la Transdisciplinariedad, movimiento en el mundo que se propone revertir la fragmentación del conocimiento.
            La Transdisciplinariedad es una propuesta superadora a la multidisciplinariedad0 y a la interdisciplinariedad.
            Quizás la función por excelencia a realizar sería la de poner en marcha la “Alfabetización Ecológica” propuesta por Fritjof Capra (11) para la cual se requiere una mentalidad y una actitud transdisciplinaria.
            “Ser ecoalfabeto”, nos dice este notable científico, “significa comprender los principios de organización de las comunidades ecológicas (ecosistemas) y utilizar dichos principios para crear comunidades humanas sostenibles”.
            Capra centra su propuesta en “la naturaleza cíclica de los procesos ecológicos” ya que el sistema como un todo no produce basuras, “lo que es residuo para una especie es alimento para otra”. 
            Esta propuesta provoca un ruidoso contraste con el modelo civilizatorio hiperconsumista que se pretende imponer globalmente,
            Se podrá achacar que se trata de una propuesta muy romántica, que en caso de aplicarse sólo sería posible en las comunidades rurales.
            Nada de eso, Capra cuestiona la linealidad de los sistemas industriales y realiza propuestas muy concretas que explica con detalles aplicando el pensamiento no lineal de la teoría de la complejidad a la vida cotidiana con la práctica del ecodiseño.
            De esta manera promueve “la transición de una economía de bienes a una economía de servicios y flujos” (12), con cero emisiones y convirtiendo los residuos en recursos asegurando una drástica reducción en el consumo de materias primas.
            No obstante, el autor de estas líneas siente la obligación de expresar sus sentipensamientos al respecto, ya manifestados en reiteradas oportunidades; “la especie humana, si sobrevive, lo hará viviendo solidariamente en pequeñas comunidades. Este sentipensar es una amalgama de especulación teórica y de ensoñares propios, anhelando un mundo saludable para las generaciones futuras, de las cuales forman parte ya sus nietas y nietos”. (13)
            Más que tener en cuenta estos conocimientos que surgen de un nuevo paradigma de la ciencia es esencial tomar conciencia que tiene que ver no sólo con nuestro trabajo en salud sino también con nuestra propia vida personal. “La supervivencia de la humanidad dependerá de nuestra alfabetización ecológica, de nuestra capacidad de comprender estos principios y vivir en consecuencia”. (14)
            En la línea de la ecoalfabetización es interesante consignar la Propuesta Pedagógica para la Salud de los Ecosistemas, conocida como “Esperanza y Alegremia” que se está desarrollando en diversas Provincias Argentinas y Países, “con niñas y niños” de todas las edades, en distintos niveles educativos formales desde el preescolar al universitario, en escuelas informales, en trabajo grupales espontáneos entre vecinas y vecinos, encuentros, etc. (15)
            Se trata de una herramienta educativa que tiene como propósito desarrollar conciencia de nuestra pertenencia a la Naturaleza y estimular la realización de acciones de manera colectiva para el cuidado de la Salud del Ecosistema Local.
            Una de las metodologías probadas trabaja reflexivamente acerca de siete componentes esenciales para la vida en el Ecosistema Local: Aire, Agua, Alimentos, Albergue/Abrigo, Amor, Arte, Aprendizaje (Las siete A” de la Esperanza) para vivir personal y colectivamente con “Alegremia” (alegría circulando por nuestra sangre)          
            Para cada uno de ellos se proponen las siguientes consignas:
(1)     ¿Cómo me siento siendo “A”?: Apela a volver a sentir que somos Naturaleza
(2)     ¿Qué tiene que ver “A” con mi vida?: Procura involucrarnos vivencialmente con el entorno y con uno mismo.
(3)     ¿Cómo se halla “A” en mi ecosistema local?: Trata de hacer tomar conciencia que la salud es una sola
(4)     ¿Qué hacer?: Motiva a una acción colectiva para el cuidado de la salud de nuestro Ecosistema Local.
 
            Nos parece que esta propuesta pedagógica es una estrategia que desde lo cotidiano ayuda a aprehender la realidad de manera holística como nos indican los nuevos descubrimientos científicos.
            Descubrimientos que al cuestionar el mecanicismo y el reduccionismo analítico, nos acercan a las sabidurías milenarias de Pueblos Originarios que tienen como centro a la Vida.
            Valoramos la intelección que supone la adquisición de todo conocimiento. Sin embargo parecería que en este instante de la Historia de la Humanidad está aflorando una recuperación del sentir de nuestros orígenes: sentirse parte-de, perteneciente a la Tierra, al Cosmos todo.
             Esto significa que los seres humanos estamos asumiendo nuestra pertenencia a la Vida, por lo tanto se hace necesario que las Políticas Públicas se constituyan tomando como centro la Vida, es decir que sean Biocéntricas.
 
 
III- Revitalizando el Área Programa como Espacio Generador de Políticas Públicas Biocéntricas
 
            Asumir el nuevo paradigma de la ciencia, que nos hace ver el universo como un mundo de relaciones en el cual no existen las partes, tiene una importancia esencial para la salud y nos involucra personalmente, con la singularidad de cada ser, en nuestras propias cotidianeidades.
            Se trata nada menos que de un cambio de Paradigma Cultural ya que detrás de todo Paradigma Científico existe un Paradigma Cultural.
Desde los comienzos de la Modernidad, hace ya más de cinco siglos, la cultura eurocéntrica ha tratado de imponer su modelo civilizatorio antropocéntrico al mundo todo.
            Dado que una de las características esenciales de este modelo es el patriarcado, bien podríamos hablar de una cultura androcéntrica.
            Sandra Payán, compañera militante por la salud de los ecosistemas, nos dice en un reciente trabajo que “la manera como miramos y nos relacionamos con la Vida, con nosotros mismos, con los otros y con la Naturaleza, constituye nuestro Paradigma Cultural” (16)
            La autora nos invita a pensar en tres dimensiones: “Científica”, para entender la realidad; “Sociopolítica y Económica”, para organizarnos como comunidad y “Cultural”, que es el sentimiento que origina todo.
            De este sentimiento surgen visiones encontradas y antagónicas del mundo y de la vida que se expresan por dos Paradigmas Culturales: Antropocéntrico y Biocéntrico.
            El Paradigma Antropocéntrico es sentirse por fuera de la Naturaleza y en contra de la misma. Ve a la Naturaleza como “una bodega de recursos” que está a su disposición. El pensamiento y el sentimiento capitalista con su afán de lucro y acumulación llevan a la explotación de los “recursos” y de los propios seres humanos.
            Es alienante que esta cultura antropocéntrica que se sitúa por fuera de la Naturaleza y siente que los seres humanos no pertenecen a la misma, no se pregunte entonces qué es la especie humana.           
            Desde este paradigma se entiende a la salud fragmentada, eminentemente biologicista y expropiada por la maquinaria de la industria del medicamento y de la aparatología médica La atención de los problemas de salud se la considera como un bien de consumo más.
            El Paradigma Biocéntrico es sentirse Naturaleza, perteneciente a Ella. Al decir de una anciana campesina “A esta plantita la hizo Dios a igual que a mí, es mi hermana, yo soy importante y ella es tan importante como yo”
            La Salud desde este paradigma es un asunto vital, integral, conciencia de nuestras capacidades de aprender y de generar bienestar y felicidad. Es la Salud del Todo, es una sola Salud.
            Quizás pueda aportar para comprender cómo se evidencia en lo cotidiano estos dos sentimientos culturales el detenernos a considerar dos maneras de entender y practicar la “Ecología” (17)
            Una es la llamada “Ecotecnología” que tiene como premisa que si la ciencia y la tecnología están destruyendo el Planeta, esa misma ciencia y tecnología pueden ayudar a salvarlo. Se expresa generalmente apelando “al manejo racional de los recursos naturales”
            Se trata de una concepción y una práctica desde el antropocentrismo. Se arroga el derecho de “manejar”, jerarquiza la “racionalidad” y considera a flora, fauna, suelo, ríos, mares, aire, a toda expresión de vida, como “recursos”.
            Otra es la mirada desde el biocentrismo conocida como “Ecología Profunda”, pensamiento desarrollado por el filósofo noruego Arne Naess. Concibe al mundo como una red de fenómenos interconectados, no separando a los seres humanos ni a nada del entorno natural. Se trata en realidad de una percepción espiritual ya que se experimenta conscientemente un sentimiento de pertenencia a la Naturaleza y de conexión con el Cosmos.
            Ya no es andar por el mundo “cuidando no contaminar un río o dañar un árbol” ya que directamente “no me sale”. Dañar y contaminar algo del entorno es sentir el daño y la contaminación en mi propio ser
            Un sentimiento Biocéntrico genera otra ética, otra manera de ser y situarse en la Vida y tiene su manifestación más contundente en otras pautas de consumo.
            La supervivencia de la Humanidad demanda un cambio de modelo civilizatorio. Nuestro hermoso Planeta Azul está manifestando los síntomas de los daños y enfermedades que le está provocando continua y crecientemente la cultura antropocéntrica.
            Estos síntomas además de estar siendo cada vez más conocidos lo estamos experimentando casi cotidianamente con las manifestaciones del cambio climático entre otros hechos.
            Ante la magnitud de la crisis de la salud del Planeta, emocionalmente corremos al menos dos riesgos:
a)      ignorar lo que sucede y seguir insistiendo en el modelo civilizatorio consumista de la explotación y acumulación
b)      resignadamente paralizarnos creyendo que nada podemos hacer desde nuestro ser y estar en el día a día.
            El tomar conciencia que el Planeta Tierra es un sistema conformado por millones de subsistemas que son los ecosistemas locales, debe estimularnos a la acción desde nuestros propios espacios microfísicos. Y así salvarnos de los riesgos anteriormente mencionados, permitiéndonos el camino de la esperanza y de la liberación…
            Corrernos del Antropocentrismo al Biocentrismo en un Ecosistema Local es ya aportar efectivamente a la Salud de todo el Planeta. Lo que ocurra en un Ecosistema Local repercute en el Todo.
            El Área Programa es un territorio ideal ya que nos ofrece un escenario para promover la revolución del cambio cultural. Una revolución mundial que la sentimos ya en marcha pues tiene múltiples expresiones.
            Movimientos sociales y ambientalistas, marchas por la Paz, Foros Sociales Mundiales, Continentales, Nacionales y Locales, Movimiento Mundial por la Salud de los Pueblos y mucho más, son expresiones emergentes de los sentipensares de la Humanidad que quiere vivir.
            Tenemos el regalo de la Vida de vivenciar con comunidades campesinas, Pueblos Originarios, vecinas y vecinos en barrios de las grandes urbes, con otras pautas de consumo, realizando acciones transformadoras que enseñan que Otro Mundo Solidario Posible ya está en el presente coexistiendo con el Mundo Competitivo Neoliberal.
            Lo esencial son las acciones y transformaciones que ocurren día a día en los niveles locales, aunque muchas veces no se tenga plena conciencia que con ellas se esté aportando significativamente al cambio cultural.
            Visualizamos el Área Programa revitalizada, como generadora de políticas públicas desde el momento en que se evidencia más y más el corrimiento del Antropocentrismo al Biocentrismo.
            Cualquier iniciativa, ya sea de obras de infraestructura o de servicios, provenga de donde provenga, antes de ponerla en práctica, debería ser precedida de un estudio serio y responsable, con enfoque ecosistémico, de manera tal que el Área Programas tenga claridad si dicha iniciativa aportará a la salud o a la no-salud del Ecosistema Local.
            Imaginamos el Nivel Local como el escenario donde se hace posible y necesario concretar las nuevas Políticas Públicas Biocéntricas, en un doble flujo:
            a) desde el Área Programa generando Políticas Públicas Locales Biocéntricas que aportan a la salud del Todo
            b) desde los niveles de Gobierno estableciendo Áreas Programas para que las Políticas Públicas Biocéntricas se concreten en programas operativos participativos.
            Francisco “Tingo” Vera se ha criado en la selva misionera en el Departamento San Pedro, Provincia de Misiones, Argentina, donde actualmente vive
            En los encuentros de salud popular siempre nos aporta sus reflexiones que nacen de su profundo amor a la vida.
            Tingo nos regala sus sentipensares de esta manera:
            “Leamos el libro del Bosque, el libro de la Naturaleza que nos da tantas lecciones para la comunidad de los seres humanos. Si observamos en el bosque no hay mayores problemas.
            ¿Por qué es así? No existen problemas porque en el bosque no hay egoísmo, siempre están trabajando uno para el otro.
            Hay comunidad de vida en el suelo, están los microorganismos que son los cocineros porque son los que elaboran los nutrientes para las plantas, a partir de los minerales, como una cocinera elabora los alimentos.
            Hay una ayuda mutua entre las raíces de los árboles y los microorganismos y entre los vegetales y los animales, ya que se producen pasturas y frutos.
            Hay ejemplos para la Humanidad. No hay egoísmos y todos trabajan una para el otro. Existen familias, cientos en una hectárea de selva y no se molestan una a otra.
            Existen árboles enormes que prestan sus cuerpos para que una liana pueda recibir la luz del Sol y a través de esa luz pueda vivir. Y también este grandioso árbol sabe que esa frágil liana también a él le es útil, ya que por su aroma lo protege de alguna bacteria o insecto que lo pueda enfermar.
            Este es uno de los tantos ejemplos de solidaridad que tiene esta comunidad de vida en la selva y que los seres humanos no practicamos” (18)
            Nos decía Alayna Watene Aotearoa, representante del Pueblo Maorí (en la hoy Nueva Zelanda) ante la Asamblea Mundial de los Pueblos en Bangladesh:
            “Yo no sé de dónde salió el dicho ‘Pienso, luego existo’, no nos gusta, comparto lo que dice mi pueblo: Pertenezco por lo tanto soy”
            El cambio cultural está ya. ¿Qué vamos a esperar? Felizmente hay millones y millones de “Tingos” y de “Alaynas” que sintiendo su pertenencia al Cosmos, están siempre dispuestos a aprender de la Vida. 
            Y esto es esperanzador, son signos que hacen visible ese paso del mundo capitalista de la competitividad, del maquinismo, de la guerra, de la explotación, exclusión y extinción; al mundo solidario, armónico, de paz, respetuoso de la Vida y de toda forma de vida.
            Esta esperanza no es un sueño utópico irrealizable. La Historia nos enseña que son los sueños las que la ponen en movimiento y los que generan las más profundas transformaciones.
            En cada Área Programa hay seres que desde su serestarhacer, continuamente generan fuerzas revolucionarias que hacen que haya un regreso al sentirse Naturaleza, al Paradigma Biocéntrico generador de conocimientos y de organizaciones humanas felices por ser sustentables.
(1)            Moreno, Elsa; Mortalidad Infantil en la Provincia del Neuquén, Archivos Argentinos de Pediatría; T. LXXV, Nº 5, 1977, pág. 280
(2)            Secretaría de Estado de Salud Pública; Indicadores de Bienestar y Salud; Estadísticas Vitales y de Salud; Serie 8; Nº 3; Sept.1973
(3)            Ministerio de Salud de la Nación; Oficina Panamericana de la Salud; Indicadores Básicos; Argentina 2007
(4)            Plan para la Aplicación de la Medicina Preventiva y Curativa en la República Argentina; Secretaría de Salud Pública; Secretaría de Trabajo y Previsión; Instituto Nacional de Previsión Social; 1948
(5)            Monsalvo, Julio y Picasso, Pedro; Programación Sanitaria Local; Ministerio de Salud Pública y Acción Social del Chaco y Ministerio de Salud Pública de Formosa; mimeo; 1985
(6)            Zorrilla, Alberto y Monsalvo, Julio; Salud Comunitaria; Emancipación; Nº 3; Sept.2007
(7)            González, Antonio J., Programación Regional; en Medicina Sanitaria y Administración de Salud; Abraham Sonis y colaboradores – T- 2 – Atención de la Salud – El Ateneo 1978 – pág.215
(8)            Capra, Fritjof y Steindl-Rast David; Pertenecer al Universo, Planeta, Buenos Aires, 1993
(9)            Prigogine, Ilya: El fin de las certidumbres; Ed.Andrés Bello; Santiago de Chile; 1996 pag. 11 – 167
(10)         Capra F. y Steindl-Rast, D.; op.cit. (1993) pág.34
(11)         Capra, Fritjof: La Trama de la Vida; Anagrama, Barcelona; 1998; pág.307
(12)         Capra, Fritjof; Las Conexiones Ocultas; Anagrama; Barcelona; 2003
(13)         Monsalvo, J.; Ciudades con esperanza y alegremia. Hacia la salud de los ecosistemas; en Ciudades que Enamora; Verde-ser; Paraná; 2007; pág.23
(14)         Capra, F. op.cit.,(1998) pág.314
(15)         En la página www.altaalegremia.com.ar, enlaces “Esperanza y Alegremia” y “Notas Marcianas” se encuentran la historia de esta propuesta, los marcos teóricos y los relatos de experiencias varias.
(16)         Payán, Sandra I.; Para pensarNOS, para vernOS, para encontrarNOS; Emancipación; Nº 3; Sept.2007
(17)         Leonardo Boff en su libro “Ecología; grito de la Tierra, grito de los Pobres” desarrolla en extenso varias concepciones de ecología y consideraciones acerca de la crisis del paradigma de la civilización actual; Ed.Lumen; Buenos Aires; 1996
(18)         Trascripción parcial de un reportaje efectuado en su propio hogar en enero de 1999- Boletín Red de Redes; Nº 9, Junio 2004
 
Publicado en “Cuadernos para la Emancipación”, Nº 4, Mayo 2008
 

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